15 diciembre 2010

Una reflexión sobre el silencio: "La pianista"

Aquella pieza interpretada por sus prodigiosas manos, sonaba especial.
Los ojos cerrados. Los cabellos claros recogidos en la nuca. La cabeza siguiendo las notas, dibujando las líneas del pentagrama con un compás marcado, en perfecta sincronización. Su nombre, Mary Louise Rock. Curioso apellido para una intérprete de música clásica.


libertad y belleza
Acudir a aquella audición había sido nuestro regalo de aniversario. Meses atrás adquirimos las entradas que, en tan solo unos días, se agotaron. Era tal la expectación, por escuchar a Mary Louise, que se dispuso su retransmisión por radio. El Auditorio fue habilitado para un gran número de seguidores pero quedó insuficiente, ante la descomunal demanda.

¿Qué hacía tan especial a esta concertista de piano?. Primero, la sensibilidad con que vivía la música. Segundo, por la porción de alma que ponía esta mujer en cada nota y tercero, porque éste sería su último concierto.

Tenía alrededor de cincuenta años y, desde los tres, estudiaba el instrumento a diario. Aún ahora, siendo una virtuosa, le dedicaba más de diez horas al día. ¿Por qué una mujer con tanto éxito iba a dejar la música? Quizá ya tenía dinero suficiente para vivir dos vidas sin tener que trabajar… Pero ¿dónde quedaba el amor a la música? ¿y las horas empleadas en llegar a ser la número uno?.

En los palcos y butacas nadie se movía. Los ojos fijos en el escenario. Silencio acariciado por las suaves notas que Louise creaba en su piano. Explosión de magia, hechizos y sentimientos de miles de personas y, dirigiendo esta sinfonía, ¡ella!: la mejor concertista de piano de todos los tiempos.
Una vez concluyó, se quedó inmóvil con los ojos abiertos mirando su piano. Ése que tantas satisfacciones le había dado. Le cayeron lágrimas. Inspiró con fuerza; cerró la tapa y se puso en pie frente al público… En ese instante explotó la emoción acumulada durante horas en forma de aplausos y gritos de ¡bravo!. La sala, en pie, le vitoreaba tan fuerte que Mary Louise se hubo de llevar varias veces las manos a los oídos… como si ello le doliera.
Quince minutos de aplausos y ovaciones, que la artista agradecía inclinando la cabeza y señalando con sus manos el corazón para, después, lanzarlo a toda la sala. Besó sus manos para, más tarde, con un soplido enviar el beso a todo el público congregado allí.

Louise pidió silencio en varias ocasiones, para dirigirse al Auditorio,  pero le resultó imposible enmudecer a tantos fieles. Con sus manos hacía lo mismo; intentaba silenciarlo… Poco a poco la sala fue quedando callada y ella tomó en sus manos un micrófono para despedirse de su público, al que tanto amaba y al que tanto debía.

“Buenas noches. En primer lugar ¡gracias!. Hoy es mi último concierto… No tenéis idea del dolor que significa para mí, dejar lo que ha sido mi vida desde que alcanzo a recordar…
Hace un año tomé una decisión y, ahora, ésto es la consecuencia de aquello.

Soy sorda desde los once años. He tocado el piano porque recuerdo todos y cada uno de los sonidos que emite. Cuando supe que iba a perder el oído lo estudié y lo memoricé todo… Y, creo, que no lo he hecho tan mal a juzgar por vuestros aplausos…”

De nuevo una ovación cerrada, atronadora, mayor incluso que la anterior. Nuevamente, el público en pie, ahora con los ojos vidriosos y una emoción espesa, extendida a cualquier recoveco. Los allí presentes, queríamos seguir escuchando el epitafio que Mary Louise iba a poner sobre su vida de pianista, pero le estábamos tan agradecidos por tantos años de placeres musicales que, realmente, era bien difícil mantenernos mudos.

Cuando, de nuevo, volvió el silencio prosiguió:

“Bien seguro os preguntaréis cómo fui capaz de interpretar música, e incluso componer, durante tantos años… Y la respuesta es bien sencilla: “porque no hubo nadie que me dijera que no podía hacerlo… que no iba a ser capaz”. Mis padres se limitaron a “dejarme hacer”. Y esto podéis adoptarlo como lección para vuestras vidas. (Silencio).

Hace años, la nostalgia por querer oír de nuevo el sonido de la música, me hizo visitar médicos que trabajan en “devolver el oído” y me operaron. Me implantaron un chip en el cerebro. Funcionó. Estoy feliz porque he vuelto a oír la voz de mis padres. He escuchado por vez primera la de mi marido y mis hijos… Pero mi oído no aguanta los sonidos que emite mi piano. Noto dolor, un dolor inmenso cuando lo toco. Por eso esta noche ha sido mi última noche.

Parece una ironía del destino… Operarme para escuchar la música y mi oído se encuentra tan dañado que ésta me hace daño… Me duele mi piano.

Sin embargo he podido oír a mis seres más queridos y oiré, cuando sea abuela, a mis nietos…

Gracias por todos estos años de felicidad”.

Así concluyó la noche de mi aniversario, con un sabor agridulce y una reflexión acerca del desconocido, para mí, mundo del silencio. La ausencia de sonido; discapacidad que pasa desapercibida para el común de los mortales pero que causa dolor y desatención, precisamente,  por su invisibilidad.


PD: Dedicado a una persona increíble que conocí hace dos años y me ha hecho plantearme muchas cosas nuevas en mi vida...

36 comentarios :

  1. Gracias Towanda, se que has adelantado su publicación para que yo pudiera leerla. Es una historia maravillosa, como todas las tuyas, y una vez más me has emocionado.
    Y la respuesta de esta pianista a su público ha sido la que siempre ha guiado mi vida: “porque no hubo nadie que me dijera que no podía hacerlo… que no iba a ser capaz”.

    Pero a pesar de estar los seis primeros meses en la cama, sin ver y sin apenar escuchar, nunca he perdido la capacidad de desearlo y de trabajar en ello. Al principio solo podía andar en un estrecho pasillo, mi marido detrás y mi hijo delante para que no cayese. Días y días sin controlar el poder estar de pie.

    Dos meses más tarde mi marido delante y yo agarrada a su hombro. Y así pasito a pasito pase a poder levantarme, a poder andar sola por la casa, a poder cocinar y poder salir al mundo a través de mi blog. Donde voy conociendo gente tan maravillosa como tu.

    Eso si, los pocos ruidos que escucho me resultan ensordecedores. Porque en el oido contralateral al tumor ahora tengo hiperacusia, un lio. Pero te cuento esto porque mi hijo aprendio a tocar el piano para mi y ahora no soporto ningún tipo de música, todo se ha convertido en ruido dentro y fuera de mi cabeza.

    Eres una gran persona Towanda, siempre solidaria y con mucha sensibilidad a los problemas del mundo. Un beso de corazón.

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  2. Neuriwoman... me he quedado sin palabras. ¡No sabía... nada!.

    Gracias por abrirme tu corazón contándome lo duro que fue. Te entiendo ¡no sabes cuánto!...

    El lema que ha guiado tu vida: "no hubo nadie que me dijera que no podía hacerlo… que no iba a ser capaz" debería ser el estandarte de los más desfavorecídos, y el principio a inculcar a todas aquellas personas con cualquier tipo de discapacidad... porque si lo crees lo puedes conseguir.

    Muchísimas gracias por tus palabras. Yo, ahora me quedé lacrimosa y "muda".

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  3. Mariquita Sanchez de thompson recomienda: http://inhumorinhumano.blogspot.com/
    (lo dijo en su twitter pero nadie lo leyó)

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  4. Siempre nos das unas lecciones increibles de cosas de la vida. Tu blog es muy importante.

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  5. De verdad que no me canso de leerte, Towanda. Un relato conmovedor e intenso, como siempre. Tienes el don de removerme todo por dentro con tus letras. Creo que eres de las pocas personas a la que seguiría y haría caso con sus lecciones de humanismo y corazón.

    Un beso muy grande y no cambies (dudo que a estas alturas lo hagas ya).

    Cada día me siento más idiota, viendo que hay gente tan fuerte y valiente que no se rinde ante verdaderos problemas. ¿Por qué me quejo tanto? Tal vez sea porque es de las pocas cosas gratis que quedan ya.

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  6. Que hermoso, nena gracias por comentar en verdad eres una genial seguidora, me encanta el piano, y me encanta eso de dejarla ser, así deben ser los padres dejarnos ser, que linda historia.

    Felicidades

    wITh lOvE EVy ♥

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  7. Rombo, Evy, Sandra... ¡Gracias!

    Sandra, yo también me quejo como tú y como la mayoría de la gente que conozco e incluso, por soberanas tonterías... Por eso cuando veo todo negro "me alejo un poco de mí" (=dejo de mirarme el ombligo)y miro a los demás, entonces me doy cuenta de lo afortunada que soy y remonto...

    Un beso para los tres.

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  8. Gracias por escribirme, me fascina el piano, jeje y hay muchas más historias que estoy leyendo, pronto se las contare.

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  9. Un relato emocionante Towanda. No poner límites, no señalarlos, por ahí va el trabajo de padres, creo.

    Un beso

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  10. Pues, a mi tampoco dejas de maravillarme Towanda, la forma en que escribes tus historias es increible y llegas a las personas. He leido todos los comentarios que te han dejao y veo que llegas a todos.
    Sabes que? para mi tambien es una historia especial, tengo un hijito hipoacúsico, por el cual hemos derramado muchas lagrimas con mi esposa...pero no es una historia que voy contar aqui, sera en otro momento.
    Te felicito, siempre disfruto de lo que escribes.
    Un beso. Con cariño, Guille.

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  11. Patricia, esa es uno de los mensajes que se pueden sacar... Aunque la sociedad te llene de barreras o impedimentos, los que no los pueden poner son los que pertenencen al núcleo más cercano.

    Muchas gracias por comentar y por venir.

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  12. Guille, sabía algo de tu niño, pero no conocía ésto... ¡No sé cómo seguir!...

    Entiendo que te haya llegado la historia que, pretendía ser un homenaje a aquellas personas sordas que luchan por eliminar barreras de comunicación... ¡Ánimo y fuerza para todos!.

    Un beso muy fuerte Guille... para Sebastián, tu esposa y para ti.

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  13. Hola Towanda, jeje pues no estoy en época de exámenes, estoy de vacaciones jeje, en mi país salimos en Noviembre y entramos en enero así que desde que abrí mi bloc he estado de vacaciones lol

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  14. ¡Qué suerte Evy!, un beso y no descuides tus estudios...

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  15. Una cosita mas Towanda, mi hijo se llama Alan.

    Las historias que escribo en mi blog son una mezcla de fantasía y realidad, hay parte de mi vida y parte que no lo es.

    Te mando un abrazo y gracias por esta entrada tan genial-

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  16. Me confundí con el nombre que le diste a tu hijo en una entrada... Pensé que el niño se llamaba Sebastián. ¡Despiste!

    Muy bien, pues reitero todo mi cariño hacia Alan. Y todo mi apoyo para vosotros, sus papás, por estar siempre en la lucha.

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  17. Desearía que todo el público que aplaudía y aun con mas fuerza a medida que Mary Louise iba desvelando su esfuerzo para llegar hasta aquel momento, que cuando salieran del concierto, entre murmullos y admiraciones hacia su persona, que se detuviesen un instante y pensasen en tantas personas que aunque no consiguen llegar tienen la determinación de no rendirse ante cualquier discapacidad. Sé que son anónimas, que se hallan entre nosotros, pero tu maravillosa historia, esos aplausos son un bello homenaje a quienes en la soledad de su lucha con su discapacidad no se viene abajo.

    Son auténticos héroes.

    Un abrazo fuerte

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  18. Estoy contigo, Carlos.

    ¿Cuántas personas con discapacidad luchan a diario por hacerse un hueco en el mundo a pesar de los osbtáculos?.

    Pues a todos ellos va dedicado mi aplauso y mi ovación emocionada...

    Muchísimas gracias, malagueño, por venir a poner siempre el "broche final" (=broche de honor) a estas historias que cuento.

    Un beso y ¡buenas noches!

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  19. Hola Towanda, llego aquí a través de Neuriwoman, y me ha gustado lo que he leído de modo que con tu permiso me voy a quedar. Un fuerte abrazo.

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  20. Emejota, bienvenida. Me alegro de que tengamos en común a Neuriwoman (creo que es alguien muy especial).

    Gracias por venir y por quedarte. Un beso muy fuerte.

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  21. Ricardo, también te deseo lo mismo...

    Un abrazo y ¡que la suerte te acompañe!.

    Feliz Navidad

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  22. Ola towi,madre mia que historia tan increíble y que hermoso homenaje a los sordos.
    Yo tambien me he quedado "muda". Justamente la semana pasada mi pareja me enseñava un video MARAVILLOSO (Y nunca mejor dicho porque así se títula) No sé si lo has visto ya...de todas formas aqui te lo djeo para que le eches un vistazo es realmente precioso. Personalmente me ha emocionado mucho.
    Una y otra vez reitero todo mis pensamientos hacia tí, y unas de las cosas por la cual me encanta este "mundo de los blogs" es por espacios como el tuyo. Me encanta como escribes y como te expresas, y todas y cada una de las historias que leo trato de aprender y aplicarmelas a mi vida. Es todo un honor leerte,te lo digo de corazón.
    Un gran abrazo y gracias por tus palabras en mi blog, por si no lo has visto te he contestado. Un poco tarde pero allí está,esque eh pasado una semanita... pero ya estoy de vuelta.
    Un besazo**

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  23. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  24. p.d: Aqui está el video,no lo podía compartir pero lo busque por el santo youtube y lo encontré,aunque no esté subtitulado,muchos conocemos esta maravillosa canción de john lennon :)

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  25. http://www.youtube.com/watch?v=JNl91QXws7o

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  26. No sé ni que decir... lo poco que te he leído siempre esconde una lección tremenda. Y te invita a sentarte un poco a replantearte tantas cosas..
    Un besito muy fuerte

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  27. Bruni, ¡vaya palabras que me dedicas!. Gracias por los ánimos y las opiniones (ya sabes que somos del club Towanda y yo pienso lo mismo de ti)...

    El video es ¡un regalo para los sentidos! y me ha emocionado muchísimo. ¡Gracias por estar en mi onda!, preciosa.

    Un besazo bonita.

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  28. Luna, ¿estás un poquito mejor?...

    Ojalá que las cosas se vayas solucionando y el espíritu de la Navidad te regale esos sentimientos que, ahora y por el bajón, tanto añoras.

    Gracias por venir y por aportar tu grano de arena, dejando tu comentario... Me alegro que estas historias nos ayuden a replantearnos un poco la vida.

    Un beso muy fuerte y mis mejores deseos para ti en estos días.

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  29. Towi, Muchas gracias por tus palabras, como siempre tan bonitas,que me dejan...(no encuentro la palabra) pero es todo un alago recibir esos comentarios de una persona tan grande como tú,como escribes,como te expresas y que te comueva mis ideas,palabras y sentimientos.Yo? apenas una novata aqui y en la vida.Jolines me quedo sin saber que decir de verdad.Mil y una gracias.
    El blog...si,eso intento,esta semnana no tuve mucho tiempo,pero siempre que puedo y visito "mini mundos" tan bonitos y bien echos trato de aportar un granito al mio.Me alegro de que te hayas fijado en ese detalle, y que te guste.
    Espero que nos leamos antes pero por si no..
    Que tengas unas fiesas maravillosas. llenas de alegrías y rodeada de los seres que mas amas. Ya que no hay mejor regalo que este. Un gran abrazo de esos que te llegan al alma y un besazo cariñoso :)
    Muaks**

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  30. Muchos besos Bruni, desde cualquier sitio dónde nos encontremos, es agradable saludarte. Y lo de grande, pues no mucho 165 cm....

    Las fiestas las pasaremos en familia y tranquilitos. Espero que cenes mucho y bien y que no trabajes demasiado.

    Muaks muacks y muaks.

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  31. Cuando era pequeña perdí la audición tenía 3 años, no recuerdo los sonidos, para mi el silencio es lo habitual, no recuerdo nada solo las cara de tristeza de la gente de mi alrededor en especial de mi madre, nunca entendí porque, solo comprendí la soledad que me suponia la falta de comunicación por aquel entonces no existía personas sordas como yo, o eso pensaba, porque nunca me dijeron que no sería capaz, de manera que fui al colegio de oyentes, me forme como oyente y me curtí como tal, con el dolor de sentirme sola porque cuando hablaba me miraban como si no me entendieran o entraba a destiempo en el dialogo de las palabras, pero me dí cuenta que si era capaz. la que más estudiaba, la que intentaba imitar lo que hacían, tomaba nota de todo ello era capaz, así pude llegar al mundo del oyente, sin su música, sin sus pájaros, sin sus sonidos en definitiva, solo con sus libros que me permitían imitarlos en especial las obras de teatro contemporáneo, el periódico y los libros, porque no había profesores de apoyo, ni usaba la lengua de signos, ni sabia que existía, por tanto aprendiendo sus palabras miraba los labios y oh maravilla de las maravillas oía sin oír. Fui capaz de ir al médico,a la universidad, hice oposiciones siempre sin apoyo solo con el sentimiento de que era capaz, la fuerza de desear conseguir aquello que me decían que era imposible. Hasta que me pusieron un implante y cuando ya conocía todos el mundo de las personas sordas oralistas y usuarios de lengua de signos, me implante a petición del medico que me dijo que seria capaz de oír, después de diez años soy capaz de oí, pese a quien le pese, porque he tenido que aguantar bobadas tales como no te implantes que tendrás meningitis o como no has oído nunca el implante lo guardaras en un cajon, o no vas a ser capaz de oir los sonidos. Mentira y gorda, oigo y entiendo no como una persona oyente, pero también tengo la ventaja de que cuando me cansa oír que me cansa, como ahora que estoy escribiendo esto, me quito el implante y me quedo en el mundo del silencio que es el mundo de la nada se oye, y estoy feliz, puedo elegir, soy capaz de elegir, cuando quiero oír la música la oigo y cuando no quiero oír nada ni un pequeño ruidito también y soy feliz en mi mundo de oyente y en mi mundo de silencio porque soy capaz de pasar de uno a otro sin ningún problemas. Besos y feliz navidad

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  32. Marisa, todo un manual de vivencias hasta llegar al lugar en el que estás...
    ¡Buen par de "ovarios" que le echaste al mundo!, sobran las demás palabras que te pudiera decir.

    Unícamente darte la enhorabuena por la superación que manifiestas en tus palabras y porque se te siente feliz.

    Gracias por venir hasta aquí y muchísimos besos por ser como eres.

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  33. Me ha gustado mucho la entrada y todos los comentarios, los he leído. Me han sobrecogido.
    Un gran abrazo y mucho ánimo para todas

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  34. Chary Serrano:
    Muchas gracias por tus palabras. La verdad es que conozco a una persona especial que vive en ese mundo de silencio y me gustó muchísimo dedicarle esta entrada.
    Un gusto enorme contar contigo en este comentario.
    Un beso gigante.

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