Anselmo no entiende de leyes. Su abogado le ha dicho que solicitará la
suspensión de condena mientras se resuelve el indulto, pero el viejo no
comprende esas palabras.
En el barrio, todos han firmado apoyando su
causa. Nunca supo contar bien, pero intuye –por la sonrisa del letrado–
que esas docenas de rúbricas recogidas son suficientes.
Hoy parece que va a llover, como cuando enterraron a Paquita. «¡Ay, si
viera ahora al chico!» En previsión, se pone la gabardina nueva. Se
perfuma. Quiere causar buena impresión en el Ministerio donde depositará
los avales de sus esperanzas.
«El muchacho era joven; tropezó… Probablemente, también fallamos como
padres», piensa mientras acaricia la cicatriz de su rostro, evidencia de
un infierno pasado. «Pero mejoró y lleva años limpio. Tiene novia,
trabajo y dos críos pequeños. Si mi Paquita y yo supimos perdonarle… no
es justo que, ahora, cuando es otro hombre, lo castiguen».
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Microrrelato seleccionado mes de marzo. Palabras obligatorias a incluir: previsión, joven, evidencia, indulto y suspensión.
Un micro que relata la realidad de una justicia que pierde la misma por su tardanza. Si la demora es por su culpa y la finalidad de los legisladores es la reinserción, que pueden exigir a otros que no se pidan a sí mismos.
ResponderEliminarNo lo dudes, Marcos. Cuando hay demora, deja de ser justicia.
ResponderEliminarMuchas gracias, por comentar.
Un abrazo.
Triste realidad en la que la factura aunque tarde pero siempre llega.
ResponderEliminarBesos.
Hola, David.
EliminarVaya sorpresa y alegría encontrarte.
Estoy de acuerdo en tu comentario al cien por cien.
Un beso muy grande.
Unonde los relatos con el sello Towanda y de los mejorcitos (aquí entra un centenar) que te he leído. Ojalá te lleves el premio y no te indulten. Mucha suerte y un beso goliático.
ResponderEliminarHola, Loren.
EliminarDe microrrelatista a microrrelatista: a mí me parece que las cinco palabras que hay que introducir no están del todo bien traídas y no estoy especialmente satisfecha de él.
No obstante, agradezco muchísimo tus palabras que son siempre generosas y amabilísimas.
Un besazo.
Anoche, en la guardia, fue un señor, en unas condiciones similares...Una realidad dura, que algunos no quieren cambiar...
ResponderEliminarBesos
Hola, doctorcito.
EliminarVaya, lo siento, pero esta historia es habitual por la lentitud en la administración de justicia.
Un beso muy grande.
Hola guapa , eso suele pasar muy amenudo se han dado casos , en que uno robar una tienda o joyería , para comer y 15 años más tarde cuando el individuo a cambiado de vida por que por circunstancias de la vida tiene trabajo y familia , lo meten en la cárcel por un delito de robo que hizo cuando era un joven alocado .
ResponderEliminarHas descrito a la perfección lo que pasaba en los años 70 y 80 , la mitad de los robos eran por drogas o para comer .
Me a gustado mucho tú relato de hoy .
Te deseo un feliz Domingo , besos de flor .
Hola, Flor.
EliminarEstoy de acuerdo y mucho con lo que dices, aunque creo que aún sigue pasando y no es exclusivo de los 80'.
Un besazo regrande.
Muy bueno Wanda, nos cuentas con palabras llenas de sentimiento unos hechos que suelen pasar, esos padres que sufren en silencio los problemas que les causan los hijos que navegan por el mundo de las drogas y sus consecuencias.
ResponderEliminarY continua la racha de premios y no es de extrañar, este tiene todas las papeletas para ganar la final.
Besos y a disfrutar del Domingo y estas próximas vacaciones.
Puri
Hola, Puri.
EliminarEs una realidad que duele por un retraso en la justicia. No se puede condenar a una persona ocho años después de cometer un delito...
Un besazo enorme y muchísimas gracias.
Con ganas de saber que ocurrió ...buen relato!
ResponderEliminarHola, Tomae.
EliminarYo tiraría por un final feliz, no sé a ti qué ta parece.
Un abrazo.
Nada es gratis, o casi nada, pero si el delito no es muy gordo, ya se encargarán los corruptos de que alguien pague para que se vea que existe la justicia... para otros... :(
ResponderEliminarBesos y salud
Hola, Genín.
EliminarOjo, con tu comentario. Cuántas cosas dices sin decir...
Un abrazo muy grande y gracias por estar siempre ahí.
La justicia suele llegar tarde, tanto, que en muchas ocasiones llega para hacer dañó más que algún bien.
ResponderEliminarGenial micro, un abrazo.
Hola, Jorge.
EliminarTambién, de acuerdo con tu opinión. Me gusta eso de que "llega para hacer más daño que bien".
Un abrazo de vuelta.
Muy bonito e intenso, como siempre
ResponderEliminarHola, Pedro.
EliminarAlegría y subidón de volver a verte por aquí.
Gracias, y un abrazo enorme.
Nunca he dejado de estar, pero no estoy tan activo como antes. El placer es mio de leerte.
EliminarPor la presente se comunica que nuestra querida Towanda por fin ha sido indultada, pero con condiciones, es un deleite para sus lectores sus micros, entonces no te queda más remedio que seguir y seguir... te necesitamos y a tus micros.
ResponderEliminarMuchos besos.
Hola, Sau.
EliminarY ya verás cuando aprenda a hacerlo bien... Te vas a quedar pasmado.
Gracísimas, y muchos besos de vuelta.
Es una faena que años después le fastidien la vida, si los suyos le han perdonado.
ResponderEliminarBesos genia!
Hola, Ion.
EliminarUna faena y gorda.
Besazos, guapa.
Triste, por lo real que es. Por desgracia...
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, Margari.
EliminarPues sí, hija, triste y real.
Un besazo.
Siempre hay espacio para el perdón y para comenzar de nuevo Tu relato es muy bello y triste. T e mando un beso y t e me cuidas
ResponderEliminarHola, Citu.
EliminarDebe haber ese espacio. Un beso muy grande.
Esto es estar en racha y lo demás tontería. Muy bueno y sobre todo breve, claro y conciso. Tiene las tres Bes.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Luiscar
Hola, Luis.
EliminarEs cierto, estoy en racha y me da pena que se termine, la verdad.
GRacias, agradezco mucho tu comentario.
Un besabrazo gigante para ti.
A veces la justicia tarda tanto en hacerse ver que alguien que cometio un error tiene que pagar por él cuando ya su vida no tiene nada que ver con lo que fue.
ResponderEliminarBien relatado niña, un placer disfrutar de tus micros.
Besotesssssssssssssss
Hola, Sabores.
EliminarYa lo creo. No añado ni quito nada a tu comentario porque estoy de acuerdo.
Un besazo, pero gigantomórfico.
Con los pies en la tierra. Un beso.
ResponderEliminarHola, Cuentón.
EliminarOra pro nobis, amiguito.
Besotes.
Qué bueno. Es maravilloso verte cada día más y más creativa, imaginativa, ganadora. No hay quien te pare. Sigue, sigue.
ResponderEliminarHola, Ximens.
EliminarJajajaja, gracias, gracias y gracias.
Ganadora no, solo seleccionada, no exageres.
Un besazo y feliz Semana Santa.
Seleccionado y muy bien seleccionado, me gustó mucho. Está bien llevado, pero es intenso, y doloroso y dulce.
ResponderEliminarFelicidades, encantada de dártelas
Hola, Luisa.
EliminarQué bonito: intenso, doloroso y dulce. ¡Me encanta!
Un besazo y gracísimas por tu comentario.
El amor de un padre, un hombre rehabilitado y una justicia que, por su tardanza, se vuelve injusta.
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo
Hola, Ángel.
EliminarMuchas gracias. La justicia lenta debería llamarse de otro modo. Justicia, no.
Un besazo.
Estupendo micro, Towi, que pone de manifiesto por si a alguien se le había olvidado, la venda de la justicia (en este caso por su tardanza)...¡Cuánto hay que mejorar todavía!
ResponderEliminarBesotes, multilaureada. Muacssss
Hola, Izaskun.
EliminarHay que mejorarla mucho, pero confío en que algún día sea justa.
Un beso muy grande y feliz Semana Santa.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEstupendo micro, Towi, que pone de manifiesto por si a alguien se le había olvidado, la venda de la justicia (en este caso por su tardanza)...¡Cuánto hay que mejorar todavía!
ResponderEliminarBesotes, multilaureada. Muacssss
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarUn relato excelente, desde el tema a la forma de contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
HD
Hola, Humberto.
EliminarGracias, un placer que te dejes caer por aquí.
Abrazod.
Felicidades por este micro seleccionado para el Concurso de Abogados. Anselmo me ha caído muy bien, los abogados me caen fatal, no por su oficio, sino por la demora de sus actos, que quizá, sólo sea la consecuencia de un sistema que ellos mismo crearon..
ResponderEliminarUn besazo amiga y reitero mis felicitaciones.
Hola, Laura.
EliminarHabrá de todo, como en botica, me refiero a los abogados.
Un besazo y gracias.
Disculpa la tardanza en responder y en aparecer, pero no he tenido tiempo de nada.
Besos.
Felicidades por la selección del micro, es una maravilla. Su lectura te envuelve en una atmósfera de impotencia frente a lo que se llama justicia y deja tanto que desear...
ResponderEliminarBesazo y sigue deleitándonos con tus micros que son diamantes en bruto.
Hola, María Pilar.
EliminarCoincido en tu opinión, así es.
Muchísimas gracias por comentar y ser tan generosísima en tus apreciaciones.
Un besazo.
Estupendo relato, me encanta.
ResponderEliminarBesos
Gracias, reina del mambo.
EliminarBesos.
Enhorabuena por la selección del micro, que es formidable. Towanda, vas a propulsión. Ya mismo te conviertes en estrella fugaz literaria (cuerpo celeste inalcanzable que surca el cielo con cada cosa que escribe), y yo que me alegro :) . Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Juan Antonio.
EliminarJajaja, a propulsión no, ojalá.
Eres estupendo y eso se nota en tus palabras cuando escribes y en todo lo demás.
Nos vemos por ahí.
Un abrazobeso.
Enhorabuena preciosa, un micro tan real como la vida misma. Injusticias de la justicia. Besos.
ResponderEliminarHola, llegué a tu blog de manera fortuita. ¡Estupendo el cuento! Te agendo en la lista de blogs que sigo. Un abrazo
ResponderEliminarEs tan real y está tan bien contado que me ha erizado la piel. ¡Felicidades Towanda!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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