Delia Noriega llegó a
Villafranca atravesando la Cuesta de San Judas, arropada por una noche cerrada; la más
oscura y fría de todas las que eran capaces de recordar los lugareños más
ancianos. Arrastraba sus maltrechos pies descalzos con la mirada perdida en la negrura.
Sin ropas de abrigo; apenas cubierta con unos jirones de lo que pudo ser un vestido de raso azul cielo. Las mangas tres cuartos, dejaban al
descubierto unos antebrazos delgados, repletos de morados y marcas de lo que
parecían dentelladas de alguna fiera. Las manos finas, menudas y amoratadas cubriendo su desnudo pecho. Los cabellos enmarañados, de un color indefinido entre ocre
arcilla y sangre…
Mariano Antolín salía del Casino, como lo hacía cada noche, dejando en el suelo tres
escudillas repletas de restos de pescado para los gatos. En ese momento, sus ojos se fijaron en la figura que seguía caminando como autómata sin rumbo. Le dio el alto hasta en cuatro ocasiones,
sin respuesta alguna. Tomó un candil en sus manos y salió
en dirección a la mujer que parecía viajar sin alma.
Se colocó frente a ella y,
solo entonces, Delia detuvo su paso y pareció mirarle. Acercó el candil al
rostro de la mujer y pudo observar, entre cortes ensangrentados, dolor y miedo tratando de escapar a través de los ojos
más tristes que jamás vio en su larga vida. Se quitó el mandilón de
rayas grises y verdes, que llevaba puesto, y lo colocó sobre los hombros de la joven. Indefensa
y aterida de frío, agradeció el gesto del mandil y tendió la mano a Mariano apretándola con fuerza.
Éste, hombre fuerte y curtido por los años y una vida dura, recolocó el mandil arropando el cuerpo magullado con
el gran trapo, como si de un bebé se tratase. La tomó en brazos intentando aportarle, con el contacto de su cuerpo, el calor que tanto necesitaba.
Luciano cogió un cazo y sirvió a la muchacha una taza de caldo bien caliente. Marcelino corrió a su casa en busca de algo de ropa, que aún guardaba, de su difunta Adela. Adrián avivó el fuego. Gervasio tomó en sus manos una palangana, que llenó de agua bien caliente, y con una esponja comenzó a lavarle los pies. Presto estuvo Manuel, cuando finalizó, para secárselos con una toalla y a continuación Roque, “El Colorao”, le untó el ungüento verde, que llevaba siempre en el bolsillo, para prevenir las quemaduras del sol. Marcelino regreso apresurado, como alma que lleva el diablo, con una gran bolsa llena hasta rebosar de ropa y calzado. Mariano, cerró con llave la puerta del Casino y cada uno de los paisanos comenzó a hacer hueco entre las mesas. Heliodoro y Roque, “El Canijo”, lanzaron una cuerda de un lado a otro del salón que fijaron con apretados nudos, en las argollas colocadas en las paredes. Una vez bien tensa, colgaron unas sábanas oscuras de franela.
En ese pequeño habitáculo de paredes de tela, muy cerquita de la lumbre, prepararon un gran barreño de agua para que la joven pudiera asearse con privacidad. Arrastraron un gran banco de madera donde dejaron varias mudas sin estrenar, una gran toalla y todas las prendas de vestir que un día pertenecieron a Adela.
Al otro lado de la estancia
cubierta, los hombres aguardaban en pie, expectantes...
Una vez hubo terminado Delia apareció entre las sábanas, con el pelo aún mojado,
ataviada con una falda de estampado floral y una camisa de fina seda blanca…
Sus mejillas, ahora sonrosadas, y sus ojos negros miraron con agradecimiento a
cada uno de los hombres. Fue suficiente gesto para darse por satisfechos. Antes
de hablar, retrocedió unos pasos y arrojó al fuego los restos de lo que alguna vez pudo haber sido un vestido de
raso azul cielo y respiró aliviada. Se acomodó en una silla, cerca del fuego, y se
atrevió a romper el silencio. Narró entre lágrimas el rosario de tormentos de
los que había sido objeto en los últimos tiempos… los golpes, desprecios, peleas, vejaciones, todo el cautiverio vivido… Después el
accidente y su huida… “Le dejé en el coche... está grave;
muy grave… a pocos kilómetros de aquí…”
Un lazo invisible unió esa noche a todos los congregados en el Casino. Los ojos de aquellos hombres, la mayoría ancianos, aguantaron las lágrimas ante la pesadilla descrita por aquella muchacha. Ninguno pudo pronunciar palabra... aunque todos supieron lo que tenían que hacer.
Esa noche, en el Casino de Villafranca, nació un pacto mudo entre varones.
Esa noche, en el Casino de Villafranca, nació un pacto mudo entre varones.
Algún tiempo después, una
tarde en la que Mariano Antolín salía del Casino, como lo hacía a diario
para dejar las escudillas con restos de pescado para los gatos, una
pareja de la Guardia Civil se le acercó preguntándole por un coche. ¿Podría decirnos si recuerda este vehículo o a cualquiera de sus ocupantes? Mariano negó fríamente con la cabeza. El agente más
joven, le mostró una foto en la que se veía un cadáver cubierto con tela oscura y atado con cuerdas al respaldo de un
vehículo.
“A este hombre alguien lo amordazó y arrojó con su coche por el puente del pantano...”, expuso el mayor de los dos.
Mariano, continuaba negando con la cabeza a cada foto que le iban enseñando del esqueleto o
del coche…
Tan solo apretó los dientes y los puños al comprobar, en una instantánea del detalle de la boca, que entre los dientes de aquel malnacido, había restos de lo que parecían trozos de raso azul cielo…
Tan solo apretó los dientes y los puños al comprobar, en una instantánea del detalle de la boca, que entre los dientes de aquel malnacido, había restos de lo que parecían trozos de raso azul cielo…
“¡A
cenar, padre!...”- una voz femenina reclamaba
la atención de Mariano. “Es mi hija que
me llama… sabrán disculpar... Yo no sé nada; yo no he visto nada”.
De
ese modo, el bueno de Mariano dio la espalda a los agentes mientras respondía con
una enorme sonrisa al reclamo: ¡Voy Delia, ya voy…!
Aquí estoy de nuevo con un texto quizá demasiado largo...
ResponderEliminarGracias por la amabilidad y el cariño que, a pesar de estar en territorio missing, me seguís demostrando.
Besos.
Towanda me parece un texto que llega muy dentro, la lucha del ser humano indefenso ante el animal en el que a veces nos convertimos. Ojalá algún día nos demos cuenta que todos somos iguales, que hemos nacido para ayudar y respetar no para pisar ayudados de la fuerza, ojalá algún día impere la razón.
ResponderEliminarSe notan mucho tus ausencias.
Un besito,
Hola Sau:
ResponderEliminarLo dices tan bien que ni una coma te añado.
Muchísimas gracias por acercarte hasta aquí(es un gesto muy importante para mí, considerando que ahora hay un partidazo).
Las ausencias son justificadas, no te creas que estoy por ahí de juerga, jajajaja.
Gracias, precioso.
Un besazo.
Towanda, ¿qué mejor partido que leerte?
ResponderEliminarNo tiene color.
jajajaja, eres único.
EliminarAcabo de ver a la bella Tiburcia ahí tan mona ella, conversando con el caballito y me ha encantado.
Otro beso que habrá que ir a cenar algo hoy, digo yo.
Menos mal que en todos los sitios hay buena gente, aunque me da, que al final, la ha descubierto...
ResponderEliminarBesos guapa!
Menos mal, Ion-laos, menos mal...
EliminarQuiero transmitir que el tema de la violencia es una lacra que afecta a toda la sociedad. Tranquila, que no la van a descubrir nunca.
Un beso muy fuerte, guapa.
Qué buen relato, Towanda.
ResponderEliminarEl desprecio y el dolor quedan atrás para dar paso a la comprensión, el cariño y un futuro que se puede vivir sin miedo...
Un abrazo y una sonrisa y qué bien volverte a leer :)
Así es Ximo, siempre hay un futuro y una esperanza de salir de cualquier hoyo... y también una AYUDA.
EliminarSi me echaste un poquito de menos, me das una alegría.
Gracias, peazo artista.
Un poquito, dice.
Eliminar¡MUCHO! ¡TE ECHÉ MUCHO DE MENOS! :)
Besos besos besos.
Eso está bien, Ximo.
EliminarA mí también me pasó lo mismo.
Muchos besos para ti también.
Hemos ganado a Alemania, ¡anda y que les den!
Perdón, perdón... que jugábamos contra Irlanda. Son las ganas de ganarles que me ciegan.
EliminarUn beso.
Progresa usted adecuadamente. Muy buen texto y una historia sencilla y bien trabada... con un final de órdago. Te imagino seleccionando las palabras, buscando una solución a esa trama tan bien hilada, dándole a "publicar" con la satisfacción de que algo bueno ha salido de tu mano, y sonreír. ¡Y qué grato regalo pasarlo por delante de nuestros ojos, siempre ávidos de una nueva historia contada por Towanda! ¡Ehorabuena, hermosa! Ya sabes que mi final hubiese sido otro, más macabro o drástico, porque me gustan esas vueltas de tuerca, pero seguro que no mejoraría el tuyo.
ResponderEliminarUn besazo, porque de nuevo te lo mereces.
Ángel, se le escapa a rachas su vena de docente, jajajaja. Progresar adecuadamente es una tremenda notaza, viniendo de alguien como usted. Gracias, precioso.
EliminarEl final que hubieras ofrecido tú, habría sido la "releche" porque lo haces estupendamente. Pero yo soy un alma mucho más cándida (jajajaja).
Te agradezco lo amable que eres siempre y el día que vaya a tu ciudad, prometo ir a visitarte y charlar un poco de música (tema que domino a la perfección) a ver si consigo meterte en vereda.
Un besazo.
Que magnifica idea de retratar la condición humana, desde aquellos saboteadores de ilusiones hasta los cándidos personajes que se conmueven ante la tristeza tatuada en los ojos del otro.
ResponderEliminarMe encanta como escribes, dándole la forma adecuada a esos ambientes imaginarios para emoción del lector.
Un gran abrazo.
Hola Dr. Humberto Austero, me encanta eso de "saboteadores de ilusiones".
EliminarAlgo que practico y que valoro en los que lo hacen es la empatía; ponerte en el lugar del otro e intentar sentir lo que él siente. Hacen falta personas que aún se conmuevan porque si no nos vamos a ir al "carajo".
Un abrazote y muchísimas gracias.
No solo te felicito por la imagienacion, sino tambien por llevarla a cabo en este relato muy logrado
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Lapislazuli. Me gustó que te gustara.
EliminarUn beso muy fuerte.
Muy buenas descripciones e imágenes que parecen salirse del texto.
ResponderEliminarGracias Towanda, se te extraña :)
Hola Gamyr, yo también os extrañaba y mucho. Lo que empezó siendo un hobbie acaba por acaparar mucho tiempo y no siempre dispongo de él.
EliminarTe agradezco mucho tus palabras que son una inyección de fuerza.
Un beso, reina.
:)
ResponderEliminarQue buena historia.
Y con final feliz.
Me ha gustado mucho Towanda.
Besos.
Hola Toro, ¡qué ganas tenía de volver a verte!
EliminarUn final feliz que no siempre se corresponde con la realidad; bien lo sé y es una pena...
Te deseo mucho bueno; de verdad, de la buena.
Un beso muy fuerte.
Holaaaaa Towanda, super felíz de regresar de nuevo por aquí. Felicitarte por este gran relato, lleno de sentimientos e imaginación y con un bello final.
ResponderEliminarAbrazotes desde Perú... volveré!
Hoooooolaaaaa Nuria.
EliminarMuy agradecida, como siempre, de tu paso y de tus amables palabras.
Un beso desde Madrid.
Towanda, es un relato enigmático en el que todos guardan un secreto por el bien común. Ellos por disfrutar de la buena compañía de la muchacha y por creerse en en medio de una buena acción; y ella por lo que dejó atrás.
ResponderEliminarMuy bien resuelto ese final.
A seguir escribiendo.
Besos.
Hola Nicolás.
EliminarTienes razón aunque yo en estos temas soy algo partidista y, aunque no apruebo la violencia, me hubiera unido a los hombres de Villafranca sin dudarlo...
Gracias, amigo.
Un beso.
Towanda, la escena inquietante del comienzo está muy bien creada. Asistimos como testigos a las incertidumbres de un personaje que viene de un mundo sórdido, cruel y desconocido. De esa maldad humana que tropieza con el otro lado, con la solidaridad y la calidez también humana. Con una magnífica plasmación de escenarios que en cada momento de la historia nos permites contemplar y asistir con nitidez y evocación.
ResponderEliminarY todo este entramado literario construido con una prosa que nos seduce y envuele.
Muy feliz de volver a leerte. Tus historias me fascinan, tienen ese atractivo emocional y de expectativas que nos hacen sumergirnos en el relato y olvidarnos que estamos leyendo.
Un muy cálido abrazo
Hola Felicidad.
EliminarEso es; la crueldad frente a la solidaridad. El mismo ser humano en polos diametralmente opuestos; y en el centro una víctima indefensa con miedo, con la autoestima mermada y sin voluntad. ¡Qué situaciones! ¿verdad?, demasiado frecuentes por desgracia.
Gracias, tesoro, por ser tan amable... ¡vamos, que tengo ya un subidón!, jajajajaja.
Tus historias, sí que me fascinan a mí.
Un beso muy fuerte.
Impresionante relato y me has liado la cabeza, porque con el final que has puesto ya no sé si las heridas de Delia eran producto de los malos tratos o de las que le infringió su agresor o acompañante al defenderse de ser atado al coche y demás… Ay
ResponderEliminarMe lías!!
En cualquier caso el pacto de silencio jamás será roto, porque todos ganan y viven en armonía.
Besitos.
Hola Campo.
EliminarAnda que para liarte a ti, con lo astuta que eres...
Delia, es una mujer que sufre violencia continuada y tanto ella, como su agresor, tienen un accidente. Sale aturdida del coche y tras narrar a los viejitos su historia, estos deciden actuar.
Como tú dices, ese pacto nunca se romperá y esa unión por la acción conjunta será el secreto de todos los varones de Villafranca.
Eres un solete de guapa, de alta, de rubia y de tipazo.
Besos.
Esta es una invitación, un buen escritor, unirse a la película de verano, la cooperación, y recopilar y traducir textos en finlandés, las reglas son el texto de unas 100 palabras, no es muy preciso .. ven y descubre el principio de la historia en mi blog .. Pequeñas palabras en la página, las SOMBRAS título en la isla kommissa por favor, si usted participa en, y de nuevo cuando el texto es completa, correcta, si es necesario, cada uno elige su propio pueblo que trabajan con el informado anteriormente .. la emoción y el humor, todo lo que da un buen verano, detective de terv aikatherine
ResponderEliminarAikatherine:
Eliminar100 palabras son pocas para mí...
Te visitaré.
Un abrazo.
Me alegro de volver a estar en tu casa Towanda, despues de unas cuantas semanas de ausencia, me han encantado tus letras.
ResponderEliminarEl relato, en donde podemos contemplar al ser humano en toda su vileza y en toda su generosidad.
Me ha gustado mucho como lo has contado, a pesar de ser un texto más largo de lo que nos tienes acostumbrados se lee con facilidad y ganas.
El final fantástico... y es que... no hay nada como las historias que acaban bien.
Besitos mediterráneos.
Hola Gala.
EliminarEn la vida ya hay demasiadas cosas que acaban mal, así que hay que inventar finales felices a ver si nos contagiamos todos un poquito...
Gracias, guapísima.
Hola Towanda , un relato muy pero que muy bueno , la verdad es que yo me temia por un final algo diferente , menos mal que no paso , eres una gran escritora de relatos disfruto mucho leyendote , te deseo una feliz tarde besos de Lm.
ResponderEliminarHola Little.
EliminarEsta historia tenía que acabar bien, por narices, que ya estoy harta de escuchar noticias malas en la tele.
Entre la prima de tal, las cifras del paro y las demás cosas negativas hay que dar un tono amable a las historias que nos inventemos...
Besos, guapa.
Pues me acabo de quedar a cuadros y sin saber qué decir, como no sea que me quito el sombrero, claro.
ResponderEliminarDejas el fondo del relato tan claro que no creo que haya nadie aquí que no ocupase gustoso un lugar entre esos varones.
Un beso
Hola Valaf, hasta yo misma iría con una motosierra guiando a los hombres...
EliminarYa es demasiado, me parece a mí.
Gracias, querido milord por su amabilidad.
Ah!, y recoja su sombrero antes de volver a casa no sea que milady lo eche en falta y tengamos un problema en la taberna, jajajaja.
Hola Guapa:
ResponderEliminarUn relato emotivo donde se junta desde la miserias hasta la compasión humana. Un final como al que nos tienes acostumbrado...Largo no es. Tiene su justa medida
Besote guapa
Hola doctorcito.
EliminarCuánto tiempo sin vernos.
Efectivamente, así lo entiendo yo también. Creo que el ser humano es capaz de lo mejor y también, por desgracia, de lo peor
Muchas gracias.
Un besazo grande.
ToWaannDa!! HOLA NIÑA YA REGRESE!!!!
ResponderEliminarespero k escribas en mi blog"!!
TKM!!
LOL
Hola Evy, ¡qué alegría! ya pasaré a saludarte en tu casa y tomarme un café con churros.
EliminarBesos.
La verdad es que escribes bien. Te lo digo sinceramente. De todas formas el cuento es tremendo. Saludos. Te he dedicado algo en mi blog, así que date una vuelta por él y déjame un comentario. ;)
ResponderEliminarHola Mirlo.
EliminarAcabo de venir de ver tu dedicatoria y me he quedado muuuuuuuuuu contenta.
El cuento es tremendo pero no es ciencia-ficción... La vida que viven algunas mujeres por estas causas es un dolor y es real.
Gracias, amigo.
Un beso muy grande.
Uy me dejaste sin palabras.
ResponderEliminarHola Citu.
EliminarUn beso, guapa.
Querida Towanda. !Vaya repaso nos has dado a los aficionados!!!!! me encanta cómo escribes, transmites las ideas de una forma tan directa que logras que el relato se mueva al son de tus ideas. Parece que has nacido con el lápiz en la mano, ja ja ja.... Préstame de vez en cuando ese lápiz mágico. besos. Reich
ResponderEliminarHola Reich; ¡anda ya!
EliminarDe aficionada a aficionada: "¡Tú sí que vales!"
Te agradezco mucho tu amabilidad. Siempre digo que a todos nos agradan los piropos y más cuando somos conscientes de que son exagerados.
El lápiz te lo paso por paquetería, jajajajaja, aunque a ti no te hace falta.
Un besazo, guapa.
Towanda: Con este relato dejas claro los comportamientos y las reacciones diferentes de los personajes.
ResponderEliminarY dejas para el análisis las miesrias humanas, así com las virtudes. Pero sobretodo, tu capacidad de relato. Fenomenal éste. Y emocionante.
Un besico, maja.
Hola PiliMªPILAR.
EliminarVirtudes y miserias, luces y sombras del ser humano; tan cruel y tan misericordioso, a la vez.
Muchas gracias, amiga.
Un beso muy grande.
hola mi querida rowi,recien aparezco amiga porque no se ham a ctualizado tus entradas y venia a ver si habias escrito,esto de los blogs amiga siempre dan un dolor de cabeza,estare atenta a ver si en adelante se me actualizan tus entradas porque me gusta leer tus escritos como este,que nos enseñas la cobardia que suelen tener algunas personas,ojala este gesto no sea imitado y estas mujeres que como la de tu relato,que describe la triste situacion por la que traviesan miles de mujeres en el mundo,lamentablemente,dejen de suceder y obtengan el respeto que se merecen.
ResponderEliminarte dejo un fuerte abrazo amiga y te deseo un muy feliz fin de semana!!!!!!!
Sony, ya sabes que blogger se pone tonto muchas veces.
EliminarCreo que la clave para que esta lacra social en contra de las mujeres desaparezca es la educación (desde el paritorio, si me apuras) y el respeto.
Muchas gracias, guapa.
Te deseo un felicísimo fin de semana también.
MUAKKKKKKK
Gran texto, Towanda, un placer leerte :) Y siempre un final que merece la pena :)
ResponderEliminarJose
Hola José Antonio.
EliminarUn placer recibirte siempre en "Mi modo de ver..." Ojalá que los dramas que, cada día inundan la prensa, tuvieran soluciones tan fáciles.
Gracias por la visita.
Un besazo.
Sobrecoge esta historia. Más si se piensa que hay muchas mujeres que está pasando por ese calvario. El final de esta historia es inmejorable.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Margari.
EliminarUna historia demasiado frecuente porque estas cosas pasan en todos los lugares del mundo. ¡Qué rabia me da!
En fin, amiga, si con estos relatos-denuncia se consiguiera algo, estaría todo el día inventando uno diferente.
Muchas gracias por venir.
Te mando muchos besos.
Sabes la pena?
ResponderEliminarQue es real como la vida misma...
Fantástica siempre en tus letras, hoy adem´s certera.
Besos
Estoy contigo mientrasleo.
EliminarDemasiado frecuente.
Gracias, guapa.
Un texto muy bueno, la verdad tío.
ResponderEliminar¡Ánimo con el Blog ! Qué parece que triunfa eh,
te dejo el mío por si quieres echarle un vistazo;
http://www.elargumentodemivida.blogspot.com.es/2012/06/un-homosexual-contracorriente.html, mirar a ver que os parece, puede cambiar un homosex?, buenisima la canción un saludo chicos.
Hola Manuel.
EliminarAhí vamos, manteniéndonos a flote.
Gracias por tu visita.
Tu blog no permite seguidores??? No he podido quedarme.
Tienes un sitio muy interesante que iré visitando.
Un abrazo, tío.
En la vida hay gente para todo, un relato inquietante,
ResponderEliminarque disfrutes el fin de semana.
un saludo.
Hola Ricardo.
EliminarEn la vida, hay mucho bueno y también malo... Si fuera tan fácil acabar con lo malo, como podemos hacerlo a golpe de pluma ¡otro gallo nos cantaría!
Un besazo.
Un relato muy emotivo, me gusta, sobre todo ese final. El tipo se lo merecia y ella merecía estar con esos ancianos que hacen el pacto.
ResponderEliminarBesitos
PD: Me voy a cotillear a ver que me he perdido, no sé porqué no se me actualiza tu blog en el mío.
Hola Elysa.
EliminarEl medio tipo (que ni categoría tenía para ser un tipo entero) tuvo su merecido...
Muchas gracias por tu visita.
Besos, guapa.
Me gusta mucho como escribes.
ResponderEliminarUn buen relato. Besos
Gracias Chary.
EliminarA mí me gusta como cocinas, jajaja.
Besos.
Cielos, el relato es impresionante.
ResponderEliminarGentuza como esa no merece vivir: mis respetos a los lugareños.
B7s
Hola Mari.
EliminarYa lo creo que no merecen vivir; ni esos, ni los que hacen daño a los niños...
Les daré besos de tu parte a los viejitos.
Uno, grande para ti.
Genial... Aunque como siempre me quede dudando... Al principio no se si la maltratada era ella o el que se encontraron amordazado... Xdxdx de todas maneras precioso relato... Sentimientos buenos siempre existen... Muackkkk BOMBON
ResponderEliminarHola Marta.
EliminarElla era la que sufrió toda clase de tormentos y ella, la que consiguió escapar de todo eso...
Gracias siempre por venir a casa, y más sabiendo que estás malita.
Un beso muy grande SUPERBOMBÓN.
He leídos dos veces tu relato para entender cual era realmente el maltratado, la primera me fascinó como siempre tu forma de narrarlo, las descripciones que haces llevándonos al lugar exacto. La segunda vez me gustó más aún por no perderme detalles que antes no había captado ¡¡Quiero un libro tuyo!! A parte de que sigas con tu blog.
ResponderEliminarBesitos corazón.
Hola Lola.
EliminarEn cuanto sea capaz de tener un libro, te lo mandaré, jajajaja, a cambio de una tarta de esas de zanahoria que deben estar (hechas por ti) buenísimas.
Gracias, tesoro. Muchísimas gracias.
Un beso muy grande y enhorabuena por lo de la radio y tus recetas... Te lo mereces.
¡Un relatazo! ¡Está bien dicho así? si no lo está lo invento porque así quiero llamarlo. Una historia atemporal. Totalmente difícil adjudicarle su lugar en años. El comienzo casi la letra de una canción, después uno gira en un torbellino de personajes que no por ser tantos deja de reconocerlos.
ResponderEliminarQue más puedo decirte.
Que me encanta como escribes y que me pone orgullo que seas mi amiga.
Besos de
http://nidaeldore.blogspot.com
Daniel
Hola Daniel Eduardo.
EliminarHistoria atemporal y, como digo, demasiado frecuente.
Muchas gracias por ser tan amable... Casi se me salieron los colores. Para mí, también es muy importante, haber conectado y estar en el grupo de amigos de un escritor tan grande como tú.
Muchos besos.
Me ha gustado mucho!
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Bastida.
EliminarGracias por la visita y por el comment.
Un abrazo para ti.
Dramática historia y finalmente tierna.Pero tan real!
ResponderEliminarOjala todos los finales fueran así. Me ha gustado mucho Towanda. Besos.
Hola ****Azul****:
EliminarDura y tierna, es cierto.
Ojalá que tuviéramos el don de poder poner un final feliz a las historias de la vida...
Gracias mil.
Un beso muy grande.
Uffffff Towanda!!! Me has enredado en la historia dejándome sin respiración hasta el final. Plas, plas, plas.
ResponderEliminarBesazos desde el aire
Hola Rosa, ¡cacho guapa!
EliminarGracias, amiga.
Un besazo desde el aire, que hoy invito yo.
Tiene su puntito de ternura ¿verdad? Sobre todo la escena de todos los hombres, entendiéndose en silencio. Recuerda un poco aquella parte de "Tomates Verdes Fritos", que al malnacido de turno, después de terminar con sus palizas para siempre, lo van sirviendo poco a poco en el restaurante como parte del estofado...
ResponderEliminarUn beso gordo.
Hola Elena... Síiiiiiii, recuerda a mis queridos "Tomates", me inspiré en ella.
Eliminar¡Qué grande eres!
El malnacido de aquel peliculón fue engullido por los asiduos al restaurante... Eso me dio un poco de asco porque pienso que las personas malas son además tóxicas.
Gracias, guapa.
Besos gordísimos para ti.
Hola Guapa , en mi cementerio hay un relato nuevo por si lo quires leer vale , espero que te guste besos de Lm.
ResponderEliminarLittle Moon, muy bueno por cierto.
EliminarBesos.
Hoy nos traes un relato en el que ganas al lector, tanto por la prosa que fluye muy bien, creando esa entrada inicial que atrapa y nos hace querer saber más sobre la joven. La imagen de los ancianos me ha recordado, su descripción precisa, con muchos personajes, a el gran Berlanga. Los ancianos nos ganan y de algún modo todos hacemos piña con ellos. Fuenteovejuna. Me gustó mucho. ¿Algún pero?: "Antolín sale como cada tarde" cuando era noche cerrada. (jeje). Supongo que el uso del candil es intencionado para llevarnos a los años 1950. Fue un placer leerte y conocerte.
ResponderEliminarHola Ximens... tarde y noche cerrada a la vez ¿no te parece mágico?, jajajaja. Nuevamente, me pillaste, no lo voy a negar.
EliminarA mí también me encantó saludarte y conversar.
Muchas gracias, como siempre, por ayudarme a ver esos errores.
Un besazo para ti y otro para ella, la Sra. Ximens.
Hola querida To, hacía tiempo que no te leía. Y esto me ha encantado, muy bien escrito, es de lo que mas me ha gustado de lo que he leído últimamente. Y ya sabes que estoy de capa caída, mucho estrés, que va a acabar conmigo.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Asun
EliminarYa te he visto pero no quería "meter el dedito en la llaga".
Venga, jolínes, que el mundo es nuestro y no podemos perder minutos en lloriquear. Tenemos que hablar.
Gracias por las palabras. Ya me voy retrasando en publicar porque se ve que la cabeza se me está quedando seca.
Un beso muy grande y con energía positiva.
Towanda es un placer leerte, en este relato como en otros tantos no he pestañeado, abriendo bien los ojos por el asombro que me crea tu imaginación me voy con el gustazo de haber llegado hasta aquí y seguir tus pasos que van marcando un camino muy bonito.
ResponderEliminarUn besito y decirte que estoy de vaga que ni te digo, pero siempre presente de que estáis ahí...
Un placer como siempre...
Hola Canto.
EliminarSi tú estás vaga, yo ni te cuento... Vaga y con muchas cosas que hacer, así que mal arreglo le veo yo a la cosa.
Gracias siempre por tu amabilidad. Para mí es un placer y un gusto contar con tus palabras.
Un beso muy grande.
Estupendo relato, como es tu costumbre.
ResponderEliminarHe disfrutado leyéndolo.
Hola Chary, gracias.
EliminarHola Towanda , un relato muy certero y como tu bien dices , es un pacto de silencio , me a gustado mucho tu relato engancha desde el principio , te mando un guiño y un beso de Margarita .
ResponderEliminarHola Margarita.
EliminarMuy agradecida por tu visita y tu amable comentario.
Un beso también para ti.
Gracias por el relato, transmite emoción; me gustó y creo que está muy bien escrito, además, siempre da alegría comprobar que, al menos, algunas historias terribles tienen un final feliz.
ResponderEliminar¡Felicidades! Un abrazo.
Hola, Towanda
ResponderEliminarMe gustó mucho este relato.
La violencia y los malos tratos sobre los más débiles, un tema por desgracia aun demasiado habitual. En contrapartida, los varones unidos en un gesto de repulsa ante tan despreciable situación.
Y una narración que engancha al lector desde el principio Felecidades!!!
Un besazo!!
Hola María Clara.
EliminarCierto. Los varones unidos en silencio marcando de frente al violento.
Un beso y muchísimas gracias.
Genial relato, Towanda. De los que invitan a seguir leyendo. Un abrazo
ResponderEliminarHola amig@mi@
EliminarMe alegro mucho, gracias.
Un abrazo muy grande.
Chapeau,Towanda querida.
ResponderEliminarEstás hecha una escritora,de corazón te lo digo.
Yo desde luego me lo he-más que leído-bebido este relato conmovedor.
Cuántos tendrían que marchar de la misma manera...
Besos y mi aplauso.
Hola Marinel.
EliminarAcepto el piropo viniendo de ti, que eres grande.
Todos los que hacen daño a cualquier mujer deberían estar en el mismo sitio: lejos y proscritos por toda la sociedad.
Un besazo y gracias, de corazón.
Maravilloso y conmovedor relato querida Towanda!
ResponderEliminarHas descrito como se mueven los hilos conductores de un amor sin igual!
Besos y abrazos
con mucho cariño!
Francisco, hoy te veo en todos los lados.
EliminarMuchas gracias y muchos besos.
Está muy bueno Towanda, me gustó muchó como lo cuentas, cómo te va descubriendo la historia...
ResponderEliminarUn beso, y te felicito!!
Hola Eva Letzy.
EliminarGracias, guapa.
Me alegro mucho de eso. Un beso muy grande, muy fuerte y muy apretaíto.