Por fin tenía en mis manos la obra de Lessing. Me llegó tras un pedido por internet a una librería de libros antiguos y descatalogados. Se trataba de una edición de 1959 impresa en Buenos Aires y, para mí, una auténtica joya. Ojeé el libro con cuidado de no romperlo pues su aspecto era de suma fragilidad…
Siempre que tengo un libro nuevo, y antes de comenzar a leer, me gusta pasear por la última página. En ella, llamó mi atención una inscripción a lápiz: “Aquí yace el alma de Mauricio”. Me sorprendieron las palabras pero no le di mayor importancia. Era un texto de filosofía y supuse que se trataba de una broma de algún lector que no pudo acabarlo con éxito.
Comencé la lectura y, de nuevo, otra nota entre las líneas: “13-7 Mañana iré con mi aya al Parque Centenario a las 4. El médico piensa que el aire y el sol harán que mejore (Alexandra)”.
No entendía el código numérico que precedía a las palabras, pero sentía una grandísima curiosidad por saber más. Inmediatamente, escudriñé la página 13, buscando una nueva pista y allí, bajo la línea 7… una nueva inscripción: “16-4 Fue maravilloso verte, aunque fuera desde lejos. Te veías tan hermosa… (Mauricio)”.
Los números me iban conduciendo a las páginas y en ellas recorría las líneas del texto, caminando hasta las señaladas por los enamorados…
“19-2 Las cosas no están bien en casa, creo que mi padre tiene planes para mi (Alexandra)”
“22-9 Intenta salir algún día sola…”
“25-24 No es posible, bien quisiera hacerlo pero mi única salida es a la Biblioteca con Daira. Ya sabes que me vigila muy de cerca…”
Estaba inmersa en una historia del pasado…
“28-16 ¡Cuánto te amo, querida niña…!”
Páginas y más páginas cuajadas de palabras repletas de amor; de citas que no se pudieron materializar. Viviendo una historia ajena, que llegaba a mis manos por azar… oculta durante años; tomando vida y creciendo en los interlineados de otro libro.
“50-17 Mauricio, eres mi razón y fuerza para seguir”.
“53-2 Las cosas mejorarán. He encontrado un trabajo mejor. No es gran cosa pero con éste y el del puesto, podré ahorrar para los dos… Lo peor es que no me será posible venir a escribirte a diario, tardaré algún día más…”
“60-7 Te echo tanto de menos… Tantos días sin saber de ti. Todo está bien ¿verdad?. El 17 cumplo años, cuando toquen las doce ¡por fin! tendré dieciséis años… ¡Toda una mujer!.
“67-4 Esta rosa es cuánto puedo regalarte… Felicidades mi amor”
Cierto era. Al menos, yo quise creer que allí, en la página 67 hubo una rosa en algún momento de la historia. Observé una marca entre las páginas que parecía la silueta de una flor y, quizás, un marcado tono rosado en ese lado del libro...
Me fui enredando tanto y tanto en la historia que iba siguiendo el código de páginas y líneas... de página en página, leyendo los mensajes que los jóvenes enamorados dejaban volar entre las hojas de un libro de filosofía, en alguna biblioteca de Buenos Aires.
Conocí que Alexandra enfermó y que Mauricio se presentó varias veces en la casa de la joven para estar más cerca de ella. No consiguió pasar nunca de la puerta, porque no se lo permitieron.
Supe que Mauricio abandonó su trabajo y se apostó en un banco frente a la puerta de la casa de Alexandra. Tenía que intentar volver a verla, aunque fuese a través de los cristales y conocí también que, a los padres de la muchacha, nunca se les ablandó el corazón…
El día que Alexandra partió, Mauricio escribió su última línea en el “Laocoonte”…
Una narración muy creativa, ingeniosa. Ciertamente el relato seduce, el misterio atrapa y la mente del lector vuela tratando de atar cabos y completar eventos.
ResponderEliminarMil gracias por esta creación.
Un abrazo.
Una historia atrapante y triste…muy triste. Lo que no me queda en claro Towanda si es de tu autoría. Me atrapó desde el principio, bonito tu blog y seguro me tendrás seguido leyéndote.
ResponderEliminarUn fuerte y cálido abrazo a la distancia…chau
Muy original, Towanda! Me ha maravillado la historia, a veces leer entre líneas te da mucha más información! Un beso!
ResponderEliminarMe has impresionado, en serio. Y no muy impresionable.
ResponderEliminarQué bonito Towanda. Ahora ya no ocurre pero mi madre me contaba que cuando sacaba algún libro de las bibliotecas, a veces, había palabras caligrafiadas por otros lectores, comentando el texto, sin intención de dañarlo la mayoría de las veces.
ResponderEliminarEs el recuerdo que me ha traido tu original relato.
Un besito.
Cuando se viven los libros, se subrayan, se hacen citas en los margenes, se les suma a la vida que ya tienen la vida de quien los lee.
ResponderEliminarUn placer venir a este blog.
Mis saludos.
Es precioso! Y ahora que me pilla en una época de mi vida muy azucarada....no puedo hacer otra cosa que enamorarme de las historias de amor como esas!
ResponderEliminarGracias Julio.
ResponderEliminarUn placer tenerte por mi casa aportando tu opinión.
Un abrazo.
Carlos: Un poco triste, sí, muy triste...
ResponderEliminarEs de mi factoría, ¿te gustó?.
Muchas gracias, espero tenerte muy cerca.
Un abrazo.
Miss Bitter: Es cierto. Pasa como en la vida real.
ResponderEliminarGracias, guapa.
Un beso.
Sibarita: ¡Anda ya!... Para impresionarte te hubiera hecho un cocidito madrileño a mi estilo personal, entonces sí que te hubiera dejado K.O.
ResponderEliminarMuchas gracias y muchos besos.
Candela: En este relato hay una parte que es cierta y es que pedí el libro por internet, que era una edición de 1959, que estaba muy viejito y con encuadernación cosida "a mano" y que había una inscripción en la última página...
ResponderEliminarMe recordó las cosas que tú dices que te contaba tu madre.
Un besazo, majeta.
Paratilibre: Gracias, espero seguir teniendo tu amable compañía durante muuuuuchos años o siglos.
ResponderEliminarUn beso.
Valkiria: ¡Cuenta, cuenta, esa etapa azucarada...!.
ResponderEliminarGracias, guapa.
Un super-abrazo.
los libros son vida
ResponderEliminarAy! que bonita historia de amor... encontrada por azar en las páginas de un libro.. como un amor secreto, como las revelaciones en código oculto..
ResponderEliminarComo un Romeo y Julieta escrito en un libro guardado para siempre en el recuerdo de quien tropezara con él....
Que emocionante historia, y que triste tambien...
Un relato , este que nos presentas muy bueno... original y tierno.
Besitos.
Towanda aterrizo en tu casa y me encuentro esta maravillosa historia.
ResponderEliminarUn pelin triste pero muy buena.
Achuchones y besos desde el aire
Romanticismo puro.
ResponderEliminarBesos, Towanda.
Hola Towanda.
ResponderEliminarMuy interesnte el relato.
Tiene ese punto de tristeza tan adecuada en las historias de amor.
Gracias por la bella entrada y por las estupendas imagenes.
Ricard
Bellísimo Towanda!!!
ResponderEliminarCuánta creatividad! que historia tan romántica y triste a la vez, me has atrapado desde el comienzo, creo que iba devorando las palabras a medida que avanzaba en la historia.
Te felicito mi amiga, eres tremenda narrando.
Super interesante historia, menuda imaginación tienes, y tan tierna narración me ha hecho sentir punzadas de dolor en el corazón. Beso.
ResponderEliminar...La última línea tal vez pusiera:
ResponderEliminar"Por fin juntos mi queridisíma Alexandra, porque mi vida se ha muerto contigo, caminaré por este mundo vacío por dentro porque mi corazón estará en tu compañia"."
Besitos.
Me ha parecido genial Towanda, me ha encantado. Si fuera una historia real, todavía me gustaría mas :)
ResponderEliminar¡Que historia tan bonita ingeniosa y bien narrada...!
ResponderEliminarMe recordó a un libro que en cierto momento había leído,son de esas historias dónde el amor parece imposible,pero cuando se ama de verdad...se ama por encima de todo...y siempre queda en el recuerdo.
Un besito.
Qué pasada! Una historia dentro de otra historia. Es bonito eso de encontrarte con historias totalmente diferentes dentro de un libro, la historia de aquéllos que lo tuvieron también en sus manos. Yo no tengo ninguna librería de segunda mano por aquí cerca pero me encantaría poder visitar una y adquirir libros con anotaciones de otras personas en sus márgenes.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Todavía estoy dudando si ese libro existe realmente o es una ficción literaria. En todo caso el relato es original, hermoso, aunque triste. Cómo se puede montar e imaginar toda una historia a través de un rastro tan débil. Felicidades.
ResponderEliminarconmovedora historia, Towanda.
ResponderEliminarQuizás Mauricio se convirtió allí mismo en estatua que nadie pudiese levantar.
saludos blogueros
De "Introducción y esbozo a una teoría de lo ilusorio realizado" de Picwick Lorenzo
ResponderEliminar7-5
Me has hecho pasar pena, casi sufrir con tu relato triste y sus tres lamentos como tigres; El Norte es frío pero casi me gusta . Nos veremos físicamente pronto, al fin -que no todo es hablar y hablar-, bella e inasequible aunque nunca callada Twanda ?
Towanda; soy una persona extremadamente inculta. No conocía a Lessing Gotthold Ephraim (1729-1781) ni al Laocoonte. Me he documentado y veo que es algo serio.Pensé que iba a ser una vulgar historia de amor como tantas, debido a que creí en primera instancia que Lessing se refería a Doris; a la que tampoco he leído y pensé en una Agatha Christie del corazón; una Corin Tellado. Hubiera escrito algo más rebuscado, en lo que antecede, de haberlo sabido antes.
ResponderEliminarJoaquín Doldan: Los libros poseen vida propia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gala: Me alegro que te gustara. Es como díces tú, lohas contado tn bien que no podría añadir nada más.
ResponderEliminarUn besazo, guapa.
Rosa: Sí, un pelín triste...
ResponderEliminarTe achucho y te dejo seguir por el aire.
Gracias.
Torcuato: Efectivamente... c'est la vie.
ResponderEliminarGracias y besos, Tor.
Ricard: Gracias a ti por venir y aportar tu comentario...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Guille: Me alegro muchísimo de lo que me dices y te envío gracias y abrazos, viniendo de quien viene.
ResponderEliminarUn fortísimo abrazo, Guille.
Emejota: No sufras, Eme, que solo es una historia.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga.
Un fuerte abrazo.
Campoazul: Jajajaja, sí, podría ser... y hubiera quedado con un final feliz.
ResponderEliminarCreo que se lo cambio y hacemos felices a los más románticos.
Gracias, amiga.
Un beso muy fuerte.
Neko: Ya comenté por ahí arriba que hay una parte que es real cien por cien... Es cierto que pedí el libro por internet, que era una edición de 1959, que estaba muy viejito y con encuadernación cosida "a mano" y que había una inscripción en la última página... Incripción que no conseguí entender, y "de aquellos polvos, estos lodos"...
ResponderEliminarEl resto es ficción.
Un abrazo.
Canto de la luna: Gracias, preciosa.
ResponderEliminarMuchos besos para ti.
Sandra: Tú que eres tan voraz lectora, en algún momento seguro que te encontrarás un libro como éste, con sus anotaciones y ¡quizás! ¿por qué no? una bonita historia de amor en el interior...
ResponderEliminarQue sepas que el libro lo tengo en casa y tenía algo escrito a lápiz en la última página. Es un libro muy frágil y las hojas parecen estar cortadas rudimentariamente... Todo un misterio que me llegó tras un pedido por internet.
Un beso muy fuerte y muchísimas gracias.
Mario: Si exisiese el libro, me encantaría tenerlo en mis manos. Sería como recibir un regalo muy preciado.
ResponderEliminarGracias Mario.
Un abrazo.
Ehhh, escritora !!! Has estado genial !!!
ResponderEliminarBeso.
Amiga gracias por compartirnos este relato, muy interesante ese 'descubrimiento' entre lineas que has podido hacer.
ResponderEliminarSaludos!
José Antonio: Pudo ser así, me encanta también como un final.
ResponderEliminarGracias y abrazos.
Anónimo: 17-4 "Me dejaste a cuadros con el primer comentario... no sé qué decir, salvo ¡olé tú!".
ResponderEliminar25-7 "¿Inculto tú?, no lo creo, sino todo lo contrario. Un gusto tenerte por aquí".
600-22 "Nos vemos enseguida".
Abrazos.
Rombo: Gracias, bonito.
ResponderEliminarUn besote.
William: Podríamos hacer el guión de una grandísima historia de amor ¿te imaginas que luego la llevaran al cine?...
ResponderEliminarGracias por acercarte.
Un fortísimo abrazo.
Bellísima historia... y es los libros son mucho más que la voz de uno sólo cuando es el amor quién lo comparte
ResponderEliminarUn abrazo gigante :)
Tremendamente hermoso. Me ha gustado tanto la historia de amor como el truco que te has inventado para contarla. Felicidades. Y las fotos muy apropiadas.
ResponderEliminarKonnichiwa: El amor da mucho juego, cuando es sincero.
ResponderEliminarUn besazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarXimens: Es que ya me tienes "pillada", bueno es que el truco era muy facilito también.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión.
Te mando un abrazo enorme.
Jesús que historia Towanda, ésta no se me olvida a mí en la vida. No sé que más decirte, me has dejado sin palabras...
ResponderEliminarBesos, besos y besos para ti y para tu familia.
Increible y muy emotiva al historia que nos cuentas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Sabes cómo escribir y hacer que el lector se interese hasta el final. Enhorabuena Towanda.
Un abrazo grande
Acróbata: Te acepto todos los que me des...
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
Y te los devuelvo para ti y para los tuyos, también. Ah!, y también para la vecina del 3ºB.
PD: ¡porfa ves a tu gmail que te he enviado un correo!.
Uxue: Si he conseguido en ti, eso que díces, me has hecho ponerme "así de gorda"...
ResponderEliminarMuchas gracias.
Un beso fortísimo.
Un argumento precioso para una novela, mi querida Towanda, planteatelo, aquí tendrías una lectora fiel. Me ha encantado, especialmente, porque el otro día estuve con mi marido en Granada visitando librerías antiguas, a él le encantan, y en un libro venían escritas algunas frases y nos estuvimos preguntando y divagando de donde vendrían, je,je,que casualidad.
ResponderEliminarBesitos enormes.
Qué bonita y que triste historia. Lo que menos me gusta es el final, no soporto que muera ella…jajaja. Hay el amor… El mundo está lleno de historias parecidas, si es que hay libros que tienen vida… Un bessito
ResponderEliminarMiss Greti: Bueno, si te hago caso (en lo de la novela) contaré contigo como una incondicional.
ResponderEliminarMuchas gracias, bonita.
¡Qué casualidad lo que me dices del libro con anotaciones!. Mi libro, El Laocoonte, también las tiene... son ilegibles pero me sirvieron para inventar esta historia.
Un fortísimo beso.
Men: Es que ella no murió o sí, depende de cada uno, yo solo dije "el día que Alexandra partió..."
ResponderEliminarPudieron mandarle a un viaje por Europa o a un internado en Suiza... o casarla con un rico hacendado. Expresamente no quise escribir que la chica muere (aunque también pudo partir de esa manera).
Ay, los libros y la imaginación, que no nos abandonen nunca.
Muchas gracias por estar aquí.
Besos.
Total que al final te despistaste y no te leíste el libro... Jeje, muy bueno Towanda, sigue así.
ResponderEliminarPensador: Al final, me quedé sin leerlo, jajaja.
ResponderEliminarAnda que no me gusta un chisme a mí.
Un abrazo.
Towanda; tres preguntas: ¿Escribes o trabajas?
ResponderEliminar¿Hablas francés? Lo digo por la foto del libro en francés.
¿ Estás libre?
Anónimo: Tres respuestas
ResponderEliminarJe travaille et après j'écris, dans cet ordre.
Je parle un peu (muy poco) français. j'ai choisi cette photo parce que elle est jolie et parce que je n'ai pas trouvé une meilleure.
Je ne suis (en el sentido de estar) pas libre, mais je suis (en el sentido de ser) libre.
Seguro que si hay errores, sabrás disculpar.
Al leer tus tres tristes (1) respuestas; permíteme , Towanda; que me haga el francés (Suecia queda demasiado al frío), y que deduzca que "tu es libre", que en español quiere decir que "tu eres y estás libre; al mismo tiempo" - los ultrapirenaícos no distinguen esencia de existencia, verbalmente al menos- para que por lo mismo renazca la esperanza; yo que ya me estaba enaporando (2) de ti.
ResponderEliminar(1): Tan tristes no, tigresa. ¿Qué estás escribiendo?
(2): tal como está escrito y sin correcciones en le texto original; este.
je n´en ai pas trouvé une meilleure
ResponderEliminarHola...
ResponderEliminarMe encanto.
Es maravilloso.
EL hecho de que la única vía de comunicación existente sea entre libros, donde los sueños, los deseos, las ideas y las letras sobran... hace que todo sea más de ensueños.
final triste... como casi todo en la vida.
Saludos.
Cristofer.
El amor florece aún entre las zarzas...Y perdura...yaciendo sin morir.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Towi: Me ha gustado la historia. No sé si estará basada en un hecho real (seguro que ya lo has aclarado en algún comentario). Eché en falta una última vuelta de tuerca, de esas que das tú en tono irónico en algunos relatos. Pero esto solo por decir algo, claro; en realidad está muy bien así.
ResponderEliminar(Oye, ¿y esas mariposas que tanto me gustaban?).
Abrazos fuertes.
Estoy cegato; ya las vi, ya las vi.
ResponderEliminarPreciosa y triste historia amiga me ha encantado, ya estoy de nuevo comentando poco a poco.Besitos.
ResponderEliminarComo siempre estupendos los posts que nos dejas. Un placer haberme pasado de nuevo por tu espacio.
ResponderEliminarSaludos y buena tarde de viernes.
Anónimo: Lo que tú digas.
ResponderEliminarEstáte atento a lo nuevo que voy a publicar... Creo que te gustará.
Un abrazo.
Cristofer: Un poquito triste porque interpretamos "partió con "se murió"... Me estoy pensando en continuarlo.
ResponderEliminarGracias por venir.
Un abrazo.
Ángel: Se me olvidó darle una vuelta a la tuerca.
ResponderEliminar¿Basado en un hecho real?... Sí, pero no. El libro lo tengo en casa. Es real que lo pedí por internet y que hay algo escrito... Nada más.
Un abrazo, rey de las hortalizas.
Mª Carmen: Gracias y bienvenida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Manuel: ¡Muy bonitas palabras!, gracias.
ResponderEliminarAbrazo.
Hiperión: Gracias también por acercarte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Towa dijo:
ResponderEliminar"Anónimo: Lo que tú digas.
Estáte atento a lo nuevo que voy a publicar... Creo que te gustará."
lo que yo diga, no. Lo que los dos; ambos;
digamos.
Como sabías que yo era medio autista (1)?
Hay veces que no puedo hablar, que no me sale ni un apalabra.
(1) No de la misma forma que ellos, probablemente y sólo me ocurre a veces, no siempre. Aunque no conozco a ningún autista para poder comparar y además a mí, nadie me ha diagnosticado porque no he ido a ningún especialista o han pasado de mí.
Towanda, no conocía este blog y acabo de leer este relato y me ha encantado. Es una verdadera historia de amor contada en pequeñas porciones dentro de un libro - ¡Qué original!- Me ha recordado a la "Tregua" de Benedetti por sus pequeñas reseñas a modo de diario. Me ha enganchado desde el inicio y el final ha quedado totalmente resuelto.
ResponderEliminarCon tu permiso, volveré.
Un saludo.
Qué lindo, comunicarse a través de un libro, amor de dos lectores... el final muy triste.
ResponderEliminarSaludos.
Nicolás: Permiso concedido.
ResponderEliminarGracias por venir.
Carlobito: Ay, el final... ¡Vamos a pensar en hacerlo un poquito más amable, a ver si sale algo!.
Un abrazo, amigo.
Fascinante, dos historias diferentes dentro de un mismo libro! Me cautivó esta entrada.
ResponderEliminarUn besote (y muchas gracias por tu visita a mi rincón)
Darthpitufina: Gracias, guapa.
ResponderEliminarEntonces debes ser una romántica...
Un besazo.
cada historia encierra muchas otras historias en su interior, de las obras de Lessing me gusta particularmente Nathan el sabio, que tambièn encierra muchas narraciones en su interior
ResponderEliminarun abrazo
Blas