13 julio 2023

Para niñas especiales

 

Visitar su taller era la fantasía de cualquier niña del parque, pero él me había elegido a mí. En lugar de sacarme una chocolatina de la oreja, como a las demás, me entregó un papel arrugado en el que había escrito que yo era la ganadora. Aunque me moría de ganas por contárselo a mis amigas, dijo que ese sería nuestro secreto.

Al llegar, me desilusioné un poco. Aquel sitio parecía cualquier cosa menos un taller de magia. Vale que había un hombre de hojalata, pero ni capas, ni varitas, ni chisteras. Ni siquiera una paloma. Iba a marcharme cuando levantó una tela y lo descubrió. Frente a mis ojos, el baúl mágico que me ‘teletransportaría’ a Oz, repleto de chucherías, vestidos ‘dorothy’ y fotos de niñas: antiguas pasajeras, supuse. Dijo que únicamente funcionaba con niñas especiales, por lo que debía permanecer muy callada cuando comenzara a moverse. Y dormirme sin rechistar porque el viaje era largo.

Estoy contentísima esperando aquí dentro, aunque me hubiera gustado poder despedirme de mamá para demostrarle que no eran cuentos chinos, que la magia existe de verdad.




#Microrrelato finalista XI Premio de Microrrelatos Colectivo Manuel J. Peláez

Amanda, o alguien que se le parece

 

Amanda, o alguien que se le parece

 

Encontrar romántico el simple hecho de quedar un lunes a eso de las seis en El Retiro, como cuando empezaron de novios. Pasear en silencio, aspirar el murmullo de la hierba. Sentarse en su banco frente al lago. Temblar, como el primer día, al sentir que Amanda acaricia sus manos y le pide que le mire a los ojos. Escuchar como ella le confiesa que se ha enamorado de otro. Que lo siente. Que siempre serán amigos. Que encontrará a alguien mejor... Aceptar la ruptura con deportividad. Estas cosas pasan. Acompañarla hasta el metro, hacerse el fuerte y despedirla con un beso. Llorar. Enterrar el anillo junto a un olmo, perder su trabajo. Llorar. Olvidarse de pagar al casero y regresar cada domingo al parque. Vestir, aunque deslucida y rota, la misma ropa de entonces. Creer reconocerla en cada mujer que pasea y, como un loco, gritar su nombre. Imaginar que es Amanda, o alguien que se le parece, quien se gira y arroja con desdén unas monedas al suelo. Emocionarse con semejante muestra de afecto, con verla tan bonita, con pensar que sigue recordándolo y exhibir orgulloso al mundo su sonrisa desdentada.



#Microrrelato finalista en el IX Certamen de Microcuentos – Vallecas Calle del Libro 2023

02 mayo 2023

Faltan cinco

 

Si el traje no es para mí, por qué se empeñan en decir que me sienta bien. Es azul y rojo con una araña gigante en el pecho y tiene una máscara con solo dos agujeritos para los ojos.  Cada mañana me lo pone una enfermera y, mientras desayuno, repite que soy especial. No consigo enfocarla bien con esta máscara inútil, pero me relamo imaginando que es mamá: mi deliciosa mamá. Todas las tardes me pinchan, me hacen pruebas... Aunque quiero llorar, jamás muestro debilidad con gente. Cuando me atan y se marchan, sí. Me desparramo y lloro con todos mis ojos. Sí, sí, con los siete.



Finalista semana 25 #Relatos en cadena #Cadena Ser


28 mayo 2022

Final inminente

 

Sufría terrores nocturnos, según dijeron los del orfanato. Tenemos la misma edad, pero parece más pequeño. Habla poco, no juega al ajedrez y le aterrorizan los escarabajos. Por algún trauma, supongo. Dice papá que debemos ser amables porque mamá necesita llenar el hueco que dejó Filfa.

Como buen noctívago, cuando se acuesta, no puedo evitar acercarme y susurrarle que esa era la cama de mi hermana muerta. Me chifla verle temblar.

Ayer nos comunicaron sus alergias y mamá comenzó a llorar… Yo las anoté para no confundirme, aunque sospecho que, más pronto que tarde, acabaré equivocándome como la otra vez.



Segundo premio CONCURSO DE MICRORRELATOS "Laberinto de palabras" Escritores de Rivas (Rivas Vaciamadrid)

Una vez es sí. Dos, no

 

Mamá era una mujer especial. Desde que conoció a papá, había documentado nuestras vidas en distintos álbumes. Era una delicia navegar a través de aquella enciclopedia vital repleta de fotos y recortes. En el álbum de estrellas aparecía su noviazgo, el primer beso, la boda. En el azul, el piso nuevo, cada mueble y la ampliación de la droguería. El rosa estaba dedicado a mi nacimiento, mis primeros años de colegio, los disfraces que ella inventaba. En el verde, la infidelidad de papá. Las pocas páginas del álbum negro sugieren dolor, quizás, celos o venganza...

A pesar del tiempo transcurrido, emociona ver que continúan juntos y que ya superaron los malos momentos. Es pura entrega que mamá no lo abandonara cuando supo del engaño, ni tan siquiera cuando papá enfermó repentinamente. Jamás quiso apartarse de su lado. Cada día diluye su medicación en zumo, le limpia los hilillos de baba de la boca, empuja con delicadeza su silla y sigue contando con él para todo. Esta mañana, antes de decidirse por el color de las nuevas cortinas, le ha pedido opinión a papá: «Parpadea una vez si te gustan. Dos, si no».


Microrrelato finalista VIII CERTAMEN DE MICROCUENTOS VALLECAS CALLE DEL LIBRO 2022

18 abril 2022

Dicen


 

Dicen

Ahogado en la laguna encontraron al viejo pescador. Dicen que hace años, se le ahogó una hija allí mismo, que estaba borracho y que aún rumia la culpa. Desde que murió su mujer, acudía cada tarde a ese lugar para reencontrarse con la pequeña. Dicen que se arrojaba sonriendo, con los bolsillos llenos de piedras. Que, cuando llegaba al fondo y sus pulmones rebosaban agua, algún tritón avisaba a la niña, que lo vaciaba y acomodaba en tierra firme hasta que se recomponía. Dicen que tanto dolor lo volvió loco y dicen, también, que desde su nicho la esposa ha celebrado este desenlace.



Finalista semana 25 Relatos en Cadena. Cadena Ser

28 diciembre 2021

Diógenes

 

La afición de papá por los viajes espaciales inundó nuestro hogar de objetos maravillosos. Asier tenía su habitación atiborrada de meteoritos y restos de satélites, mientras yo rescataba residuos siderales entre cientos de bolsas de basura cósmica. Para mamá traía piezas de tela intergaláctica o trozos de porcelanas de asteroides lejanos. Durante esos días, éramos felices escuchándole narrar sus peripecias. Pero la dicha duraba poco. A instancias de algún vecino envidioso, aparecían decenas de camiones municipales con la misión de expoliarnos nuestros tesoros. Después, se llevaban a papá vestido de blanco en una nave con sirena y luces ambarinas.



Primer Premio XIII Concurso de Microrrelatos de la Red de Bibliotecas Públicas Municipales del Ayuntamiento de Madrid

Recuerdos

 


Hoy he colgado el letrero con mi nombre en la puerta del bufete. Mario nunca lo sabrá, pero el suyo figura también, embadurnando las paredes, bajo el papel pintado. He recordado cuando volvía con hambre del colegio y el suministro eléctrico se mofaba de una nevera sin recursos. Siempre quería albóndigas con muchas patatas, porque estaba en pleno crecimiento. Con los lápices de mamá aprendí a dibujarle sus comidas favoritas. Se relamía. Esa tarde hacía frío. Le pinté una estufa y mantas con el rostro de mamá, para que no la echara en falta. Porque era la mayor. Porque se lo prometí. De madrugada, llegó papá trastabillando. Nos hicimos ovillo cuando abrió la puerta. Mario dibujó en la pared un escondite que me pudiera proteger, como cientos de veces vio hacer a mamá… En mi mesa: un portátil, sus fotos infantiles y los lápices que no consiguieron dibujarle una vida.


Ganador mes de febrero. Microrrelatos de Abogados.

https://microrrelatos.abogacia.es/microrrelatos/02-2021/

14 julio 2021

Decisión final

 Era lo que debía hacer. De lo contrario, me habría consumido viéndote crecer,  sabiendo que siempre serías la favorita.

Esta mañana tuve que insistir mucho para que me dejaran sacarte de paseo. Y mentir un poco. No podía decirles dónde iba a llevarte porque me lo habrían prohibido y, además, era un secreto de hermanos. Solo nuestro. Quería enseñarte los acantilados y el mar. De cerca. Lo más cerca posible.

Mientras caminábamos, sonreías recogiendo flores y piedras en una cesta, parloteando en tu lengüecilla de trapo. Qué bonita estás cuando se te marcan esos hoyuelos que tienen fascinado a papá... Te confieso que estos últimos años han sido terribles para mí. He dejado de ser hijo único, el ojito derecho de mamá, su niño, para convertirme en el hermano mayor. Me han despertado tus cólicos, me he pringado con tus cacas, has emborronado mis dibujos con tus babas y, lo peor, papá me obligó a regalar mi colección  de canicas para evitar que te ahogaras.

No te guardo rencor, hermanita, pero ha llegado el momento de despedirnos para siempre.

Diles a papá y mamá que los quiero muchísimo y, también, que saltar no era mi primera opción.

05 febrero 2021

RECUERDOS

 

Hoy he colgado el letrero con mi nombre en la puerta del bufete. Mario nunca lo sabrá, pero el suyo figura también, embadurnando las paredes, bajo el papel pintado. He recordado cuando volvía con hambre del colegio y el suministro eléctrico se mofaba de una nevera sin recursos. Siempre quería albóndigas con muchas patatas, porque estaba en pleno crecimiento. Con los lápices de mamá aprendí a dibujarle sus comidas favoritas. Se relamía. Esa tarde hacía frío. Le pinté una estufa y mantas con el rostro de mamá, para que no la echara en falta. Porque era la mayor. Porque se lo prometí. De madrugada, llegó papá trastabillando. Nos hicimos ovillo cuando abrió la puerta. Mario dibujó en la pared un escondite que me pudiera proteger, como cientos de veces vio hacer a mamá…

En mi mesa: un portátil, sus fotos infantiles y los lápices que no consiguieron dibujarle una vida.



Micro seleccionado mes de Febrero 2021. Microrrelatos de abogados

https://microrrelatos.abogacia.es/microrrelatos/02-2021/recuerdos-10/


16 enero 2021

TRAE MALA SUERTE DEJAR COSAS A MEDIAS

 

—Estoy en casa, amor —dijo el muchacho mientras sonaba un bolero.

La anciana tomó su mano para incorporarse y empezar a bailar.

—No he tenido oportunidad de arreglarme. Estaré horrible.

—Me gustas así: despeinada.

—¡Zalamero…!

Era su cuadragésimo aniversario de boda. También hacía treinta años, once meses y dos días que él había fallecido. Era diecisiete. Era octubre. Era París. Participaban en una marcha para erradicar la pobreza. Se desvaneció de repente. La prensa parisina tituló que «a un joven abogado se le había partido el corazón luchando por un ideal».

Él prometió que, cada aniversario, tendría su bolero y un compañero de baile. Ella, que continuaría su estela. Ambos guardaban fidelidad a esas promesas.

—¿Me acompañarás cuando termine este baile?

—Aún no. Aunque me veas vieja, todavía tengo fuerza y argumentos para defender la equidad global… Y demasiado supersticiosa como para dejar un proyecto o un brindis a medias.

 

 

PALABRAS: empezar, oportunidad, global, pobreza, erradicar

Microrrelatos de abogados

https://microrrelatos.abogacia.es/microrrelatos/01-2021/trae-mala-suerte-dejar-cosas-a-medias/


 

 

13 enero 2021

Down

 


Cojo tu mano y salimos corriendo hacia el lago. Recuerdo, como si el tiempo se hubiese detenido, tus ojos rasgados, aquellos deditos cortos, tu sonrisa incansable. Yo disfrutaba sumergiéndome hasta desaparecer de tu vista y cuando emergía fabulaba con las cosas mágicas que había descubierto abajo: dinosaurios de regaliz, estrellas parlanchinas, hadas con boca de pez… Me escuchabas boquiabierta, sin pestañear, deseando ser mayor para poder acompañarme. Ahora, el único consuelo que me queda es volver cada aniversario, cuando regresas a la superficie unos pocos segundos, para decirme —en tu lengüecilla de trapo— que todo era verdad y que en el fondo viven seres maravillosos.


Finalista semanal Relatos en Cadena Semana 15 (11/1/2021)

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