Esta noche el estómago vacío, el frío y la quemazón de los calambres le habían concedido una tregua permitiéndole dormir del tirón y... soñar.
Soñó que volaba.
Y voló…
Voló y surcó el cielo agitando sus alas.
Voló en círculos componiendo enredadas piruetas a contraviento; planeó y se elevó de las azoteas más altas.
Ejecutó acrobacias seguidas de vuelos rasantes y se rindió ante las corrientes que le hicieron bailar a capricho del viento…
Soñó que volaba.
Y voló…
Voló y surcó el cielo agitando sus alas.
Voló en círculos componiendo enredadas piruetas a contraviento; planeó y se elevó de las azoteas más altas.
Ejecutó acrobacias seguidas de vuelos rasantes y se rindió ante las corrientes que le hicieron bailar a capricho del viento…
Su hija le
despertó bruscamente con un zarandeo. “¡Vamos!, ya amaneció. Te acompaño al metro”.
Le colocó la
manta sobre las piernas y el raído cartón entre las manos. “Y no olvides reclamar
la atención de la gente; poner tu mejor cara de pena y echar el freno de la silla”.
El abuelo que, aún estaba empapado de sueños de libertad, no podía dejar de sonreír mientras comenzaba a caer una fina lluvia de lágrimas sobre sus mejillas.
*******
Mi aportación a la Primavera de Microrrelatos
Indignados 2014. Miguel Torija, de LA COLINA NARANJA es impulsor, promotor y espíritu de esta iniciativa de indignación cuyo
objetivo es que hoy, día 15 de mayo "la red se llene de microrrelatos indignados que
denuncien el avance de la desigualdad social, las injusticias, los abusos de
poder, las humillaciones colectivas, las corrupciones impunes o la
desprotección social que en los últimos tiempos estamos padeciendo".
Qué triste, y qué real, cuestión de tiempo. Ahora los abuelos, sus pensiones, están dando de comer a muchos, dentro de poco deberemos mendigar con ellos. Buen relato indignado, de los que remueven, lástima que el fútbol esté apaciguando.
ResponderEliminarHola, Ximens.
EliminarPobres abuelos, es cierto. Y más pobres cuanto más limitados están. Según la prensa son el sustento, con sus precarias pensiones, de muchas familias en paro.
A mí el fútbol como que ni fú ni fá.
Besos.
Muy buena entrada.
ResponderEliminarGracias Maru.
EliminarHola, Towanda, ya sean pobres o de otras características, consigues crear abuelos entrañables. En esta ocasión, es consciente de la miseria que rodea la sociedad actual hasta una niña, y hay mandamases que aún no se han dado cuenta, bueno que hacen como si no pasase nada mientras no les toque de lleno. Muy buena historia. Un besote.
ResponderEliminarHola, Loren.
EliminarNada, que me ha dado por la tercera edad. Será una racha temporal, pero los encuentro tan adorables que me sirven de protagonistas.
Gracias, guapetón.
Un beso.
Buenísimo este micro, lleno de tristeza y de cruel realidad. al leerlo se le saltan las lágrimas a cualquiera. Esos abuelos siempre tan presentes y tan denostados a veces
ResponderEliminarBesos con aplausos.
Puri
Hola, Puri.
EliminarTienes razón. En ocasiones no los tratamos con el debido cariño.
Un beso grande.
Me produce una tristeza tan profunda que un ser humano tenga que pasar hambre... y que a consecuencia de ello se vea abocado a mendigar, o a vete a saber qué, cuando sería tan fácil sobrevivir por uno mismo si tuviéramos otro modo de vida...
ResponderEliminarHola, Ana.
EliminarSería fácil, pero igual no sería rentable para los que tienen la sartén por el mango.
Gracias.
Besos.
Al menos soñando se escapa de la triste realidad...
ResponderEliminarTe has decantado por sacarnos la lagrimita.
Me ha gustado. Un beso desde la indignación.
Hola, Rosy.
EliminarPues así es. Cuando pierdes todo solo te quedan los sueños... Esos no te los puede arrebata nadie.
Besotes.
Muak.
Pues lo has conseguido... me has indignado!
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Caminante.
EliminarMe alegro de eso.
Besos y gracias.
Si pudieramos ver el interior de esos fatigados corazones de los ancianos, enloqueceríamos.
ResponderEliminarHola, Marcos.
EliminarYa lo creo. Pobrecillos. Por eso mi indignado tenía que ir dedicado a ellos.
Gracias.
Un abrazo.
Indignante y MUY triste.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
HD
Hola, Humberto.
EliminarSí que es triste, sí.
Gracias y un abrazo de vuelta para ti.
Que triste y que cierto :(
ResponderEliminarBesos y salud
Hola, Genín.
EliminarYa lo sé, pero creo que había que darles su espacio. La crisis son muchas cosas y la situación de nuestros mayores es de las que más me duelen.
Besos, bonito.
Towanda, que bonito y terrible micro, con sutileza nos cuenta, en ese sueño, lo que pasará al otro día, cuando el abuelo salga a mendigar. Muy buena aportación.
ResponderEliminarSaludos desde la alambrada.
Hola, Beto.
EliminarEl sueño es hermoso aunque su realidad es oscura.
Gracias por estar.
Besos y abrazos.
Towanda, escuece la cruda realidad. Un micro muy bien contado, felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Hola, Nani.
EliminarClaro que escuece y mucho.
Un beso muy fuerte y gracias.
Yo he llorado con él, he sentido su indignidad porque se que ocurre realmente, con silla o con niños. Una pena que la realidad sea mas cruel que el cuento. Un abrazo escritora.
ResponderEliminarHola, Ester.
EliminarVaya, lo siento, pero estas cosas suceden con demasiada frecuencia. Con abuelos, con niños o con personas con discapacidad...
GRacias, reinona.
Besos.
Tremenda pesadilla lírica, Towanda. Un saludo
ResponderEliminarHola, Ana.
EliminarYa lo creo.
Un abrazo para ti.
Real y triste relato. No sabes cuantas veces he visto esos en la residencia donde trabajo...
ResponderEliminarGenial Towanda
Besote
Hola, doctorcito.
EliminarA mí me da mucha pena, la verdad. A ver si la cosa mejora... Soy optimisma.
Gracias y unos besos.
Y muchos pasos ni se fijarán en él, están tan acostumbrados que piensan para sus adentros que ese nunca será su caso, el problema es cada vez son más los que nada tienen.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo,
Hola, Sau.
EliminarSuscribo todo lo que dices porque así es, pero confío en que no vayamos a peor.
Unos besos
Ya se puede lavar la hija porque con lo que estoy pensando...
ResponderEliminarBesos Towa.
Hola, ion.
EliminarPienso lo mismo, que se lave que ya somos dos las que nos hemos...
Pues eso.
Besotes.
Has contado una historia triste con mucha ternura. La vida es injusta pues todo depende del lugar o de la cuna en que nazcas. Unos mucho y otros nada y me pregunto ¿por qué siempre tienen tanta suerte los malos?
ResponderEliminarSaludos afectuosos
Hola, Alondra.
EliminarNo sé responderte a lo que preguntas, pero también me lo pregunto.
Gracias por venir.
Un abrazo.
Es una pena que lo que relatas con tantisima sensiblidad no sea únicamente ficción. Qué bonito, Towi, qué emoción destilan tus palabras. Precioso el micro indignado que, al menos a mí me ha llegado al corazón.
ResponderEliminarBesos indignados, preciosa.
Hola, Filias.
EliminarMe alegras mucho, de verdad, pero tendría que llegar a los que tienen la batuta a ver si se enteran de que las cosas no están bien. Y no hablo de colores políticos porque para mí los políticos son muy parecidos. Ahora estos y antes los otros, me da igual.
Bueno, que me lío y este no es el sitio.
Gracias, siempre es un placer recibirte, que lo sepas.
Besos.
Es muy triste, amiga, mucho.
ResponderEliminarMuy real por otra parte. Ojalá que la lluvia sea de agua y no de lágrimas.
Besicos y gracias por tu visita.
Hola, Cabopá.
EliminarMe temo que la lluvia es de lágrimas, pobrecito.
Gracias también a ti por devolvérmela.
Unos abrazos.
Al menos el sueño, nos permite esa libertad del vuelo imposible...
ResponderEliminarUn abrazo, buen relato, amiga
Hola, María.
EliminarLos sueños no nos los puede arrebatar nadie, menos mal.
Gracias,
Un abrazo.
Uy soñar es mágico Ojala la situación mejore y no se den esas tristes historias Te mando un beso y te me cuidas
ResponderEliminarHola, Citu.
EliminarOjalá, lo deseamos todos.
Un beso muy grande y cuídate tú también.
Cada día se ven más de estos casos por las grandes ciudades, ya no hay escrúpulos de poner a los más débiles todo el día con un cartelito y con cara de pena a que a la gente se le ablande el corazón. Que pena.
ResponderEliminarunos besotesssssssssss
Hola, Sabores.
EliminarPues sí, es cierto. Menudo país o mundo les estamos dejando a los más jóvenes...
Una pena, la verdad.
Besos y graaaaacias.-
Enhorabuena por este microcuento tan emotivo y real.
ResponderEliminarHola, Cuentón.
EliminarGracias, resalao.
A ver si te animas con esto de los breves que a mí me ha "enganchao".
Besazos.
Bueno, muy bueno. Tiene toda la tristeza de la realidad.
ResponderEliminarMe ha gustado especialmente.
Besazo
Vivo en el centro de mi ciudad, y todos los días veo a quienes tienen que soñar que comen. Hace tiempo que el metro me cuesta el billete y algunas monedas. Así es el mundo, compañera, como lo describes.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Ya he llegado a tu tribuna. Doloroso, mucho. Aquí muchas familias viven de sus mayores, pero no de ese modo. Me has removido algo en lo más hondo. Un beso, guapa.
ResponderEliminar