Cojo tu mano y salimos corriendo hacia
el lago. Recuerdo, como si el tiempo se hubiese detenido, tus ojos rasgados,
aquellos deditos cortos, tu sonrisa incansable. Yo disfrutaba sumergiéndome
hasta desaparecer de tu vista y cuando emergía fabulaba con las cosas mágicas
que había descubierto abajo: dinosaurios de regaliz, estrellas parlanchinas,
hadas con boca de pez… Me escuchabas boquiabierta, sin pestañear, deseando ser
mayor para poder acompañarme. Ahora, el único consuelo que me queda es volver
cada aniversario, cuando regresas a la superficie unos pocos segundos, para
decirme —en tu lengüecilla de trapo— que todo era verdad y que en el fondo
viven seres maravillosos.
Finalista semanal Relatos en Cadena Semana 15 (11/1/2021)
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