El matrimonio Nagasawa, tras varios intentos malogrados por ser padres, tenía entre sus brazos al pequeño Hiroshi.
Él, un afamado médico de la ciudad de Osaka.
Ella, una enamorada de la naturaleza, de la música y de las aves.
Él, un hombre exigente, demasiado severo, serio, recto e intransigente.
Ella, todo dulzura y amor en un cuerpo demasiado frágil.
Desde bien pequeño Hiroshi había escuchado a su madre tocar el piano y siempre que podían, y a escondidas, interpretaban a dos manos. Ambos cerraban los ojos y se dejaban llevar por la música. En esos momentos soñaba que era un pájaro, que volaba libre, haciendo piruetas al compás de Vivaldi. También supo en ese momento cual era su vocación… ¡Pobre Hiroshi! qué lejos quedaban estas fantasías, de los planes que su padre había diseñado férreamente para él.
Cuando el muchacho tuvo edad suficiente, armado de cuanto valor poseía, se presentó ante su progenitor para hacerle conocedor de sus dos grandes pasiones: la música y el estudio de las aves… Su madre, aguardaba inmóvil tras él, esperando una respuesta favorable.
-¡Tonterías!... ¿A qué vienen esas tonterías, Hiroshi?. Esas son cosas para juglares y titiriteros… ¿Música? ¿pretendes vivir de la música?... ¿Pájaros?... (risa burlona)…
-Pa-dre… (Fue la única palabra que pudo pronunciar Hiroshi antes de salir de la habitación). Volvió sobre sus pasos y se retiró.
La señora Nagasawa trató de interceder en favor de su hijo; también sin resultado. Sin reproches y con una voz tan dulce como firme se dirigió a su marido diciéndole:
“Algún día perderás a tu hijo. Búscalo entre las notas de un piano, las cuerdas de un violín o allí arriba, en medio de una bandada de pájaros. Solo en los lugares de sus sueños, serás capaz de encontrarle”.
Nunca más se volvió a hablar de este tema en la casa Nagasawa.
Meses después, coincidiendo con la llegada del otoño, la salud de la señora terminó por resquebrajarse… Se cuenta que un pájaro azul entró en su cuarto mientras velaban su cuerpo y entonó un hermoso trino, como despedida.
El joven Hisoshi se trasladó a Tokio para cursar sus estudios de Medicina, tal y como su padre había dispuesto para él. Estudios que concluyó especializándose en cardiología.
Había sido un alumno tan brillante que, con menos de treinta años, consiguió ser Jefe de Cirugía Cardiovascular, en el hospital más prestigioso de la capital.
El señor Nagasawa, que no cabía en sí de orgullo, organizó para tal evento una gran fiesta. Fueron invitadas innumerables personalidades de la ciudad de Osaka, así como los amigos más influyentes de su cerrado círculo. Quería mostrar, ante los ojos de todos, la fulgurante carrera de su único hijo y el prestigio profesional que había alcanzado.
Ningún detalle fue descuidado para tan ansiado acontecimiento. Hasta el piano de la señora, cubierto desde su muerte con un enorme pañuelo de seda, estaba decorado con las flores que, a ella más le gustaban. Todo estaba dispuesto para el agasajo del triunfador. Pero Hiroshi tenía otros planes; esta vez eran los suyos, y los tenía decididos para el resto de su vida. Entre ellos no se encontraba la cardiología...
¡Pobre Señor Nagasawa, unos preparativos tan elaborados para un hombre al que parecía habérsele tragado la tierra!.
¡Pobre Señor Nagasawa, unos preparativos tan elaborados para un hombre al que parecía habérsele tragado la tierra!.
Nadie supo dar explicación de la desaparición del joven Doctor Nagasawa. Nadie recordaba haberle visto en los últimos días. Tampoco nadie sabía su paradero.
El viejo doctor se sintió solo, triste y defraudado... Ahora, ensimismado con sus pensamientos, comenzó a entender la infelicidad de su hijo y recordó las palabras de su querida esposa. Pero ¿cómo le iba a preguntar a un pájaro?... ¿cómo iba a buscarle entre las notas de una partitura? ¿cómo?...
Pasó el tiempo, ese que todo lo cura, y -en contra de lo que dicen- el dolor se hacía más fuerte cada día, para este pobre anciano. Acostumbraba a pasar largas horas observando el paisaje por la ventana y, únicamente, se sentía acompañado y sonreía cuando algún pájaro se posaba en el quicio de ésta. En esos instantes, cerraba los ojos, imaginando a su querido Hiroshi.
Una tarde, mientras echaba una cabezadita en su sillón favorito frente a la ventana, escuchó una música maravillosa que procedía del jardín... Nessun Dorma...
Nessun Dorma... Creyó que estaba soñando. Se incorporó para observar el jardín y allí, bajo una bandada de pájaros, que parecían bailar al compás de la música, allí mismo estaba su querido hijo Hiroshi... que volvía a casa...
Una tarde, mientras echaba una cabezadita en su sillón favorito frente a la ventana, escuchó una música maravillosa que procedía del jardín... Nessun Dorma...
Nessun Dorma... Creyó que estaba soñando. Se incorporó para observar el jardín y allí, bajo una bandada de pájaros, que parecían bailar al compás de la música, allí mismo estaba su querido hijo Hiroshi... que volvía a casa...
Fotografía de Daysse. |
Madre mía, qué preciosidad.
ResponderEliminarEl texto y la música.
Gracias.
Fantástico...
ResponderEliminarBesitos.
Muy emotivo, Towi, sin llegar a ser pastoso (huye siempre del merengue). Con esa música de fondo comunica aún más. Ese "tema" incluso le hace sombra al "Iron Man" de Black Sabbath: ya sabrás que se han vuelto a reunir (jeje).
ResponderEliminarAbrazos de color naranja para mi bloguera favo.
Merce: Gracias a ti por acercarte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Erika: Muchas gracias.
ResponderEliminarBesos.
Conmovedor y con ésas tonalidades tristes que siempre dejan las intransigencias y los sistemas jerárquicos, los cuales acaban traumatizando aún a quienes se rebelan, pues los forzan a suprimir la parte buena de la autoridad y los beneficios que pudo haberle aportado. Muy en japonés estuvo que el joven completáse la carrera de cardiólogo, en otras culturas dificilmente.
ResponderEliminarÁngel: Menos mal que no te ha parecido un "pastelón", ¡puf! me alegro por ello.
ResponderEliminarYa sabes, unos días tocan globos enormes y otros, algo más merengado.
Te hago caso y huiré de lo pastoso, si puedo o si me doy cuenta.
La música es una preciosidad, lástima que no haya encontrado algo sin publicidad y le hace sombra a Black Sabbath, eso que no se te olvide, jajaja. Sé lo que adoras a ese grupo pero esto es otra cosa ¿verdad?
Abrazos anaranjados también para ti, ya sabes que eres uno de "mis ojitos"...
Dulces sueños, Angelín.
Deliciosamente tierno mi querida Glen, me hiciste llorar en el otro lado y aqui de nuevo con esta historia.
ResponderEliminarY es que así me veo, frágil y con mi pianista en post de hacerse un Erasmus en Europa y el pápa que hay que convencerlo para que lo deje volar en pos de sus sueños.
El problema es que no podemos verle volver tocando el instrumento, que ya sabes que los pianos de madera pesan mucho para pasearlos por el jardin.
Gracias por tus palabras, por tu afecto, por tu apoyo y por ser una persona tan linda como eres. Gracias de corazón.
Jolin, con mi niña...que otra vez se han cruzado los cables por la blogosfera. Es que esto de la sincronicidad es lo que tiene.
ResponderEliminarBesotes de nuevo.
Carlos de la Parra:
ResponderEliminarTuvo carácter al plantarse ante el mundo para seguir con su sueño de ser músico.
Un abrazo enorme y muchas gracias.
Neuri: Llora bonita, que no pasa nada por eso.
ResponderEliminarSolo llorando podemos "sacar" eso que nos duele dentro.
Sabes que te adoro Sra. Douglas (como yo soy la Glenn), jajaja.
Ánimo, verás como mañana con la luz del día lo ves todo de otro color. En cuanto a lo del Erasmus ¡madre, mía!, te entiendo del todo.
Muchísimos besos y que sepas que siempre tienes mi hombro para reir o llorar.
Una muy buena narración, con mensaje.
ResponderEliminarLucha por lo que quieres...y a los padres, escuchad a vuestros hijos.
Me ha gustado.
Deseo que sigas bien.
Me ha encantado la música y la historia.
ResponderEliminarNunca dejes de perseguir y de ver cumplidos tus sueños, aunque te lleve laaaargo tiempo.
Besitos y gracias por estar siempre ahí-
MUAC!!!
Hola Towanda, que bella historia!! me ha encantado amiga. Un beso enorme.
ResponderEliminarBella historia amiga, preciosa música a esta hora de la madrugada...
ResponderEliminarUn abrazo.
Towanda te felicito.
ResponderEliminarMe ha emocionado esta historia.
Creo que cada vez que escuche Nessum Dorma la recordaré.
Besos.
Towanda, que bello cuento con moraleja final en el que los padres deben toma nota: la vida de sus hijos no les pertenecen, sólo deben cuidarlos y ser su guía nada más. Eso muchos padres no lo entienden, logrando, de esta forma, convertir a sus hijos en frustrados desgraciados.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo fuerte.
Towanda, esto que acabo de leer es una genialidad que corre en paralelo con la música que has puesto.
ResponderEliminarPor respeto a su padre cumple, y de manera brillante, con los deseos de éste respecto a sus estudios. Por amor a sus sueños y a su madre, vuela. Y por amor a su padre, regresa.
Towanda, yo me quito el sombrero.
Un beso
Towanda, vaya esta vez te has ido a Japón, y nos dejas una historia un poquito triste, los padres nunca podemos decidir el futuro de nuestros hijos.
ResponderEliminarTu nos lo recuerdas de la forma mas tierna con tu historia.
Besos.
http://lablogoteca.20minutos.es/
te doy esta dirección porque debe haber un concurso de blogs y el tuyo creo debería tener un premio.
la música rompe las fronteras..cualquiera que pongamos
ResponderEliminarEl destino es ineludible, ni nadie ni nada se puede interponer si tienes un destino.
ResponderEliminarPrecioso... Todos tenemos un destino.
ResponderEliminarHola paso por acá después de un paseo cibernético. La verdad es que voy muy contento. Ya que tienes una óptica de ver las cosas muy variopinta. Gracias por compartirlas y con tu permiso me quedo en esta morada...
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy emotivo, triste, conmovedor. Es bueno reconocer cuando uno se ha equivocado.
ResponderEliminarBesos Towanda.
Precioso y triste.. muy buena la historia.
ResponderEliminarHay que dejar que los sueños de los demás se cumplan,.no queramos que los nuestros se hagan realidad en otra persona..
Me ha gustado mucho
Un abrazo
Precioso. Lo triste es la cantidad de gente como Hiroshi que hay por el mundo. Gente que ha tenido que renunciar a sus sueños sólo por agradar a otros. En fin, yo no me puedo quejar. Mi familia siempre me ha ayudado en todo lo que he emprendido y siempre les he tenido para recogerme cuando caía.
ResponderEliminarHermosa historia y muy bien contada. En mi caso además porque esta opera es una de mis favoritas.
ResponderEliminarMe gusta esta historia que habla de cumplir los sueños y de no perder en el camino el amor a los tuyos.
Besitos
Me quedo sin palabras Towanda. Simplemente genial.
ResponderEliminarY a pesar de todo, Hiroshi demostró su verdadro corazón...
Besote
Hola guapa , chapo por tu relato es precioso un besote para mi escritora favorita , besitos de Lm.
ResponderEliminarHermosa historia para recapacitar.
ResponderEliminarLa felicidad está en labrar sueños y recoger sus frutos,pero los de uno mismo,no los de los demás.
El final es emocionante.
Besos.
Muy buen relato me ha encantado.
ResponderEliminarPero y qué padre no quiere lo mejor para su hijo???
Al menos lo que el padre cree que es lo mejor, claro.
Besitos
Anna Jorba Ricart: Esa es el mensaje, precisamente el que tú tan bien comentas.
ResponderEliminarGracias, guapa.
Un beso fuerte.
MISS GRETI: De eso se trata, de perseguir nuestros sueños hasta las últimas consecuencias.
ResponderEliminarGracias por tu amabilidad, cariño, simpatía, savoir faire (esto lo lees con voz de José Luís Moreno, cuando presentaba galas)... jajaja.
Un beso muy fuerte.
Guille: Gracias, me alegra mucho verte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ernesto:
ResponderEliminarEs impresionante la música, a mí me encanta sobre todo ésta con violín.
Me alegro mucho de verte de nuevo.
Gracias.
Un abrazo.
TORO SALVAJE:
ResponderEliminarMuy agradecida por tus palabras.
Si cada vez que escuches Nessun Dorma, la recuerdas me doy por satisfecha para muuuuuucho tiempo.
Gracias.
Fortísimos abrazos y besos.
· Gracias por la risa que has dejado en una lágrima.
Hermosa historia. Una vida triste para un final triste. el que señala que el tiempo pasado es irrecuperable.
· Un abrazo... y gracias por tu visita.
CR & LMA
________________________________
·
Nicolás Jarque:
ResponderEliminarEso es precisamente lo que quiero decir... Tú me entiendes bien.
Un cuento para todos los que pasan por aquí, los jóvenes y los que son un poco más veteranos, para concienciar de que nuestros hijos deben tomar su propio camino y no el que nosotros dibujemos.
Un abrazo enorme y muchas gracias.
Valaf:
ResponderEliminarTu comentario es hermosísimo; ¡eso es!... ¡Bravo por ti!.
Yo veo las tres vertientes que tú comentas:
-Por amor, cumple con los deseos de su padre respecto a sus estudios.
-Por amor a sus sueños y a su madre, vuela. Comienza a tomar las riendas de su vida.
-Por amor a su padre, regresa. ¿Por qué no puede haber un punto intermedio donde juntarse?
Valaf, hoy tendrías un premio especial porque lo has clavado y me emociona muchísimo.
GRACIAS, amigo Valaf.
Tienes muy buena pluma Towanda, sensibilidad sin sensiblería. Esta historia me ha gustado especialmente por tratar temas cotidianos entre padres e hijos. No existe nada que el cariño no sea capaz de salvar, me gusta mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Asun:
ResponderEliminarHoy en Japón. ¿Te gustó?.
Nosotras, que somos mamás, bien sabemos de estas cosas, pero nunca está de más recordar lo infeliz que puede llegar a ser una persona cuando no le permiten cumplir sus sueños.
Gracias, Asun.
Vale, me apunto alconcurso. Ya me lo habían comentado hace unos días, aunque si en algo no confío yo, es en mi suerte.
Besos.
Noelplebeyo:
ResponderEliminarDebería ser así, pero no siempre lo es.
Gracias, majete.
Un abrazo.
Garcibáñez:
ResponderEliminar¿Azar o destino?... Yo creo más en lo primero, aunque de esto podríamos estar horas y horas debatiendo.
Un besazo.
Julie:
ResponderEliminar¿Tú crees que, desde que nacemos, está escrito el libro de nuestra vida?...
Tenemos que hablar más sobre esto.
Un beso, amiga.
Quino:
ResponderEliminarGracias. Sí, intento ser variopinta, aunque no simepre lo consiga.
Bienvenido a tu casa.
Abrazos.
GaMyr:
ResponderEliminarEfectivamente.
Gracias por tu punto de vista.
Un beso.
JValentina:
ResponderEliminarEso es también. Nuestros sueños deben caminar parejos a nosotros.
Un abrazo.
Goyo:
ResponderEliminarMe alegro mucho por ti. No todo el mundo ha tenido ese apoyo en la familia que tú tienes.
Gracias por tus palabras.
Un beso enorme.
Elysa:
ResponderEliminarHablando de la música, te pone los pelos de punta. Es maravillosa en cualquier versión que decidas escuchar.
Gracias por el comentario.
Un beso fuerte.
Manuel:
ResponderEliminarGracias doctorcito. ¿Te gustó?...
Y al final, Hiroshi, dejó ver su verdadero corazón. Precioso tu comentario, porque ese es el mensaje.
Un corazón puro que vuelve junto a su padre solo por amor.
Besazos.
Little Moon:
ResponderEliminarGracias, amiga.
Un honor estar en tan alta estima.
Besos.
Marinel:
ResponderEliminarSí, así es y así debiera ser, "recoger los frutos de uno mismo, no los de los demás".
Gracias por comentar.
Besazos.
David:
ResponderEliminar¿Qué padre no quiere lo mejor para su hijo?, probablemente ninguno.
Pero hay que escuchar a los hijos y no tratar de imponer tantas cosas. Yo lo veo así.
Un abrazo y muchass gracias por traernos tu punto de vista.
ñOCO Le bOLO:
ResponderEliminarYo encuentro el final con una gran esperanza.
Un abrazo y muchas gracias por comentar.
Candela:
ResponderEliminarMe alegra que te gustase. Sensibilidad sin sensiblería; lo intento siempre, porque mis hijas me acusan de "moñas" (=blandita) y no me gusta.
Gracias, amiga.
Un besazo.
¡Qué hermoso!, a veces queremos proyectarnos a través de los hijos y no escuchamos sus sueños.
ResponderEliminarHermoso final.
Me ha encantado
Un abrazo
A veces los padres pueden coartar una vocacion. En este caso pudo cumplir hasta donde su espiritu lo permitió. hermoso relato y la musica acorde. Un abrazo
ResponderEliminarBuen relato con moraleja, y la foto me ha encantado, me parece muy poética.
ResponderEliminarUn beso, Towanda.
Los sueños de una persona nadie se los puede arrebatar, se le puede obligar a hacer infinidad de cosas pero..., los sueños son de cada uno.
ResponderEliminarLa música es alucinante (después de la publicidad del coche) jajá
Besitos.
TERMINO LA NOCHE DEL DOMINGO CON ESTA BELLA ENTRADA. SI TE SOY SINCERA NO SÉ SI FELICITARTE POR EL TEXTO O POR LA MÚSICA QUE ACOMPAÑA...BUENO TE FELICITO POR LA ENTRADA Y ASI QUEDO MEJOR. ¡JA,JA,JA! SALUDOS TOWANDA
ResponderEliminarEs una pena que la música no resulte rentable, a no ser que seas un fenómeno. Pero hay quienes a pesar de todo se empeñan. Tu cuento tiene magia y encanto, y la música que le acompaña es sublime. Oye, ¿no te habrás inspirado en mi último post? Lo digo fundado en poco en el comentario que me hiciste. Me encantaría haberte dado la idea... :)
ResponderEliminarMe gustó mucho la historia
ResponderEliminarUn hijo luchando por su libertad
En un país donde culturalmente
la obediencia a los padres
es muy exigente y estricta.
Y ese final musical
con lo pájaros volando a su alrededor
Genial!!
Tamally maak
Muy hermoso Towanda.Siempre hay que dejar volar a los demás para que busquen allá arriba sus sueños...
ResponderEliminarBesos guapa!!!
Una historia y una música preciosa.
ResponderEliminarTocas muchos temas en muy breve espacio... El prestigio profesional... ¡ay! yo prefiero ser juglar y titiritero, un don nadie, que eso otro, tan frío y triste... Mira, leyendo tu relato he recordado una peli que vi ayer en un blog, me encantó y hay unas escenas que van sobre eso, sobre la "gente estirada que mira a los demás por encima del hombro", te paso aquí el enlace, por si algún día te apetece verla: http://octopus2036.blogspot.com/2011/10/besuch-vom-andern-stern.html#comments
Por otro lado... es verdad: el tiempo no lo cura todo, más bien no cura nada si hablamos de asuntos del corazón, lo que cura, lo que repara, lo que anima, es otra cosa: el amor, el afecto, la comprensión, el cariño sincero...
Y me voy ya, que si me dan cuerda me enrollo "like a persian" (lo cual no quiere decir que me enrolle como un persa, por cierto)
Un abrazo :)
Qué bonito, Towanda... me ha encantado el párrafo de la madre, muy sabio! La persona vive y se alimenta de sus sueños, sin ellos no seríamos nada. Un beso!
ResponderEliminarHola, te acabo de conocer a través de otra compañera. Muy bonito. Un beso desde Murcia...seguimos...
ResponderEliminarESPECTACULAR, Towanda.
ResponderEliminar¿ Sabes lo que es dar vuelta a la piel? Pues eso... me extendería en un comentario, pero me quedo con el silencio, tu historia, la música que acompaña y los pájaros que trinan en mi ventana.
BELLÍSIMO. GRACIAS POR COMPARTIR :)
Un abrazo ( ah, hoy soy yo la llorica jajaja;))
Uaaaaauuuu, me encanta.
ResponderEliminarEsta historia no me es desconocidad... Me suena de algo, ufff, y no logro recordar...
Beso grande para ti.
Ufff que suspiro acabo de soltar.
ResponderEliminarQue historia más bonita. Al final el padre pudo reencontrarse con su hijo que nunca estuvo perdido, solo buscaba su camino.
Besitos.
He aquí un buen cuento narrado al estilo tradicional. Ambientado Japón para darle un tinte de "sabiduría oriental". Ya en las primeras frases, como escopetazos, defines con dos trazos breves pero firmes (como los signos de la escritura japonesa). Y ya desde la quinta frase adelantas algo que va a ocurrir: un cuerpo frágil se puede romper. No me voy a extender, que gran sabiduría encierran las madres. Qué obsesión de los padres de hacer fotocopias, aunque sean en color. Todo el cuento se lee muy bien (aunque no pude oír la música, jeje). Cuento con moraleja: ¡Aunque te sientas obligado a obedecer a tus padres, cuando seas libre, haz lo que te de la gana! o mejor aún: Apoya a tus hijos en su vocación. Y si tuviera que poner algún pero, quizás, que la historia ya está contada, pero no tan bien como lo haces tu.
ResponderEliminarUn verdadero disfrute de lectura. Beso.
ResponderEliminarEs mi melodía preferida, no recuerdo la de veces que he sentido su poder. Y la primera vez fue en la Arena de Verona, y sabes? desde entonces es como ese pajarín azul que evoca todo aquello que emociona, que hace reflexionar sobre tantos momentos que, aunque el tiempo ya se los llevó para siempre, sentimos con tanta fuerza que nada nos lo podrá ya arrebatar.
ResponderEliminarTu relato es un acorde de palabras y sentimientos en una bella historia.
Un abrazo enorme!
Preciosísima historia...¡¡me encantó leerte...!!
ResponderEliminarCuantos padres habrá con ese tipo de actitudes...
Y cuántos se habrán arrepentido de no respetar las decisiones de los hijos...
He disfrutado mucho Towanda.
Un abrazo
Una hermosa historia no lejana de realidades y muy bien contada.
ResponderEliminarbsoss
Towanda, hermoso escrito, reflexivo además ¡Atrapas al lector de principio a fin!
ResponderEliminarBuen día
Un abrazo
No sé por qué, este relato, que a todas luces es real, se parece muchísimo a otra historia protagonizada por mis amigos japoneses, Nik y Hiromasa.
ResponderEliminarMe ha conmovido.
La narrativa, excelente, Towanda. Escribes pero que muy bien.
Abrazos
A veces olvido tu talento y me pregunto ¿cómo lo hace para tener tantas visitas y comentarios? Luego leo uno de tus relatos, como este, y lo entiendo... Al que nunca entenderé es a Hiroshi, gracias a Dios mis padres nunca intentaron cortarme las alas.
ResponderEliminarUn abrazo
Endless Love:
ResponderEliminarY lo hacemos inconscientemente, sin sopesar el daño que se infringe.
Un abrazo y mi agradecimiento.
Lapislazuli:
ResponderEliminarAsí es, como tú lo dices.
Un besazo.
Maribel:
ResponderEliminarGracias, guapa.
La foto es lo más de lo más, a mí me encantó. Primero vi la foto y luego la escuché. De ahí salió la historia.
Besos.
campoazul:
ResponderEliminarMenudos cabritos, estos de Goear, con la publicidad de coches... ¡Te estropean todo!.
A por ellos, o-e.
Gracias por tus palabras.
Un besazo, enorme.
FALI:
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te guste.
A mí, esta música, es una de mis favoritas.
Besos, guapa.
El Mirlo:
ResponderEliminarYa lo creo. Y es admirable a las personas que, siguiendo sus sueños, pueden vivir de ella.
En cuanto a lo de la inspiración, esta vez no has sido tú, mi querido mirlo blanco...
Fue una coincidencia que tú hablaras en tu post de los músicos, por eso te comenté lo de Osaka y el violín. Hemos tenido un poco de telepatía.
Un beso muy fuerte.
Daniel Eduardo Gómez:
ResponderEliminarGracias amigo por tus palabras tan amables.
Me alegra mucho tu comentario.
Un abrazo.
acróbata:
ResponderEliminarAunque, cuando se trata de los hijos, se nos olvide, ese es el mensaje.
Un beso enorme.
Gracias.
Ximo Segarra "ACAPU":
ResponderEliminarNunca serás un don nadie, porque tienes un talento enorme.
Veré la peli que me dices.
Gracias por extenderte, me encanta.
Besos.
Miss Bittersweet:
ResponderEliminarEso de vivir y alimentarse de los sueños, nos pasa a los soñadores. Otros se alimentan de logros, de acumular cosas materiales, de otras cosas...
Un beso.
alp:
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Un besazo.
Watashi wa:
ResponderEliminarEres un encanto. Muchas gracias.
Besazos.
rombo:
ResponderEliminar¿Te suena, verdad?... A mí, también, y no precisamente con la música.
Eres un solete.
Gracias.
Rosi:
ResponderEliminarEso es. Buscaba su camino, persiguiendo su sueño.
Gracias, amiga.
Un besazo.
Ximens:
ResponderEliminar¡Qué tarde vengo a mi propia casa para responder!. Estoy metida en unos proyectos que me roban muchísimo tiempo...
Ya sabes que me encantan tus comentarios y con ellos intento siempre mejorar.
Eres un gran observador, nuevamente te lo tengo que decir.
También, como siempre, gracias por acercarte y mostrarme siempre tu opinión.
Un besazo, y otro a las cigüeñas de la iglesia de Vallecas-Villa.
Emejota:
ResponderEliminarUn abrazo, preciosa.
Ánimo.
Carlos:
ResponderEliminar¿En la Arena de Verona?. ¡Qué maravilla!.
Me alegro que te gustase.
Te deseo que algún pajarillo azul, que ya sabes que en Japón traen buena suerte, revolotee cada mañana al oir que te levantas y te acompañe hasta que te acuestes.
Gracias, Carlos.
Besos.
El Canto de la Luna:
ResponderEliminarYo siempre he respetado todas las decisiones de mis hijas en cuanto a sus estudios. Otra cosa ha sido sobre sus amistades... ¡ya me entiendes!.
Un beso enorme y mi agradecimiento por tus palabras tan hermosas.
Spaghetti:
ResponderEliminarGracias, amigo.
Un abrazo.
Rosa.E:
ResponderEliminarSi te atrapé, me alegro muchísimo.
Es un lujo poder hacerlo.
Gracias, guapa.
Un besazo.
PiliMªPILAR:
ResponderEliminarQuizás, cada uno de nosotros, conozcamos a algún Hiroshi o seamos el mismo Hiroshi.
Hiroshi, un nombre que en japonés significa "generoso".
¡Cuántas veces hemos renunciado a sueños por no disgustar a los demás!...
Gracias por tu amabilísimo comentario que me ha hecho engordar un kilo.
Besos.
P.K. 1976:
ResponderEliminarPrimero, muchas gracias.
En cuanto a lo de cortar las alas, ¡menos mal! que a mí me las cortaron un poco, porque quería ser artista. De hecho estuve dos años haciendo teatro. No creo que, conociéndome ahora como me conozco, me hubiera gustado el mundo que rodea a los actores.
Un beso enorme.
Un relato genial Towanda, me ha dejado con una sensación de genialidad en la persona del hijo, que como algunas personas saben lo que quieren ser o hacer desde niños; yo no tuve esa suerte y por ello pago factura. La música que lo acompaña, excelente.
ResponderEliminarSaludos.
moderato_Dos_josef:
ResponderEliminarGracias, felicitaré al violinista en tu nombre.
Me alegro que te gustara, aunque observo que tú no tuviste la suerte de este joven...
Si es así, lo siento muchísimo.
Un beso muy fuerte.
Fantástico relato el de hoy, el primero que te leo en esta línea, los anteriores los voy leyendo salteados. Me ha gustado ver que te manejas con la misma maestría.
ResponderEliminarLos hijos y su futuro... qué difícil es, verdad?
Besos
Me encanta tu nombre, lo conocí en Tomates Verdes Fritos, llego desde Lapislazuli y encuentro esta hermosa historia, con música y poesía además, un placer pasar por acá.
ResponderEliminarQue historia más bonita y más triste,para todos. Creo que el padre no debería haber sido tan tozudo. Todos habrían salido ganando :)
ResponderEliminarBss.
tiene toda la onda
ResponderEliminarBonita historia,y no te sientas mal por discrepar para eso estan los blogs y otra cosa no creas que cuando escribo es todo sobre mi,generalmente no es asi,son solo cosas que veo o siento por ahi abrazote y gracias.
ResponderEliminarmientrasleo:
ResponderEliminar¡Ay, los hijos!...
Me alegro de que te haya gustado y también de que me leas lo menos nuevo.
Gracias.
Un beso muy grande.
maria cristina :
ResponderEliminarGracias por tu visita, por tu comentario, por quedarte...
Muchas gracias, recién llegada. Entra y tómate algo, lo que quieras.
Un besazo.
Mar:
ResponderEliminarYo también pienso así. El padre, al final, se vio solo por su fijación en organizar el porvenir de su hijo...
Pero éste tenía un gran corazón y volvió, con ambos sueños conseguidos.
Gracias por acercarte.
Un besazo.
JOAQUIN DOLDAN :
ResponderEliminarPuede que sí... ¿Qué onda?
Un abrazo.
Fiaris:
ResponderEliminarGracias.
Lo de discrepar es bueno, siempre que se haga desde el respeto.
Un abrazo.
Es una historia preciosa, con una buena moraleja. Al final siempre es lo mismo, los sueños siempre están ahí y tarde o temprano luchas por ellos. Me ha gustado mucho. Un bessito cielo
ResponderEliminarMen:
ResponderEliminarQue no perdamos nunca el poder que confieren los sueños, te lo deseo de corazón.
Gracias, guapa.
Un besazo.
Me fascinó tu relato, muy hermoso... es tan triste ir en contra de las pasiones por necesidad o por obligación, la vida pierde sentido.
ResponderEliminarUn abrazo querida amiga.
p.s. Por fin estoy de vacaciones, ya voy a estar más seguido por aquí :)
Carlobito:
ResponderEliminarGracias, amigo.
Sí que es triste pero el final es feliz.
Te felicito por las vacaciones. Yo no tengo ni un día libre.
Un beso muy fuerte.