(2º Premio IV Edición del Certamen de Relato Corto ‘Pueblos y Sabores’)
TEORÍA DE LOS IMANES Y VICEVERSA
Sonia
Con motivo de
nuestro décimo aniversario, Evaristo me sorprendió reservando mesa en un
restaurante carísimo. Decían de él que ofrecía la mejor carta delicatesen de
toda la comarca, con más de treinta y cinco platos para degustación, y,
también, que su vino de Rueda tenía el sabor de las cosas que se hacen sin
prisa. Igual que mi relación con Evaristo. Forjada pasito a pasito desde la
escuela.
Me compré un vestido de satén en un tono dorado pálido porque sospechaba que íbamos a celebrar algo transcendental. Cuando llegué, él ya estaba sentado con su traje negro, en el lugar más íntimo de todo el local. Deslumbraba. Aún sin gafas, pude apreciar el aura que desprendía. Una silla mal colocada me hizo trastabillar un poco y creo que alguna copa rodó por el suelo, no conseguí verlo con nitidez. Evaristo se levantó, galante como siempre, y tomó amorosamente mis manos haciéndome sentar con rapidez.../... (continúa)
Evaristo
Reservé mesa
en el restaurante más caro de la provincia y en el lugar más alejado de la
entrada. No quería toparme con ningún conocido del trabajo o del gimnasio. Los
precios de la carta no eran aptos para todos los bolsillos, por lo que no era
probable que nos encontráramos con nadie. Había resuelto poner fin a mi
relación con Sonia. Diez años juntos. Toda una maldita década tirada a un
contenedor de residuos.
La vi llegar
con su sonrisa pazguata, vestida de burbuja freixenet, sin el menor pudor y
dando tropezones con todas las sillas. Sonia y su puñetera manía de no ponerse
las gafas porque dicen que la afean. De la mesa contigua rodó una copa que
empapó a un caballero. Tuve que levantarme a la desesperada para agarrarla por
las manos, sentarla y disculparme con el resto de comensales. Vi mohines de
desaprobación y sentí vergüenza, la verdad. Tanta, que necesité aflojarme el
nudo de la corbata para evitar que mi cara se congestionara y acabaran
reventado mis ojos.../...
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Mi enhorabuena. Como te comenté, me encantó tu relato y me pareció muy original. Me alegro mucho de todos tus éxitos.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Muchísimas gracias, Nani. Un abrazo gigantesco 🤗
EliminarEnhorabuena. Me ha encantado el relato.Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias! Un abrazo enorme 🤗
Eliminar¡Felicidades, Towanda! Por fin he podido leerlo completo. Me ha encantado. Qué tensión se siente... No me extraña que la romanticona Sonia, enamorada hasta las trancas, interprete a Evaristo, porque a ese tío no hay quién lo entienda. Nueva palabras y necesitó diez años. Un relato redondo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Muchísimas gracias, María Pilar. Es que hay tíos que no hay dios que los entienda. Ejemplo: Evaristo y sus nueve palabras. Te mando un abrazo gigantesco 🤗 muchísimas gracias 😊😘😘😘
Eliminarque bonito y alegre es este blog
ResponderEliminarbesitos
Gracias 😊
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