16 enero 2021

TRAE MALA SUERTE DEJAR COSAS A MEDIAS

 

—Estoy en casa, amor —dijo el muchacho mientras sonaba un bolero.

La anciana tomó su mano para incorporarse y empezar a bailar.

—No he tenido oportunidad de arreglarme. Estaré horrible.

—Me gustas así: despeinada.

—¡Zalamero…!

Era su cuadragésimo aniversario de boda. También hacía treinta años, once meses y dos días que él había fallecido. Era diecisiete. Era octubre. Era París. Participaban en una marcha para erradicar la pobreza. Se desvaneció de repente. La prensa parisina tituló que «a un joven abogado se le había partido el corazón luchando por un ideal».

Él prometió que, cada aniversario, tendría su bolero y un compañero de baile. Ella, que continuaría su estela. Ambos guardaban fidelidad a esas promesas.

—¿Me acompañarás cuando termine este baile?

—Aún no. Aunque me veas vieja, todavía tengo fuerza y argumentos para defender la equidad global… Y demasiado supersticiosa como para dejar un proyecto o un brindis a medias.

 

 

PALABRAS: empezar, oportunidad, global, pobreza, erradicar

Microrrelatos de abogados

https://microrrelatos.abogacia.es/microrrelatos/01-2021/trae-mala-suerte-dejar-cosas-a-medias/


 

 

13 enero 2021

Down

 


Cojo tu mano y salimos corriendo hacia el lago. Recuerdo, como si el tiempo se hubiese detenido, tus ojos rasgados, aquellos deditos cortos, tu sonrisa incansable. Yo disfrutaba sumergiéndome hasta desaparecer de tu vista y cuando emergía fabulaba con las cosas mágicas que había descubierto abajo: dinosaurios de regaliz, estrellas parlanchinas, hadas con boca de pez… Me escuchabas boquiabierta, sin pestañear, deseando ser mayor para poder acompañarme. Ahora, el único consuelo que me queda es volver cada aniversario, cuando regresas a la superficie unos pocos segundos, para decirme —en tu lengüecilla de trapo— que todo era verdad y que en el fondo viven seres maravillosos.


Finalista semanal Relatos en Cadena Semana 15 (11/1/2021)

07 enero 2021

Un final inesperado

 

Me acerco y evita mis ojos. Lo huelo y, a pesar del tufo a medicinas, sigue oliendo a ella, a su colonia, a su tabaco. Querría comérmelo a besos; aceptar otra vez sus travesuras, pero tengo cincuenta años, dos hijas y la hipoteca pagada. Confieso que me presenté en su casa con un cuchillo. No quería matarla. Apenas humillarla y que me explicara algunas cosas. De repente Carlos apareció, nos encontró jugueteando en la cama y su corazón reventó. Quizás, ante lo esperpéntico de la escena, nos entró la risa nerviosa y tardamos bastante rato en avisar a emergencias.  

 

Tras más de 1500 microrrelatos, uno de los 10 relatos mejor valorados es este y formará parte de una antología cuyos beneficios irán a favor de Aones.

https://www.ellibroferoz.com/100palabras/

 

 

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