Coincidiendo
con la fiesta de la patrona de Benavides los feriantes iban llegando a la plaza, donde
colocaban sus tenderetes, respetando siempre el recinto que el ayuntamiento les
acordonaba para ello. La echadora de cartas; el señor del algodón dulce; los
payasos; el
hombre más alto del mundo y su esposa, la mujer barbuda más pequeña de la tierra… Todos formaban una armoniosa comunidad que, durante la semana de festejos, convertían la plaza en el lugar más fascinante de todo el pueblo. Todos excepto Narciso, que nunca
paraba quieto y prefería ir por libre pregonando, de puerta en puerta, las
bondades de sus pócimas mágicas. Este año estaba causando furor la de la
"eterna juventud": un elixir prodigioso para no envejecer.
–“Si
siempre joven quieres estar… la pócima de Narciso debes tomar…” –cantaba con su
carilla de truhan.
Este
muchacho tenía encanto para engatusar lo mismo a cincuentones que a novicias; a
ancianas que a zagales. Y así, todos cuantos se acercaban, no podían resistirse a las bondades narradas por el muchacho acerca de su jarabe antienvejecimiento. Además, en esta ocasión, había cuidado mucho su envasado eligiendo para ello, unas magníficas botellitas de cristal labrado que taponaba con corchos teñidos de diversos colores.
La
mala fortuna quiso que un forastero, que se encontraba visitando a un pariente,
reconociera en Narciso al estafador que, tiempo atrás, le vendiera un carro
entero de una loción crecepelo. El indignado
calvo corrió al cuartelillo de la Guardia Civil y denunció al vendedor de
milagros por estafador. Acto seguido los agentes de la benemérita detuvieron a
Narciso que ni se inmutó. Aceptó con una sonrisa el arresto; sin protestas.
Tampoco
era la primera vez que le detenían; en estos menesteres ya tenía cierta costumbre. Tumbado en el camastro de su recién estrenada celda recordó aquel agosto de
1989 en la prisión de Ocaña; marzo del cuarenta y cinco en Nanclares de Oca; febrero de 1933 en la Modelo de Barcelona; julio de 1900 en la cárcel de Dueñas; diciembre de mil ochocientos setenta y…
Y si alguien vendiera un elixir de este tipo, ¿os atreveríais a comprarlo?
ResponderEliminarSiempre hago esto de escribir el primer comentario para comprobar que funciona, aunque a Toro le cuesta mucho dejar sus sabias palabras...
Un beso muy grande.
Para una vez que no engañaba el truhán van y le enchironan.
ResponderEliminarPues yo recuerdo de la Primera Guerra Mundial que estaba yo en la trinchera jugando al mus con el sargento mientras oíamos silbar las balas por encima y nosotros ni caso, le llamábamos el baile de la pólvora y es que lo primero es jugar y después esquivar.
Te advierto que yo le compré el elixir a Narciso y funciona, ya lo creo que funciona mientras me miro los barrios bajos.
Dos besos muy grandes,
Hola Sau.
EliminarJajajaja, a ti no te hacen falta elixires ni zarandajas de esas; mientras te funciones tus cosas por sí mismas, no les añadas química que eso a la larga pasa factura.
Un beso muy grande y muy fuerte.
Pobres vendedores ambulantes...
ResponderEliminarHola Tracy.
Eliminar¡Poooobres, charlatanes de feria!
Besos y gracias.
Towanda querida, hoy te intentaba poner algo en el post de las manías pero no lo conseguí. Bueno te decía que yo podía dar fe de que eran todas verdad.
ResponderEliminarY este nuevo cuento me parece muy bueno, parece que el elixir funcionaba a las mil maravillas.
Sobre tu pregunta de si me atrevería a tomarlo, lo pensaré.
un beso grande.
Hola Asun.
EliminarEs que hay veces que tengo problemas con los comentarios, no sé el motivo pero pasa.
¿Las manías?, como digo yo: ¿y quién no las tiene?
Yo, te aseguro, que no lo comparía.
Un beso muy fuerte y muchas gracias por salir de casa con el frío que hace.
Todos se fijan en los años, y yo voy y en lo único que me fijo es en lo bien que vive el rufián de alojamiento gratuito en alojamiento gratuito (y tiro porque me toca). Eso si las cárceles están en buenas condiciones, claro.
ResponderEliminarBesos!!
Hola Caminante.
EliminarEs otra visión, la verdad. Este rufián se las ingenia para vivir "de gratis", jajajaja, aunque no sé yo si eso será vida.
Besos, guapa.
Una historia curiosa, con un final de los tuyos. Respondiendo a tu pregunta, de entrada si se lo compraría (los rufianes me son simpáticos)Pero como parece que funciona no me lo tomaría.
ResponderEliminarSaltos y brincos
Hola Ester.
EliminarUn final que da qué pensar, jajaja.
Tampoco me tomaría un elixir de la eterna juventud, estamos en la misma línea.
Gracias por venir, guapetona.
Saltos y brincos para ti también.
Jorobar, qué bueno. Me ha encantado el final, pero ¿significa esto que el elixir era bueno? ¿por qué decidió vender la "inmortalidad"? ¿Cuánto tiempo llevaba "curando" la muerte?
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Hola Ángel.
Eliminar"jorobar", anda que no hace años que no escuchaba esa expresión...
El elixir era bueno y lo quiso compartir. Si yo lo tuviera, también lo haría circular pero solo entre los amigos. A ti te daría un par de botellas y gratis.
Que yo sepa, según me cuentan, ya llevaba varios siglos con esa misión de vender la juventud eterna; eso sí, la compaginaba con otras pociones que no daban tan buenos resultados.
Un grito hipohuracanado como despedida.
Me costó un rato entender el final, ya ves. No me aclaraba con eso de diciembre de mil ochocientos... Siempre tienes ese ramalazo del final que te deja un poco perplejo. Todo muy bien contado. Por cierto que las personas más longevas que he conocido más bien no tomaban nada especial.
ResponderEliminarHola Mirlo.
EliminarSi te costó entender el final, ya sabes y siempre lo digo, es por culpa de la autora que no supo explicarse bien.
Creo que los más viejitos que conozco tampoco lo toman.
Un beso muy grande.
Muy buen final. Yo creo que mejor es que no lo demuestre y sigan creyendo que es un estafador, porque sino los laboratorios farmacéuticos lo linchan.
ResponderEliminarNo sé si lo compraría en estos tiempos, pero te acuerdas del Quina San Clemente que decía daba unas ganas de comeeeerrrr!
Besitos.
Hola Mar.
EliminarBueno, como se enteren los laboratorios o las centrales de inteligencia de algunos países... La llevaríamos clara. Por eso es mejor, guardar su secreto disfrazado de estafa.
Me acuero de la Quina pero creo que era Santa Catalina, "da unas ganas de comeeeeeer".
Besos, guapa.
¡Hola Towanda! Muy buen post y divertido. Pues no sé si lo tomaría, creo que no. Soy miedosa para probar cosas nuevas. Te dejo un besote amiga
ResponderEliminarHola Lourdes.
EliminarYo, te aseguro que no la tomaría. Me gusta ir cumpliendo años y no soportaría quedarme en una edad para siempre.
Gracias, guapetona y un beso muy grande.
Uy parece que al él le funciono, pero ¿ quien desea vivir para siempre' Te mando un beso y te me cuidas . Buen domingo
ResponderEliminarHola Citu.
EliminarQuizá a él le funcionó porque era un soñador.
A tu pregunta de quién desea vivir para siempre no tengo respuesta. A mí no me gustaría.
Un beso muy grande y muchas gracias por acercarte.
¡Este tío era un vampiro! jajaja
ResponderEliminarBueno no, que funcionaba de día y los vampiros solo de noche...
Hombre sabiendo la verdad sobre el, seguro, pero como no le iba a creer, seguro que no.
Besos y salud
Hola Genín.
EliminarEse tío era un crack.
Ahora creo que está perfeccionando el crecepelo y me dícen que está a punto de patentar una fórmula que funciona, jajajaja.
Besos, Abu.
Se confundió. Tenía alma de politico, pero acabó vendiendo crecepelo.
ResponderEliminarBuen relato Towanda.
Saludos
Hola jaal.
EliminarImagina que la pócima llegara a la clase política... Sería el final de todos nosotros. Calla, calla, que miedo me da.
Besotes y gracias.
Towanda, tu comentario llegó alto y claro pero estuve enredando en la configuración del blogger y me cargué la entrada y todos los comentarios. Como la tenía escrita en un documento de word la copié de nuevo. Gracias por interesarte.
EliminarBesos
Hola jaal.
EliminarMe alegro mucho porque si no hubiera ido otra vez a dejarlo, jajajaja.
No se si me gustaría tener un elixir de la eterna juventud... si no tuviera alguien a quien compartírselo se me haría muy aburrido todo, imagínate, joven por siempre y todos viejitos y cansados, nadie me seguiría el ritmo!!
ResponderEliminarSaludos!!
Hola Nefer.
EliminarPienso como tú. Sería algo muy cansado y nada recomendable.
Nadie podría seguir el ritmo de la eterna juventud.
Besos, guapa.
¡¡Gracias!!
En tiempos de Viriato ya lo detuvieron tres veces por lo mismo.
ResponderEliminarBesos.
Hola Torito.
EliminarSí, creo que sí, en esa época ya dejó huella en las cárceles.
Un besazo y muchas gracias por estar.
Amplio prontuario el del caballero...Parece buen partido para ingresar en cualquiera de las asoicaciones políticas actuales...
ResponderEliminarBesote. Gracias por tus palabras en el blog
Hola Manuel López.
EliminarNo!!!! A los políticos, no.
Gracias a ti por ser tan especial como eres.
Un beso muy fuerte.
Bueno cuantos de estos tienen mas detenciones y andan todavia sueltos, o incluso cuantos de etos andan gobernando y mandando a los ciudadanos.
ResponderEliminarunos beotessssssssssssssssssssssssss
Hola sabores.
EliminarPues sí, así es.
De los políticos mejor ni hablamos que se me agría la leche del desayuno.
Besos y besos para ti.
Gracias.
Narciso, Narciso... ¿ no fue el señor que inventó el fuego? jajajaja. ¡Buen relato Towanda!!
ResponderEliminarAl final el mentiroso es lo que tiene, que cuando anuncia verdades nadie le cree. ¿ Comprar el elixir? me lo pienso y en cien años te contesto...
Besos de algodón dulce!
Hola Juliette.
EliminarNarciso hizo grandes cosas en su vida, jajajaja, ¿también inventó el fuego?, menudo crack de tío.
Este año creo que inaugura las fiestas patronales de varios pueblos de la sierra de Madrid...
Gracias, guapa y muchos besos para ti también.
Esa picaresca tan tipica de nuestro pais q se inició en la Edad Media y q no nos abandona.... Yo sí q compraria algun elixir mágico, seguro q si por lo menos para soñar en lo q podria suceder.....
ResponderEliminarBesos Reich
Hola Reich.
EliminarEso tenemos los españoles, el carácter de pícaros, pero ahora se ha multiplicado por cifras que son demasiado grandes y se nos escapan a la mayoría.
Besos y gracias, guapetona.
JAJAJAAJA mi niña, ¡¡¡qué final!!!. No me daba cuenta de las fechas, porqué va ¿patrás? o palante... jajajajaj
ResponderEliminarDime, cuántos años tiene el tipo?
Muy bueno.
Besos, preciosa.
Hola Rosy.
EliminarNarciso es ya muy mayor, creo que participó en alguna leyenda de la mitología griega pero no me hagas mucho caso.
Gracias, guapa.
Unos besazos.
Cuando todo parece transcurrir por sus cauces "normales" le das la puntilla con un final sorprendente. Bravo Towanda!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Hola Rosa.
EliminarMe gusta esa frase que dice: "nada es lo que parece", y me gusta una pequeña sorpresa; al menos intentarlo.
Gracias, guapa.
Un beso muy fuerte.
No cabe duda que era eficiente, jaja
ResponderEliminarUn relato estupendo
Abrazo
No cabe duda que era eficiente, jaja
ResponderEliminarUn relato estupendo
Abrazo
Hola Lapislazuli.
EliminarEra muy eficiente pero no le creyeron.
Un besazo, guapetona.
Muchas gracias.
WOW!! jajajaja sabes yo escribi algo sobre el hombre que no envejecia jejejeje
ResponderEliminarcurioso el giro final! me gusto mucho! mucho!!!
Hola Gary.
EliminarComo verás todo está ya escrito y es difícil encontrar un tema que nunca nadie haya tocado; ¿me pasas el enlace de tu hombre que no envejecía nunca?
Besotes.
al final,...se convierte en una tortura el resistir tanto
ResponderEliminarHola Noelplebeyo.
Eliminar¿Tortura? Bueno, puede ser.
Un besazo.
Hola Towanda!
ResponderEliminarTe felicito, ante todo,por tu precioso espacio.
Mira, te diré que con la historia que narras y la pregunta que nos pones das en el clavo conmigo por estos días. Hay momentos de la vida en que comprarías cualquier cosa, pagarías lo que sea, creerías en el más descarado de los charlatanes con tal de recobrar lo que crees perdido para siempre por una cuestión de salud para la cual los médicos no parecen darte solución.
Justamente estoy en una encrucijada con respecto a mi cabello, que se cae como las hojas de otoño y es pleno verano en Buenos Aires, por lo que debería estar creciendo. Yo tenía una cabellera preciosa, larga y tupida. Y en pocos meses, debido a un síndrome raro, que no me va a matar, pero que produce este tipo de sintomatología, he perdido tres cuartos del cabello que me embellecía y me hacía lucir más joven. Y tengo 44 años.
Así es que estoy considerando seriamente ir a ver a alguno de esos que prometen hacer crecer el cabello y pagarle lo que me pida, aunque sé muy bien qué clase de ladronzuelos suelen ser. Pero quizás el mero hecho de poner mi fe en la magia que se nos vende en frasquitos surte algún efecto más benéfico que el de andar juntando los cabellos caídos y viendo qué peinado adopto para salir a la calle y que no me pregunten que ha pasado con mi cabellera.
Por supuesto que esos embusteros merecen la cárcel por lucrar con la ilusión de la gente de buena fe que cae en sus garras ante la desesperación mucho más que por el dinero que les sacan, ya que la ilusión es lo más puro y sagrado que se puede perder. Y eso no tiene precio.
Un beso!
Hola Fer.
Eliminar¡Bienvenido!
Parece que sí he dado en el clavo contigo, por lo que cuentas. No sé si tendrá una demostración científica o no pero creo que la ilusión es capaz de hacer mucho por nosotros. En lo de tu cabello, seguro que también...
Muchas gracias por acercarte hasta aquí y espero verte muchas más veces.
Unos besos.
Soy Fer...nanda. Soy mujer. Simplemente, te quería aclarar por si pensaste que se trataba de un señor que se estaba quedando calvo.
EliminarBesos.
Hola Fer...nanda, jajajaja. Soy la re-leche, perdóname guapa, estaba ahora mismo leyendo la entrada de tu blog y he venido de inmediato para reparar mi error. Lo entendía mal.
EliminarTambién hace unos años se me empezó a caer el pelo mucho y eso a nosotras nos afecta sobremanera. Ojalá que encuentres el remedio adecuado y que todo se solucione.
Un beso muy fuerte y perdóname la confusión.
Fer, no puedo dejarte ningún comentario en tu blog...
EliminarPara una vez que no mentía, el pobre... Pero bueno, tiene toooda la vida por delante... Lo compraría? No sé, no sé...
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Margari.
EliminarEste Narciso es un truhan y se gana la vida así. Si no le creen, no le importa... En su camastro, se muere de la risa.
Besos, guapa.
Algunas veces necesito de truhanes, rufianes y zalameros para que me endulcen la vida ......y he bebido pozimas de eterna juventud y crecepelos por si acaso era cierto...... ¡solicito un indulto para Narciso!
ResponderEliminarBesos Towanda, tu si que vales
Hola Tere Rojo.
EliminarPrimero, bienvenida.
Segundo, gracias.
Y tercero, vamos al lío... Todos necesitamos de cuando en cuando a alguien que nos endulce la existencia; de acuerdo. Tú no necesitas pócimas porque eres muy joven, una chavala...
Y en cuanto al indulto de Narciso, me dice su abogado que aún necesita unos días más en el camastro de la cárcel de Benavides porque está pensando en un remedio líquido para evitar la corrupción... ¡Dejémosle unos días que es un tipo listo!
Gracias, guapetona.
Un beso ENORME.
Yo tampoco me compraría el elixir, prefiero envejecer con el tiempo que es lo natural, además dicen que la arruga es bella. De todas formas los truhanes siempre tienen su lado picaresco y encantador. Me gusto el final. Siempre sorprendes. Un abrazo grande
ResponderEliminarHola María Mercader.
EliminarYo tampoco me lo compraría. Estoy contigo en dejar al tiempo que haga lo que toca en cada momento.
A mí me encantan los pícaros, pero los de la antigua usanza no los que tenemos ahora a cada lado al que miremos.
Un beso, guapa.
Gracias!!!!
Entonces lo raro es que esté en la calle, jajajaja. No creo que tengan demasiado peligro. La culpa no es de ellos, somos nosotros que nos dejamos engañar.
ResponderEliminarBesotes Towa!
Hola ion-laos.
EliminarA Narciso le cogen cada lunes y cada martes ya está en la calle. Es un vividor simpático que juega un poco al engaño.
Los grandes timadores y los sanadores que comercian con curar las enfermedades; esos me dan asquito.
Gracias, tesoro.
Un besazo.
Tuvo que intentar una poción que funcionara para poder seguir viviendo del engaño. Lo que no acierto a entender es el motivo que lo llevó a vender esta vez un brebaje que funcionara, tal vez se estaba redimiendo...
ResponderEliminarY respondiendo a tu pregunta... no creo que me gustara. De cría viendo los inmortales me daba muchísima pena que estas personas estuvieran condenadas a despedirse siempre de sus seres queridos porque estos eran de condición mortal. Más que un milagro me sonaba a una condena el estar en un duelo permanente sabiendo que esa situación se iba a repetir una y otra vez. La opción a esa condena era la más absoluta soledad..
Besos
Hola mientras.
EliminarLa poción de la eterna juventud sí funcionaba, o al menos con él. Quizá quiso compartir elixires que daban resultados con otros que no... No lo sé, Narciso vino una tarde a mi casa y solo me dijo esto que conté.
Estoy contigo en que este tipo de pociones no deben garantizar el ser feliz. A mí me daría miedo sobrevivir a los que, por ley de vida, no debiera hacerlo.
Besos, guapa.
Un besotazo.
Inmenso Narciso, como tú. Ya me darás un traguito de esa "fraudulenta" pócima.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Cuentón.
EliminarPero si tú eres una de las personas más jóvenes que conozco; no te hace falta elixires ni longanizas para ser uno de los cuentistas más GRANDES y divertidos que conozco.
Un beso muy grande.
La mayor truhana zalamera eres tú, queridisisisisisima Towanda, que me rejuveneces con tus relaticos y tus piropos locuelos. Mira, mira ya se me han ido mis curradas patas de gallo O-O
ResponderEliminarHola RubiaProducciones.
Eliminar¿Tú crees? Oye, me encantaría ser todo eso... jajajaja.
Un beso muy fuerte, que eres una "mostrua".
Que más le daba a Narciso que le detuvieran, al fin tenía todo el tiempo del mundo a sus pies (y en frasquitos). Igual saca mas provecho al negocio porque a algunos que pasan tantos años encerrados (por méritos propios) les convendría muy bien comprar unas cuantas botellitas, a ver si así aguantaban hasta el final de la condena y no se largaban antes. ¡Y no te digo nada los que empezaran a entrar ahora!, voy a compartir tu relato a ver si “alguno” o “todos” quieren el elixir. Jajaja
ResponderEliminarBueno, bueno el relato. Te superas día a día ....
Besitos.
Hola Campo.
Eliminar¡Claro! A él le da lo mismo que le detengan un par de días porque así tiene tiempo de ingeniar nuevos elixires. Le gusta comer y dormir "de gratis". Y es que es un truhan que tampoco hace demasiado daño a nadie.
Bueno, no me hables de la realidad que ahí se nos agría hasta la leche del desayuno...
Gracias, tesoro por ser tan buena amiga y compañera de fatigas.
Un beso muy fuerte.
Tienes el inmenso poder de transportarme a tus escenarios, donde tus relatos porque cada vez que te leo, puedo sentir, ver, oír y casi tocar a tus personajes!
ResponderEliminardicho de otra manera: escribes de fábula!
un besorro de lunes (cargado de energía)
Hola DAvid Orell.
EliminarTe acepto ese besorro que me ha venido directo a la mejilla como un cohete.
¿Te imaginas que pudiéramos transportarnos realmente a los lugares que contamos en nuestros relatos?
Jolínes, me encantaría. Yo, como soy mala cocinera, imaginaria una larga mesa llena de viandas exquisitas y os invitaría a todos a una gran comilona (barra libre, claro)...
¡GRacias, generoso!
Un beso muy grande.
Jolines.......
ResponderEliminarMìra que tan ràpido me han contagiado tus expresiones tan joviales y simpàticas!
Verdaderamente ingenioso final... y ya casi me iba en el barquito,
sino lo leo detenidamente, pero me salvò la campana.
Cuando empezaba a compadecer a dicho truhan o salamero,
pero que al verlo tan campante en su camastròn, recordando
su ardid y grandilocuencia, pude advertir que al final era tan cierto
y efectivo su producto para seguir en cada feria eternamente.
Te saliò magnìfico mi linda amiga!
Que si tomarìa el elixir?
El escritor argentino Jorge Luis Borges habla en su obra "los inmortales" una serie de consideraciones
metafìsicas acerca de lo absurdo y doloroso que serìa habitar en los laberintos de la vida sin poder morir!.
Pero si lo hacemos usando la ficciòn como tan estupendamente lo haces tu!,
es decir en un marco ideal de felicidad absoluta
....a lo mejor si! Con el muso y la musa sumergidos en las burbuja del amor
y un final feliz eterno como en muchas pelìculas, ni hablar!!
Besos y abrazos Towi!
con todo cariño
Hola Francisco José.
EliminarSiempre hay que leer con detenimiento hasta el final ¡jolines!
Hay un refrán que dice mi madre: "hasta el rabo, todo es toro" y que puede venir muy bien para ilustrar lo que quiero decir. No se debe celebrar un triunfo hasta que no se haya terminado completamente la tarea.
Me alegro mucho si te gustó el cuentecillo y me encanta la consideración que traes de Borges; es fantástica.
Muchísimas gracias, Francisco, por ser tan truhan y zalamero conmigo.
Y otros tantos besos y abrazos para ti.
Me quedo siempre preguntándome ¿Como puede hacer esta mujer relatos apasionantes con tan pocas líneas? Precioso Towanda. Pobre Narciso que nadie le creyó y poseía el quizá más ansiado descubrimiento desde que el hombre pisó tierra bajo sus pies.
ResponderEliminarYo quisiera que no envejeciéramos nadie, no tendría sentido para mi que lo hicieran mis hijas, marido, amistades,familia... y yo seguir joven, pero ser joven siempre, con los demás ¡Claro que si!
Besitos mi querida Towanda.
Hola Lola.
EliminarBueno, bueno, si hablamos de gente impresionante y cosas impresionantes tienes cientos de fotos en tu blog de todo lo que haces que (a mí) me resultan imposibles. Esas tartas, esas pastas, esas ensaladas tan colocaditas, esos ingredientes que suenan tan exóticos (para mí)... Eso sí es ser una gran cocinera, que cuida cualquier mínimo detalle.
Narciso es un tipo feliz. Se conforma con ir de feria en feria y engatusar a los paisanos con sus encantos. Vive a su manera y es feliz con sus recuerdos. Ojalá, que nadie lea esto porque la seguridad de Narciso y de su pócima pueden correr peligro... Stop.
Yo tampoco quisiera mantenerme siempre joven si mis hijas se van haciendo viejitas ¡PASO! Yo, a mi tiempo y envejeciendo como mis amigas...
Besos, guapetona.
Es que estos tipos nunca mueren. Pero joder, hay gente a la que no nos queda tan mal un Zidanne, el tema es tener el pelo bien corto y cara de hombre, je.
ResponderEliminarYo conocí al tipo más bajo del mundo. Tenía un defecto: la cabeza le olía a pies. Claro que... cuando los pies le olían bien... bah, no sigo que me repito.
Un beso enorme!
PD- Siempre me han gustado los relatos así de escuetos pero que dicen mucho.
Hola SBM.
Eliminar¡Claro que no! Pero bien cortado, no como lo llevaba Zidanne que parecía que se hacía la coronilla en lo alto de la cabeza. Antes un hombre calvo era sinónimo de ciertas cosas que yo no voy a decir... Ahora un tío bien rapado puede ser el mayor de los seductores. Te lo digo yo que de esto entiendo.
Jolín, pensaba cuando decías lo de los pies que volvíamos a lo de los calcetines con membrillo, jajajajaja. Me hizo muchíiiiiiisima gracias, la verdad sea dicha.
Gracias, guapetón.
PD: Ya sé que eres gordito, con poco pelo y cara de hombre... Tú sigue dando pistas que estoy haciéndome tu dibujo mental...
jajajajajajajaaja qué graciosa! Pretendes utilizar la psicología de manual conmigo!!!! Y que pique con eso de gordito, jajajajajajajaja
EliminarNo te digo qué te mereces que estamos en público, jajajaja
Hola SBm.
Eliminarjajajaja, si es que me das muchas pistas tuyas y ya tengo tu retrato robot formado en la cabeza.
Díme lo que me merezco, jajajaja.
Un beso muy grande.
Ya te lo has dicho tú: un beso muy grande. Yo iba a decir otra cosa mejor, pero como tú te lo dices todo...
EliminarOye, una curiosité... ¿de dónde has sacado eso de gordito?????????
Hola SBm
EliminarAhora no lo recuerdo (lo de gordito) pero lo voy a buscar porque creo que lo comentaste tú algún día. Bueno, no te preocupes, que a lo mejor lo he imaginado yo.
Ahora miro por ahí y si lo encuentro te lo mando.
Besos, majísimo.
SBm, no encuentro por ningún sitio lo de gordito. Te prometo que creía que me lo había dicho tú; como no ha lugar lo retiro y me quedo pensando en quién sería el que me dijo que era hermoso en carnes...
EliminarUn beso, caraguapa.
jajaja, era imposible que lo encontraras... aunque... a veces también me he descrito con legañas perennes. Tú ni caso :-P
EliminarHola Sbm.
EliminarTe prometo que creí que, alguna vez, me lo dijiste. ¡Perdona, caraguapa!, jajajaja.
Calcetines, legañas... ¡Dios, eres la leche!
Towanda, ¡Qué pillo y longevo el tal Narciso! Me quito el sombrero por esta cuidada pieza donde la prosa acompaña al relato y viceversa. Además ese final es magnifico. Y es que contra la inmortalidad que mejor que aventuras de este tipo, como las que te llevan a la cárcel.
ResponderEliminarUn beso grande.
PD: Aviso con tiempo. Este año la Quedada Microcuentista, se celebra el 18 de mayo en Madrid. Si estás interesada, te puedo informar de como puedes estar al tanto de la misma.
Hola Nicolás.
EliminarGracias, me alegro de que te gustara el final. Pienso, tras algunos comentarios, que no quedó lo suficientemente claro y me da rabia pero ya estaba escrito y publicado. Esto me servirá para cuidar más y mejor las palabras.
Gracias por avisarme con tanto tiempo de la quedada microcuentista. Me pasaré por tu casa y allí me informaré. Si me quedan dudas te escribo un email.
Un beso muy grande.
Que original historia jeje, de echo tambien me pasaba para comentarte que tienes un regalito en mi blog.....Deseo que te guste Muuuuuuchoooooooooo!
ResponderEliminarUn Cálido abraazoooooo
Hola Gataky.
EliminarGracias por venir y por el regalito.
Un besotazo de los grandes.
Caray, sí que era un reo experimentado en el tiempo,sí!
ResponderEliminarLo cual quiere decir que en verdad era un infame,un estafador en toda regla, además de tener muchos años vividos...
¡Ay si pudiese encarcelase tan fácilmente a tantos estafadores presentes!
Claro que...también harían inventario de las cárceles pisadas con toda tranquilidad me temo, mientras,estos sí, envejecieran.
:)
Besos.
Hola Marinel.
EliminarBueno, si a los estafadores, delincuentes, zarrapastrosos, chorizos, metemanoenlascajas y demás fieras del panorama de corruptos fuera tan fácil encerrarlos, yo firmaba.
Muchas gracias por venir y por tus sabias palabras (comparto todas).
Besos, guapa.
Towanda, genial el relato. El final es muy bueno. Nos vas enredado en la seducción de tu historia. Paseamos por la bulliciosa feria observando tipos humanos y mercaderías curiosas y ¡zas! nos das a probar el elixir antienvejecimiento y te lo compramos.
ResponderEliminarCuando pases por el Café Literario no olvides traer una pequeña muestra para ofertar a la clientela. Igual montamos un negocio.
Me ha encantado.
Un abrazo
Hola Felicidad.
EliminarMuchísimas gracias.
Tengo algunas botellitas del elixir y creo que nos puede venir muy bien para montar un pequeño stand en el Café Literario. De hecho, el otro día cuando pasé, uno de tus camareros me ha hecho "ojitos" y es que no me pude resistir a tomarme un sorbito de antivejez, jajajaja.
Un beso muy grande y me alegro mucho de que te haya gustado esta historia.
Maravilloso relato, donde nos dejas enganchados hasta el final de la historia.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola Fus.
EliminarGracias, guapo.
Vuelve pronto, ¡haz el favor!
Un abrazo muy grande.
Eso que le sucedió a Narciso es lo que llama "gajes del oficio" :)
ResponderEliminarBss.
Hola Mar.
EliminarNarciso es perro viejo y sabe a lo que se arriesga con esos gajes de su oficio.
Muy buena observación, guapa.
Un beso.
Hola guapa ; una entrada muy certera ya que en los tiempos de mi abula ; un dia iba una gitana diciendo que por 3 duros hacia cestass de mimbre amano ; mi abuela le encargo una ya que en 2dias la tendria hecha ; como la gitana hacia dias que no habia comido le dijo que para adelantarle el pago de la cesta tenia que darle medio pan de un kilo ; y mi abula de buena fe ledio el medio pan ; y han pasado 50 anos y todavia esta mi madre esperando la dichosa cesta de mimbre ; jajajaja besos de Lm una entrada muy buena.
ResponderEliminarHola Little Moon
EliminarMe encantan tus historias, guapa.
Un beso muy grande.
Hola , buenas tardes Towanda.
ResponderEliminarTengo una sorpresa para ti...
Mi nueva entrada está dedicada a vosotros, a mis seguidores. Me gustaría compartirla contigo porque eres partidaria de ella, y por ello te dejo aquí el link, ¿ok? Que la disfrutes.
http://insolitadimension.blogspot.com.es/2013/02/carta-de-agradecimiento.html
Un cálido abrazo y feliz día.
Hola Melodie.
EliminarBueno, pues me acercaré a leerla.
Un beso.
De esos enagtusadores y vendedores de cebo de culebra hay por montón... sobretodo en la política.
ResponderEliminarHola Marcelo.
EliminarBueeeeno, no lo dudes, es donde más hay.
Besos.
Y era tozudo el hombre, no aprendia con tanto encierro.
ResponderEliminarGratisimo leerte
Cariños
Hola Abuela Ciber.
EliminarDisculpa mi tardanza en contestarte pero es que no podía hacer comentarios ¡qué cruz!
Un abrazo muy grande y muchas gracias.
La experiencia le demostraba que de la cárcel se entraba y se salía, él no tenía que cambiar de hábitos de vida en los que era un profesional.
ResponderEliminarEs muy agradable leerte.
Un abrazo:)
Hola m.p.moreno.
EliminarEra un profesional con todas las letras, jajaja.
Gracias, guapa.
Un besotazo.
La rueda de la vida que gira y gira, pero que suele llevar a los mismos paisajes. Pero lo peor es que a Narciso no le enseñó a cambiar la fórmula, así que le pasará de nuevo en unos años.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Víctor Aranda.
EliminarGracias por tu comentario. Así es la rueda de la vida, caprichosa.
Un abrazo muy grande para ti también.
¿Eterna juventud? De viejo, prefiero seguir cumpliendo años... sin perder uno siquiera.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Salud
Hola de soslayo.
EliminarDebe de ser horrible eso de ser eternamente joven; mejor cumplir años y vivir que no es poco.
Gracias por tu paso por aquí.
Es un placer recibir a nuev@s amig@s.
Besotes.
Qué bueno, Tow. Todo transcurre como un cuento clásico, con una prosa de buena lectura. Y cuando todo parece que decae, ese detener al estafador viene esa eterna juventud. Anda, que no eres buena escribiendo ni na. Felicidades por traernos estas historias. Lo único malo de tu relato es que no encuentro peros, cachis.
ResponderEliminarHola Ximens.
Eliminar¿No encuentras peros? Cachis y recachis.
Bueno, por un lado me alegra porque se ve que voy aprendiendo pero por otro, temo que te me estés ablandando. Confío en que sea lo primero.
Un beso muy grande y muy fuerte.
Ah! y gracias infinitas por acercarte hasta aquí.
Hacía tiempo que no pasaba por aquí, desde que dejé la actividad del blog cuando te conocí. Desde facebook el comentario del que está aquí arriba, Ximens, me ha hecho regresar.
ResponderEliminarUn relato muy bien narrado, con el que nos acercas a otros tiempos, haces que la a escena se le ponga imagen...
Saludos
Hola Anna Jorba.
EliminarMuchas gracias por acercarte a comentar. Claro que recuerdo que dejaste el blog, ¿has vuelto?
Un abrazo muy grande.
Hola Towanda amiga!!
ResponderEliminarQue lindo es volver a leerte, se lo puede encontrar a Narciso todavía???? Vamos a ver si le hacemos una visita a la celda por si tiene alguna de aquellas botellitas.
Muy buen relato con ingenioso final!
Hola Guille Silva.
Eliminar¡Cuánto tiempo Guille!, esto se nos va un poco de las manos y con un solo administrador se hace difícil llegar a todos los sitios.
Si quieres una botellita del elixir se la pido a Narciso. Me han dicho que sigue encerrado y este fin de semana voy a ir a visitarle, jajaja.
Un beso muy grande.
Un estupendo relato como siempre y como el mismo sentido del humor que nos tienes acostumbrados, me encanta pasar por aquí.
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola Oliver.
EliminarGracias. El humor que no falte porque nos moriríamos.
Un abrazo y tómate algo, que pago yo.
Hola Abuela Ciber.
ResponderEliminarDisculpa mi tardanza en contestarte pero es que no podía hacer comentarios ¡qué cruz!
Un abrazo muy grande y muchas gracias.
Pues no debía de ser tan malo ese elixir de la eterna juventud... Yo por mi parte no lo probaría. No me importa llegar a vieja. Tiene que ser un palo muy gordo ver cómo se van todos los de tu alrededor mientras tú te mantienes fresca como una rosa...
ResponderEliminarUn abrazo!!
Hola María Clara.
EliminarEra buenísimo, lo que pasa es que en su macuto llevaba muchas cosas más que eran "engañabobos".
Estoy contigo y tampoco probaría un elixir de esos. Yo quiero ser vieja con clase, con mis arruguitas y mis carnes caídas... ¡Como Dios manda!
Un besote, guapetona.
Que tal curriculum tenía.
ResponderEliminarHola David C.
EliminarBueno, si yo te contara... Era un menesteroso y sabía hacer de todo.
Besos.
Hola Oz.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y tus palabras.
Te visitaré.
Besos.
Hola Abuela Ciber.
ResponderEliminarTe deseo lo mismo para ti, ¡gracias!
Besos.