28 diciembre 2021

Diógenes

 

La afición de papá por los viajes espaciales inundó nuestro hogar de objetos maravillosos. Asier tenía su habitación atiborrada de meteoritos y restos de satélites, mientras yo rescataba residuos siderales entre cientos de bolsas de basura cósmica. Para mamá traía piezas de tela intergaláctica o trozos de porcelanas de asteroides lejanos. Durante esos días, éramos felices escuchándole narrar sus peripecias. Pero la dicha duraba poco. A instancias de algún vecino envidioso, aparecían decenas de camiones municipales con la misión de expoliarnos nuestros tesoros. Después, se llevaban a papá vestido de blanco en una nave con sirena y luces ambarinas.



Primer Premio XIII Concurso de Microrrelatos de la Red de Bibliotecas Públicas Municipales del Ayuntamiento de Madrid

Recuerdos

 


Hoy he colgado el letrero con mi nombre en la puerta del bufete. Mario nunca lo sabrá, pero el suyo figura también, embadurnando las paredes, bajo el papel pintado. He recordado cuando volvía con hambre del colegio y el suministro eléctrico se mofaba de una nevera sin recursos. Siempre quería albóndigas con muchas patatas, porque estaba en pleno crecimiento. Con los lápices de mamá aprendí a dibujarle sus comidas favoritas. Se relamía. Esa tarde hacía frío. Le pinté una estufa y mantas con el rostro de mamá, para que no la echara en falta. Porque era la mayor. Porque se lo prometí. De madrugada, llegó papá trastabillando. Nos hicimos ovillo cuando abrió la puerta. Mario dibujó en la pared un escondite que me pudiera proteger, como cientos de veces vio hacer a mamá… En mi mesa: un portátil, sus fotos infantiles y los lápices que no consiguieron dibujarle una vida.


Ganador mes de febrero. Microrrelatos de Abogados.

https://microrrelatos.abogacia.es/microrrelatos/02-2021/

14 julio 2021

Decisión final

 Era lo que debía hacer. De lo contrario, me habría consumido viéndote crecer,  sabiendo que siempre serías la favorita.

Esta mañana tuve que insistir mucho para que me dejaran sacarte de paseo. Y mentir un poco. No podía decirles dónde iba a llevarte porque me lo habrían prohibido y, además, era un secreto de hermanos. Solo nuestro. Quería enseñarte los acantilados y el mar. De cerca. Lo más cerca posible.

Mientras caminábamos, sonreías recogiendo flores y piedras en una cesta, parloteando en tu lengüecilla de trapo. Qué bonita estás cuando se te marcan esos hoyuelos que tienen fascinado a papá... Te confieso que estos últimos años han sido terribles para mí. He dejado de ser hijo único, el ojito derecho de mamá, su niño, para convertirme en el hermano mayor. Me han despertado tus cólicos, me he pringado con tus cacas, has emborronado mis dibujos con tus babas y, lo peor, papá me obligó a regalar mi colección  de canicas para evitar que te ahogaras.

No te guardo rencor, hermanita, pero ha llegado el momento de despedirnos para siempre.

Diles a papá y mamá que los quiero muchísimo y, también, que saltar no era mi primera opción.

05 febrero 2021

RECUERDOS

 

Hoy he colgado el letrero con mi nombre en la puerta del bufete. Mario nunca lo sabrá, pero el suyo figura también, embadurnando las paredes, bajo el papel pintado. He recordado cuando volvía con hambre del colegio y el suministro eléctrico se mofaba de una nevera sin recursos. Siempre quería albóndigas con muchas patatas, porque estaba en pleno crecimiento. Con los lápices de mamá aprendí a dibujarle sus comidas favoritas. Se relamía. Esa tarde hacía frío. Le pinté una estufa y mantas con el rostro de mamá, para que no la echara en falta. Porque era la mayor. Porque se lo prometí. De madrugada, llegó papá trastabillando. Nos hicimos ovillo cuando abrió la puerta. Mario dibujó en la pared un escondite que me pudiera proteger, como cientos de veces vio hacer a mamá…

En mi mesa: un portátil, sus fotos infantiles y los lápices que no consiguieron dibujarle una vida.



Micro seleccionado mes de Febrero 2021. Microrrelatos de abogados

https://microrrelatos.abogacia.es/microrrelatos/02-2021/recuerdos-10/


16 enero 2021

TRAE MALA SUERTE DEJAR COSAS A MEDIAS

 

—Estoy en casa, amor —dijo el muchacho mientras sonaba un bolero.

La anciana tomó su mano para incorporarse y empezar a bailar.

—No he tenido oportunidad de arreglarme. Estaré horrible.

—Me gustas así: despeinada.

—¡Zalamero…!

Era su cuadragésimo aniversario de boda. También hacía treinta años, once meses y dos días que él había fallecido. Era diecisiete. Era octubre. Era París. Participaban en una marcha para erradicar la pobreza. Se desvaneció de repente. La prensa parisina tituló que «a un joven abogado se le había partido el corazón luchando por un ideal».

Él prometió que, cada aniversario, tendría su bolero y un compañero de baile. Ella, que continuaría su estela. Ambos guardaban fidelidad a esas promesas.

—¿Me acompañarás cuando termine este baile?

—Aún no. Aunque me veas vieja, todavía tengo fuerza y argumentos para defender la equidad global… Y demasiado supersticiosa como para dejar un proyecto o un brindis a medias.

 

 

PALABRAS: empezar, oportunidad, global, pobreza, erradicar

Microrrelatos de abogados

https://microrrelatos.abogacia.es/microrrelatos/01-2021/trae-mala-suerte-dejar-cosas-a-medias/


 

 

13 enero 2021

Down

 


Cojo tu mano y salimos corriendo hacia el lago. Recuerdo, como si el tiempo se hubiese detenido, tus ojos rasgados, aquellos deditos cortos, tu sonrisa incansable. Yo disfrutaba sumergiéndome hasta desaparecer de tu vista y cuando emergía fabulaba con las cosas mágicas que había descubierto abajo: dinosaurios de regaliz, estrellas parlanchinas, hadas con boca de pez… Me escuchabas boquiabierta, sin pestañear, deseando ser mayor para poder acompañarme. Ahora, el único consuelo que me queda es volver cada aniversario, cuando regresas a la superficie unos pocos segundos, para decirme —en tu lengüecilla de trapo— que todo era verdad y que en el fondo viven seres maravillosos.


Finalista semanal Relatos en Cadena Semana 15 (11/1/2021)

07 enero 2021

Un final inesperado

 

Me acerco y evita mis ojos. Lo huelo y, a pesar del tufo a medicinas, sigue oliendo a ella, a su colonia, a su tabaco. Querría comérmelo a besos; aceptar otra vez sus travesuras, pero tengo cincuenta años, dos hijas y la hipoteca pagada. Confieso que me presenté en su casa con un cuchillo. No quería matarla. Apenas humillarla y que me explicara algunas cosas. De repente Carlos apareció, nos encontró jugueteando en la cama y su corazón reventó. Quizás, ante lo esperpéntico de la escena, nos entró la risa nerviosa y tardamos bastante rato en avisar a emergencias.  

 

Tras más de 1500 microrrelatos, uno de los 10 relatos mejor valorados es este y formará parte de una antología cuyos beneficios irán a favor de Aones.

https://www.ellibroferoz.com/100palabras/

 

 

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