7:30 am.
¡Ostras, las 7:30! Me he quedado dormido. De nuevo, el maldito despertador no ha sonado… Cariño… cariño… que me he quedado dormido y con la cantidad de cosas que tengo que hacer hoy… Ya no me da tiempo a una ducha… Bueno, me afeito, y me echo colonia… Hummm, si apenas tengo barba, estupendo, no me va a hacer falta pasarme la maquinilla. Pero un café, sí que me tomaba… ¡Venga, venga, que no hay tiempo!... Me voy. ¡Nos vemos, tesoro!... ¡Te quiero!...
¡Ostras, las 7:30! Me he quedado dormido. De nuevo, el maldito despertador no ha sonado… Cariño… cariño… que me he quedado dormido y con la cantidad de cosas que tengo que hacer hoy… Ya no me da tiempo a una ducha… Bueno, me afeito, y me echo colonia… Hummm, si apenas tengo barba, estupendo, no me va a hacer falta pasarme la maquinilla. Pero un café, sí que me tomaba… ¡Venga, venga, que no hay tiempo!... Me voy. ¡Nos vemos, tesoro!... ¡Te quiero!...
Otro día más, en la larga lista de días normales, aunque hoy parece que hay menos tráfico. El reloj. No me he puesto el reloj y sin él, no soy nadie. Con las prisas, lo he debido dejar encima de la mesilla. ¡Bah!, no importa, el del coche me sirve. Tampoco llevo tanto retraso. Apenas veinte minutos. Llego, aparco, me encierro en mi despacho y lo termino todo. Puedo conseguirlo si no me interrumpen demasiado…
Parece que hoy todos se han puesto de acuerdo en no molestarme. Creo que leyeron entre líneas y como entré tan rápido… casi ni me saludaron. ¡Eureka!, esto lo termino yo mucho antes de lo que pensaba y, como no voy a parar para comer, pues mucho antes.
Como decía mi abuela “querer es poder”… Et voilá… Terminado, finiquitado… Me lo imprimo, lo dejo en la carpeta y me voy para casa.
Como decía mi abuela “querer es poder”… Et voilá… Terminado, finiquitado… Me lo imprimo, lo dejo en la carpeta y me voy para casa.
Si se me da bien y consigo el contrato, este año me ascienden y podré cambiar de coche. No es que tenga nada en contra de éste pero ya va siendo hora… Bien pensado ¿para qué? si funciona a las mil maravillas ¡Hey, campeón!... Tal vez sea el momento de pensar en niños. Yo sé que Ángela lo desea y a mí me gustaría ser un padre joven…Venga, que nos vamos a casa.
Rojo. Frena, frena, que no tenemos prisa. ¡Menuda sorpresa se va a llevar Ángela cuando me vea llegar! Último giro a la derecha y… ¡mi caaaaaaasa!
¡Ep! ¿Qué pasa? ¡Cuánta gente hay en la calle! ¡Vaya!, un furgón de los servicios funerarios… ¡mal fario!... ¡Lástima!... ¿Qué habrá pasado? Venga, aparco y me acerco, a ver si puedo ayudar en algo. Debe tratarse de algún vecino. ¡Ah!, veo a Ángela, que lleva puesto mi reloj... y está consolando a la señora Antonia, la vecina del segundo. Habrá sido su marido, el señor Manuel, que andaba algo delicadillo… Pobre mujer, voy a darle el pésame…
…¡Hola, cariño! –besa dulcemente los labios de la esposa- ¿Te has puesto mi reloj?... Esta mañana, lo dejé olvidado, con las prisas... Te va algo grande ¿no?...
Un abrazo señora Antonia… Lo siento muchísimo… y ¿cómo ha sido?... Silencio. No responde la pobre mujer. Lo entiendo, debe estar muy consternada. Estamos con usted para lo que necesite.
Un abrazo señora Antonia… Lo siento muchísimo… y ¿cómo ha sido?... Silencio. No responde la pobre mujer. Lo entiendo, debe estar muy consternada. Estamos con usted para lo que necesite.
¿Qué ha pasado, Ángela?...
Está como ida y su semblante es de tremenda tristeza. Eran unos buenos vecinos y Ángela siempre sintió debilidad por las personas mayores...
La señora Antonia es quién le sujeta por la cintura. ¡Qué mujer tan fuerte! Acaba de perder a su compañero y le está dando calor a ella… En fin, ¿qué le vamos a hacer?, es ley de vida y, a todos, nos llegará nuestro día...y nuestra hora.
Está como ida y su semblante es de tremenda tristeza. Eran unos buenos vecinos y Ángela siempre sintió debilidad por las personas mayores...
La señora Antonia es quién le sujeta por la cintura. ¡Qué mujer tan fuerte! Acaba de perder a su compañero y le está dando calor a ella… En fin, ¿qué le vamos a hacer?, es ley de vida y, a todos, nos llegará nuestro día...y nuestra hora.
Vecinos y curiosos comienzan a hacer un pasillo… ¡Apartad, apartad, que ya le bajan!...
¡Valor, Ángela!...
¿Cómo que valor Ángela?... Era un buen vecino pero tampoco era su padre… no saquemos las cosas de quicio…
Ángela rompe a llorar desconsoladamente mientras, enfundado en una bolsa, pasa a su lado el cuerpo inerte del fallecido.
En el portal, veo al señor Manuel, que se está encargando de todo el papeleo con los de la funeraria… ¿El señor Manuel?... Pero, ¡vamos a ver! ¿Qué está pasando aquí?...¿Dónde me he perdido?... Alguien me puede explicar... A ver, para que yo me aclare ¿quién es el ...?...
Ángela, rota de dolor, se suelta de los brazos de la señora Antonia y se acerca al cuerpo embolsado… Le abraza desesperada mientras, con un grito ahogado, susurra: “Adiós, amor de mi vida…”
Se paró el reloj de ella, encontró en otro lo que su pareja no le supo dar, él vivía para el trabajo y muy tarde se dio cuenta de lo que ella tanto ansiaba, pero se fue cuando se marchó ese ser anónimo para él.
ResponderEliminarTowanda preciosa historia con un final a tu manera, profunda.
Un beso,
Demasiado trabajo, demasiado estrés, demasiadas cosas y su reloj se paró. La vida hay que aprender a disfrutarla. Si no puede pasarte como a nuestro protagonista de hoy... Se dio cuenta de todo, demasiado tarde.
ResponderEliminarGracias, Sau.
¿Te apetece venirte a comer un cocidito que estoy haciendo?
Bueno, pues estás invitado. Además me sale muy rico.
Un besazo.
Un tema para reflexionar,sin duda. Vivimos demasiado apurados.
ResponderEliminarBesos
Towanda me encanta el cocido y más me encantaría siendo tuyo, hoy estoy preparando un lacón con grelos que está de rechupete, los fines de semana cocino yo para dar descanso a mi mujer.
ResponderEliminarMuchas gracias por el ofrecimiento.
Un beso,
Oju, entre el cocidito tuyo, y el lacón con gerlos, se me esta abriendo el apetito a pesar de la resaca gripera que tengo. En fin guapa me ha corrido un escalofrío por too el cuerpo, que miedo , que verdad es que tenemos que aprovechar el presente y no dedicarnos al cien por cien al trabajo, estress, aniedad, vivir a un ritmo frenético... hay que parar el reloj de vez en cuando y ¡DISFRUTAR!
ResponderEliminarUn beso de domingo muy muy muy, fuerte, (Guardarme un poquito de cocido, anda que seguro me sienta muuu bien)
Bonita historia , me has dejado helado y pensativo
ResponderEliminarAbrazos
Que buena historia, gracias por regalarla.
ResponderEliminarslaudos
Vaya quede reflexionando.
ResponderEliminarabrazos
Mira que si estoy muerto...
ResponderEliminarEso lo explicaría todo.
Besos.
Manteniendo la incertidumbre de la identidad del muerto hasta el final... Pues por mi cabeza han pasado al mismo tiempo dos teorías:
ResponderEliminarque el hombre estuviera viendo su propia muerte (que estuviera muerto sin darse cuenta) o bien que fuera un amante. Me gusta más la segunda, y por lo que veo en los comentarios parece la "correcta".
Un beso!
Me encanto. Me chiflan estas historias de muertos que no saben que se han muerto, aunque este tío parece que sabia vivir mejor de muerto de lo que había vivido de vivo, ¡si es que no se puede dejar siempre todo para mañana, es preferible ir haciendo un poquito cada dia...
ResponderEliminarBesitos.
Una historia para la reflexión.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Saludos.
Historia para pensarla.
ResponderEliminar^Pero lo del cocido me apunto jaja.
Un beso
Conociéndote como te conozco ya me estaba a mí oliendo mal desde la mitad del relato, jeje.
ResponderEliminarSe me ocurre esta reflexión: En realidad todos estamos muertos y vivimos unos en el cielo (los felices) y el resto en el infierno (los atormentados). ¿En qué lugar te sitúas?
P.D.: Esta mañana me he levantado con un resacón de campeonato (ya sabes cómo se celebra el sábado de carnaval por estos lares). He leído el texto y no me he enterado de nada. Me dije: ¡Joder, estoy peor de lo que pensaba! Ahora, ya con mejor cuerpo y mente, lo he vuelto a ver y lo he disfrutado. Uf. Todo vuelve a estar en su sitio.
Abrazaco p'allá.
Con humor y con tensión!!!
ResponderEliminar¡¡Bieeen!!
;)
....Y no estaba muerto no, no, que estaba tomando cañas...leré leré...y no estaba muerto no, no que estaba de parranda... lolailo lailo ...jajajaja.Muy bueno Towanda!
ResponderEliminarTanta prisa y ni se dio cuenta!!! Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto. En fín...
ResponderEliminarBesos!
Gamyr:
ResponderEliminarVivimos tan deprisa que cualquier día estamos tan estresados que ni nos damos cuenta de que nos hemos muerto.
Besos, tesoro.
Saudades8:
ResponderEliminarNunca he probado lacón con grelos, vamos que no sé no como son los grelos. Tenemos que hacer intercambios culinarios, para degustar platos ricos ricos.
Eso de cocinar tú, los fines de semana, es de ser una persona detallista...
Un besazo, precioso.
Pencies:
ResponderEliminarAún estás con resaca gripera, ¡pardiez!
Tu reflexión es muy acertada, hay que ralentizar un poquito, parar a tiempo... Si no puede ser demasiado tarde.
Besos y a ver si viene ya la mejoría.
Gracias, preciosa.
Caarsa:
ResponderEliminarBueno, sigue pensando en algo que no sea de harina y huevo... jajajaja.
Besos.
Pocofre:
ResponderEliminarGracias a ti por acercarte a leerla.
Besos.
Fiaris:
ResponderEliminarReflexiona y saca tus propias conclusiones. La mía es: VIVIR.
Besos, guapa.
Toro Salvaje:
ResponderEliminarSi un día te miras en el espejo y ves que no te hace falta afeitarte. Si coges el coche y te parece que hay menos tráfico. Si llegas al trabajo y, como por arte de magia, tus compañeros, parecen no prestarte atención... Es posible que hayas muerto y que aún no te hayas enterado.
Besos, Toro.
PD: Si necesitaras que alguien informara al resto de la Humanidad de tu deceso, no lo dudes, pidémelo y lo haré.
Caminante:
ResponderEliminarPodría ser la segunda, pero me temo que yo quise que fuera la primera.
Mira, el señor se levanta y no precisa ni afeitarse (como ya está muerto, pues no le creció el pelo de la cara)... Durante el día pasa desapercibido para sus compañeros... La mujer está rota de dolor y lleva su reloj puesto y cuando él se acerca a besarla y a saludar a la señora Antonia... Ni se percatan de su presencia...
El muerto era él. ¡Dios mío!, habéis imaginado hasta infidelidades... ¡Vaya público más creativo! Me encanta esa historia paralela y posible, también.
Bueno, hay material en los comentarios para un nuevo relato.
¡¡GRACIAS!!
Besos.
Campoazul:
ResponderEliminarEsa es mi chica. Así lo veo yo también.
De vivo, siempre a la carrera y estresado y de muerto, hasta frena en los semáforos... ¡Qué tío!
Besos y muy agradecida por esa mente que tienes.
Magda:
ResponderEliminarSí que sí. A ver si reflexionamos un poco todos y nos relajamos un poco más.
Gracias.
Un abrazote.
África:
ResponderEliminarLo del cocido tienes que probarlo. Creo que es de las cosas que mejor me salen, modestia aparte.
Gracias y reflexiona, pero solo lo justo.
Ángel:
ResponderEliminarSábado de excesos, ya sabes, domingo de resacón...
Tu reflexión es muy buena (yo prefiero vivir con los felices en el cielo, está claro) pero no es la que yo pretendía... Vamos, que no iba yo por ahí... ¿Todos muertos?, demasiada angustia para mí... No, tesoro, no. Soy recargada, pero no tanto, jajajaja.
El ganador del premio a la mejor zanahoriada es hoy para ti.
Has reflexionado muy bien pero lejos de mis auténticas pretensiones.
Muchas gracias, Ángel, porque hay mucho jugo en tu comentario...
Besos.
Candela:
ResponderEliminarHumor, que no se pierda, aunque perdamos el aliento.
Gracias, tú sí que vales.
Besos.
Spaghetti:
ResponderEliminarMe encanta esa rumbita, lere-leré lere-lerá...
Gracias por venir.
Un beso.
Ión-laos:
ResponderEliminarAhí está. Ni cuenta se dió de la realidad.
Ese refrán de "más vale perder un minuto en la vida...", me lo decía siempre mi abuela y lo recuerdo a menudo.
Gracias, preciosa.
Un beso.
Nos va a pasar como a este muertecito que nos va a llegar la muerte y no nos vamos a enterar...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Towanda, un día rutinario salvo que falta el rejo para contar las horas. ese que vuelve al final de relato para certificar que el tiempo se ha detenido. Como dedía un dicho de la antigua Roma, todas las horas hieren y la última mata.
ResponderEliminardesde las 7:30 de la mañana nos tienes pendientes de cada paso del portagonista, lo seguimos a la oficina, observamos muy de cerca su trabajo, su vuelta a casa y el desenlace imprevisto.
Un relato envolvente que disfrutamos en cada semáforo y que al terminar nos quedamos pensando, reflexionando sobre este modo que tenemos en Occidente de devorar las horas. Tan sin tiempo ni para morirse.
Un placer leerte Towanda.
Un gran abrazo
Con esas prisas... claro, ni parar para comer... Me gusta el retrato que has hecho, seguro que mucha gente se verá reflejada en tu relato.
ResponderEliminarAl menos el hombre ha podido salirse "un poco" de sí mismo y contemplarse con cierta perspectiva...
Creo que ya te dije: me gustan estos relatos tuyos de ficción con sabor a realidad.
Un abrazo. Y un beso.
Y otro abrazo.
Y otro beso.
(quizá un poco exagerado con mis muestras de cariño... pero es que estoy aprovechando ahora que estoy vivo)
Un abrazo.
Y un beso.
Y otro abrazo...
:)
Pues me lo imagino y da auténtico pavor, no porque esté muerto (que por lo visto no acaba de estarlo según marcan los cánones) sino por la impotencia al no poder siquiera rozar a su esposa y que ella sienta la calidez de ese amor, aun más allá de la vida.
ResponderEliminarUn beso
¡Hola!
ResponderEliminarEs verdad, la vida es para eso... Disfrutemosla.
Saludos de J.M. Ojeda.
Buena semana.
Un relato que me iba temiendo el final...Desgarrador.
ResponderEliminarDebe ser triste darse cuenta de que es así...
Besote Towanda
Gracias por el premio. Con tanta zanahoria creo que pronto dejaré de llevar gafas.
ResponderEliminar(Ya, ya sé que no iba por ahí la cosa del relato; lo entendí perfectamente, pero se me ocurrió eso y, joder, me pareció hasta brillante: a veces incluso me sorprendo a mí mismo, jaja).
Hala, saludos, queridísima Towanda, y un abrazo gordote.
Hola, Towanda, que mala es la rutina, no nos deja ni apreciar que estamos muertos.
ResponderEliminarMe he zampado tu historia en un plis plas, tiene buen ritmo y ahora comprendo tu sagacidad en la Ventana indiscreta, creadora de historias con originalidad.
Besos Calados.
Qué horror... y preocupado por las prisas...
ResponderEliminarMe has puesto la piel de gallina por un montón de motivos.
Besos
Me has dejado impresionada, el final no lo esperaba....... Pensando que el reloj se le habia parado y lo habia sido la vida. Si algún día voy al trabajo y no me miran, creo que me acordaré de está historia.
ResponderEliminarSi es que las prisas no son buenas... Que ni nos damos cuenta de que estamos desaprovechando la vida. ¡Fantástico relato!
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Vaya! me creía que con tantos comentarios no tendría sitio para el mío. Decimos que vamos a cambiar y que vamos a tomarnos la vida con más tranqiuilidad pero al final seguimos igual.
ResponderEliminarXdxdxd a ver que nervios ten paciencia conmigo mi niña... SE MURIÓ EL???? Que fuerte... Pero como puedes crear estas cosas yo quiero TAMBIEN jijiji me encanta... Que suspende, que lindo... Muackkkkk tesoro
ResponderEliminarMe ha recordado a Bruce Willis en el Sexto sentido, todo el mundo sabía que estaba muerto menos él. En fin, dentro de lo malo podía haber sido peor...después de muerto sigue disfrutando de vida, todo es cuestión de creencias. Yo quisiera creer que la muerte no es el fin.
ResponderEliminarBesos llenos de vida guapetona.
Muy buena relato y con un mensaje para reflexionar
ResponderEliminarUn abrazo
Uy por mudo le paso , él la perdió y ni se había dado cuenta. Me encanto el relato te deja sorprendida . Es muy poético y al mismo tiempo combina el diario vivir. Te mando un beso y te me cuidas.
ResponderEliminarBien escrito. Y quizás sea así cuando nos toque marcharnos. desde mañana miraré cada día si tengo la barba crecida.
ResponderEliminarSiempre es lindo visitarte.
Te invito a "Copas vacios"
http://nidaeldore.blogspot.com
tamally maak
Tiene que ser terrible morirse y no darse cuenta.
ResponderEliminarPero lo que a mí más me alucina es como diablos hizo para coger el coche, terminar el trabajo, imprimirlo y volver a casa con el coche.
Gran relato.
Besos.
Caray...
ResponderEliminarEn esta ajetreada vida a todos nos llega la hora,probablemente cuando menos lo esperemos-claro que no creo que eso se espere nunca-
Pero mira si somos burros,que nos pasamos toda ella estresados,maniatados por culpa de los deberes en lugar de los placeres...
¡Aysss,qué terrible!
Por cierto...no sé qué pasa que no me salen tus actualizaciones.
Iré a ver si es que creo seguirte y no.
Besos.
Yo creo que no hay confusión posible, muerto y más que muerto... Carpe diem, que nunca se sabe cuando uno va a perder el reloj definitivamente. Un beeso, Rocío
ResponderEliminarChica,ahora sí,que sí!
ResponderEliminar:)
Más besitos.
trabajar para vivir
ResponderEliminarTowanda, me ha gustado mucho ese monologo interior de esa alma recién desprendida de su cuerpo, y que no sea consciente de ello. Es una idea original que yo he intentado reproducir alguna vez, pero que no he conseguido con tanto arte como tú.
ResponderEliminarA seguir así.
Un beso.
PD: Al final he visto tu contestación tarde, me supo fatal que estando tan cerca, no pudiese conocerte. A la próxima, te aviso sin falta.
Olé. Me ha encantado tu relato. Consigues que me enganche hasta al final cada vez que escribes. El final es siempre diferente a lo que uno espera. Sencillamente genial. Gracias por compartirlos.
ResponderEliminarMe ha costado mucho hacer un cometario a tu entrada por razones ajenas a ti.
ResponderEliminarAl empezar a leer, nada más leí (Me he quedado dormido) sentí un escalofríos e intuí lo que pasaba realmente en tu historia, seguro sólo ha sido porque el miedo a estas situaciones se apoderan de mi en los últimos meses, ¡pero que extraña me he sentido!
La vida de mi hermano político se ha ido, pero él si llegó al trabajo, sólo llegó al trabajo...en las incansables vueltas a mi cabeza sobre aquel día, queriendo entender la situación tras buscarle una continuación a su vida, veía una situación muy similar a la que has contado, él volvía, consolaba a mi hermana...
¡¡Que cosas tiene la vida!!
Besos Towanda
Para que se entienda mejor que quiero decir.
ResponderEliminarMi hermano político vivió para su trabajo de tal forma que su trabajo se lo llevó.
He sentido que tu historia es lo que sintió mi cuñado cuando se fue.
Me explico mal porque aún vuelvo a estado de shock con esta situación.
Ohhh..de nuevo me has tenido en àscuas con tu relato desde el inicio hasta el final...wow
ResponderEliminarInesperado realmente, y como siempre ademàs de tu ingeniosidad nos viene de ribete (vendaje, artìculo extra que recibimos por una compra, solemos decir en mi paìs de origen), la reflexiòn o mensaje de fondo.
Bueno a mi forma de ver "ni Sherloch Holm" podrìa presagiar el final...:)
Realmente me gusta tu forma de escribir, y verdaderamente en la vida debemos de darle importancia a todos sus componentes por mas sencillos que estos sean.
Muchas veces sucede que damos las cosas por sentado sin darles y dedicarles el valor que se merecen.Sin disfrutar y se vive de forma rutinaria.
Por ello considero que es necesario que rompamos ese esquema de la cotidianeidad y se improvisen formas para acentuar la espontaneidad y "no solamente debamos existir sino Vivir" Hacer cosas diferentes y ser conscientes del valor y el gozo que se tiene.
/Un inmenso
Abrazo con mucho
cariño Towanda!
Vertiginoso y estupendo relato, que motiva a hacer un alto para revalorar lo que es importante en la vida.
ResponderEliminarUn abrazo cálido
Rosa:
ResponderEliminarConfío en que no. Vivamos, sabiendo vivir.
Un beso, tesoro.
Felicidad Batista:
ResponderEliminarMe quedo con tu frase en referencia a la antigua Roma que me ha parecido tan certera: "todas las horas hieren y la última mata".
Muchas gracias, siempre por tu aportación que enriquece cualquier texto.
Un beso enorme.
Ximo Segarra "ACAPU":
ResponderEliminarTenía que haber sabido mirarse con distancia, un poquito antes.
Siempre corriendo a todos lados, nos olvidamos de vivir, de formar (el que quiera) una familia, de descansar, de crecer...
Y llega ese día fatidíco y nos sobra todo.
Gracias por los besos y abrazos. Me los merezco que estoy hoy muy cansadita.
Un besazo, artista.
Valaf:
ResponderEliminar¡Qué bonito, milord!
Siempre está usted en todos esos detalles que dan ternura y belleza a cualquier existencia.
Un beso para vos y su dama.
JM Ojeda:
ResponderEliminarVenga, fiestuqui en casa de JM Ojeda ¡a disfrutar!
Gracias, amigo.
Un besazo.
Manuel:
ResponderEliminarPobre, Towanda, cada vez más previsible... jajajaja.
Gracias, doctorcito.
Un beso.
Jo, Towanda, que triste. Ya me veo yo a este chico como en Gosht, desprendido de su cuerpo viviendo todavía en alma.
ResponderEliminarBss.
Ángel:
ResponderEliminarNo por mucha zanahoria, es mal año.
Anda, no te quejes, que te premio con hortalizas frescas.
Tienes razón, leí yo mal tu primer comentario. Entendí que era una explicación y no como tu propia reflexión... (que es muy buena, por cierto).
Perdóname, se ve que tú te fuiste de carnavales y la resaca me la traje entera yo.
Aún recuerdo mi primer premio zanahoria (estrujándome la sesera para averiguar el sentido) y creí ver una posible situación para devolvértelo... Nada, que eres muy astuto y me va a costar mucho devolvértela. Además ya llevamos tiempo leyéndonos y yo soy muy evidente.
Ángel, no te me molestes ¿vale?
Un besazo enorme y si te vienes, te invito a unas cañitas y a unas raciones de calamares... ¿hacen?
Gemelas del Sur:
ResponderEliminarGracias, chicas...
Aún estoy con la dama y el éter.
Besos.
mientrasleo:
ResponderEliminarLo siento.
Bueno, el próximo será un poco más divertido, lo prometo.
Besos.
NIGHT ELF:
ResponderEliminarHoy me imaginaba la situacion que tú comentas. Esa de llegar al trabajo, por ejemplo, y que nadie repare en una... Habiendo leído este texto, me daría pavor.
Un beso.
Gracias.
Margari:
ResponderEliminarCuanta razón tienes. Como dicen los italianos "piano piano..."
Besos, guapa.
Fali:
ResponderEliminarTenemos que aprender a vivir con más calidad. Yo también soy de esas que corren siempre... ¡Porca miseria!
Besos, preciosa.
MIMIL:
ResponderEliminarSe murió él. Pobre hombre y como llevaba tanto estrés en su vida, ni se dio cuenta...
Muchas gracias, guapa. Eres muy pero que muy amable.
Besos.
acróbata:
ResponderEliminarA mí me recuerda más a Ghost... Aunque sí puede estar ahí también, con el sexto sentido.
Yo no quiero creer que con la muerte se acaba todo, me niego. No sé qué hay después aunque me gusta pensar que hay otra cosa; cualquier cosa menos la NADA.
Gracias, guapetón.
Lapislázuli:
ResponderEliminarGracias. Reflexionemos y paremos un poco el acelerador.
Besos.
Citu:
ResponderEliminarPor eso, como ya venimos diciendo, vamos a intentar aprender a disfrutar de las pequeñas cosas y a correr menos.
Gracias, cielo.
Un besazo.
Daniel Eduardo Gómez :
ResponderEliminarJajajaja, mírate bien la barba por la mañana y si no te ha crecido durante la noche... reza.
Un beso.
Te visito.
Merce:
ResponderEliminarEn realidad nunca cogió el coche, nunca acabó el trabajo, nunca lo imprimió...
Imagínate tú misma en tus sueños. ¡Anda que no haces cosas sin moverte de la cama! Viajas, bailas, ries, lloras, corres... Igual que él.
Besos, guapa.
Marinel:
ResponderEliminarTú tienes la clave y la expones con coherencia. Así es, amiga.
Ay, este blogger nos da cada día una sorpresa. No te apures que se solucionará.
Muchísimas gracias y besazos.
Rocío Díaz Gómez:
ResponderEliminarCarpe Diem, Rocío. Es lo mejor que podemos decir y hacer.
Gracias.
Besos.
JOAQUIN DOLDAN:
ResponderEliminarPeor aún: vivir para trabajar.
Besos.
Nicolás Jarque:
ResponderEliminarArte te sobra a ti para esto y más que se ponga por delante.
Ya imagino que lo verías tarde, aunque no te preocupes que ya habrá otro desembarco de esos y acudiré a conocerte y a los demás.
Muchas gracias por el comentario y un besazo.
Goyo:
ResponderEliminarMuy amable, te lo agradezo. Con comentarios así me pongo yo misma las pilas para inventar nuevas historias.
Gracias.
Un beso.
Lola Velasco:
ResponderEliminarTu comentario me ha puesto también a mí los "pelos de punta" y aún tengo escalofríos...
Lo siento mucho, de verdad.
Hay veces en que parece que nuestra intuición nos influye demasiado.
Un beso muy fuerte, preciosa.
Francisco Josè Lazo Melhado:
ResponderEliminarJajajaja, en ascuas hasta el final ¡me encanta!
"No solo existir, sino VIVIR..." Lo dejo como broche para el relato. Esa es la esencia que quería transmitir.
Muchísimas gracias, una vez más, por tu amabilidad y cariño (que es mutuo)
Besos y a seguir viviendo.
Sara O. Durán:
ResponderEliminarAsí es. Paremos, tomemos aire y veamos cuales son las cosas importantes de la vida.
Besos, reina.
Mar:
ResponderEliminarSí que es triste, sí.
Aún recuerdo lo que lloré con Ghost...
En fin, vamos a tomar la moraleja que se desprende y aprendamos a vivir.
Un besazo.
Hola Towanda,creo que esto de estar muerto y no enterarse debe ser la leche...
ResponderEliminarBueno despues de pasar a mejor vida y ver que están haciendo los demás,sin que te vean... ¡¡eso debe ser la repipa!!jajaja...
Siempre me encantan tus ocurrentes historias...además esta es para pensar en que si la muerte nos deja ver a nuestros seres queridos siempre que deseemos,en parte me tranquilizaría...
Y... ¡¡quien sabe!! a lo mejoooooor...hasta puede que sea así...
Un besito
Pues yo todavía no lo tengo claro. ¿Murió o no murió? Sea como sea es un relato interesante y muy bien redactado. Pienso que a veces hay muertos en vida. Vas por la calle y nadie te ve, es como si fueras transparente. Nadie te habla, es como si no existieses. Quizás más de uno estamos ya muertos y no nos hemos enterado. :)
ResponderEliminarParece que la rapidez, el estres, la aceleración es para eso: no descubrir cuando nos llegue la muerte. Intento explicarme. Es como si mientras transcurren los días apenas nos percatásemos de que el tiempo pasa y así, no nos sintieramos en la obligación de pensar o tratar el tema del tiempo, la madurez o vejez, si vamos cumpliendo nuestras mestas...
ResponderEliminartambién me gustó mucho esta lectura.
Ps: te leí a través del blog de MAR y Calados hasta los huesos, estas hecha una auténtica sabuesa jaja.
un saludo
Todos decimos que hay que parar, que hay que disfrutar más de la vida pero ninguno lo hacemos, trabajamos más para llevar una mejor vida, para que no nos despidan del trabajo... y al final un día la vida se acaba. Lo importante es que por lo menos te recuerden con cariño, pasar por aquí habiendo sido una buena persona. Al menos es lo que me gustaría. Besos
ResponderEliminarY por supuesto me apunto al codido
No me ha gustado! Es decir, escribes genial y sabes que me encantas pero... es que ando muy sensible últimamente y la muerte me obsesiona. En cuanto venga mi marido le fundo a besos.
ResponderEliminarUn besote guapa. Eres capaz de ponerme el vello de punta sea la hora que sea.
Ese amor mío cierra un relato ágil y con cierta connotación de alegría, hasta el momento cruicial del reloj, el portal, la muerte,...
ResponderEliminarHola Towanda , la verdad es que me dejas helada , por el terrible final pero eso es lo malo de las prisas ja,ja, muy bueno si señora ... por cierto yo también me apunto a ese cocidito , besos de Lm.
ResponderEliminarSi es que a fin de cuentas, todo lo que sea correr es de cobardes y lo único que hace es fastidiarnos la vida. Hay que relajarse y disfrutar, que la vida son dos días y uno nos lo tiramos durmiendo.
ResponderEliminarUn saludazo.
Felicidades, Towanda!!!! Eres la Ganadora de la Ventana Indiscreta. Tienes el Diploma de Honor a tu disposición.
ResponderEliminarTe animamos a elaborar un relato para una nueva escena. Sería un honor, detective incansable.
Besos a pares.
El Canto de la Luna:
ResponderEliminarNo imagino como será en realidad el tránsito hacia la muerte, lo que me gustaría es que fuese sin dolor... eso sí que me da mucho miedo.
Gracias, tesoro.
Un beso muy fuerte y lleno de vida.
El Mirlo:
ResponderEliminarCreo que sí murió...
Eso de ser transparente para los demás se debe a la sociedad que tenemos en la que todos corremos tanto, que no nos fijamos ni en el que tenemos sentado enfrente en el autobús.
Reflexión: "piano piano si va lontano"... Vivamos un poquito más despacio.
Gracias y mejórate de esa gripe.
Besos.
Esilleviana :
ResponderEliminarCreo que tienes mucha razón en lo que comentas
Respecto a lo de sabuesa, nada de nada... han sido las gemelas porque no hice más que dar patinazos.
Gracias por la visita.
Besos.
David:
ResponderEliminarYo creo que una de las claves de nuestra existencia sería esa, la de ser recordado como una buena persona, lo demás se olvida con el tiempo.
Gracias por tu aportación.
Besazos.
Sandra M.
ResponderEliminarJó, Sandra, no sabía...
Lo siento, bonita. Intenté tratar el tema sin grandes dramas... y me alegra tu opinión que sé que es sincerísima.
¡¡Gracias!!
Aprovecha y besa también de mi parte a tu churri.
A ver si consigo escribir algo con más gracia y más divertido para la próxima vez.
Muchos besazos.
Adivín Serafín:
ResponderEliminarEl reloj es muy simbólico en todo el texto, claro que sí.
Muchísimas gracias.
Un beso fuerte.
Little Moon:
ResponderEliminarCocidito ya no me queda, pero el domingo vuelvo a cargar mi olla exprés de 8 litros y ¡a comer!
Las prisas no son buenas para nada y yo con el cocido tardo mucho porque lo hago lentito lentito.
Gracias, amiguita.
Besos.
C S Peinado:
ResponderEliminarSi es que tienes razón y te la tengo que dar.
Disfrutar y vivir sin correr.
Gracias por la visita.
Cien mil abrazos.
Las Gemelas del Sur:
ResponderEliminarVamos que si no hubiera sido por vosotras, nada de nada.
A ver si se me ocurre algo y os lo envío.
Gracias por la confianza, jajajaja.
Besos.
Bien llevada la historia, realmente ese reloj en la muñeca de Angela ya anuncia que algo no va bien, ese final muy logrado.
ResponderEliminarBesitos
hola towi,un relato que nos hace mirar un poco nuestro propio reloj cuando la aguja nos marca que vamos demaciado de prisa,es bueno tambien tomar la vida un poco con mas calma y asi no entregarnos a los brazos del stress que despues no pasa factura.
ResponderEliminarbesitos amiga querida y muy feliz semana!!!!
Hola encanto, quiero que sepas que ayer pude disfrutar de tu relato pero blogger (que esta un poco "juguetón")conmigo no me dejó publicar!!. Ayer me encantó, pero hoy mucho más al releerlo. Dá mucho que pensar, esclavizados totalmente por las agujas del reloj, el estrés, el trabajo, y no nos dejan disfrutar de los placeres más sencillos, los cuales somos incapaces de ver. Carpe Diem amiga mía- Besitos enormes.
ResponderEliminarLas prisas nunca fueron buenas. Buen relato, Towanda.
ResponderEliminarHay que seguir el ejemplo e ir con calma.
¡Biquiños!
Carmen
Has recreado una versión moderna de Ghost. Ese velo que impide el contacto físico entre el amor es lo más triste del mismo, sin embargo, también esperanzador.
ResponderEliminarB7s
Hola Towanda en mi blog de http:pitufa- regalospitufosos.com, hay un regalito para ti espero que te guste, besos de Little Moon.
ResponderEliminarUyssss... un reloj que se ha parado antes de tiempo. Para reflexionar... a tiempo!
ResponderEliminarBesos abisales
Bravo: Has conseguido que el tono del relato sea precipitado, sin pausa, estresante. Como la vida del protagonista. Quizás sobre ese "casi ni me saludaron", pues la realidad es que no le saludaron. No debemos "engañar" al lector. Cuando el diálogo aparece un "besa dulcemente...". Has cambiado el narrador, Tow, el relato era en primera. El relato está bien, pero es previsible.
ResponderEliminarNos leemos.
Nos lo repetiremos mil veces, hay que vivir un poco mas, saborear la vida y no por mucho correr amanecerá mas temprano. Pero no nos damos cuenta hasta que las barbas del vecino vemos pelar, lo malo es que a veces es demasiado tarde .
ResponderEliminarMe encantan estas historias, creo haber leído que cuando morimos el alma sigue haciendo durante unas horas lo mismo que hubiera hecho si estaba viva. Me gusto mucho. Un bessito
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenísima historia Towanda!!!! Dedicar demasiado tiempo a no vivir, es lo que tiene... llegar tarde incluso al propio funeral.
ResponderEliminarCarpe diem, que la vida está aquí y ahora!!
Deberiamos invertir lo estrictamente necesario en " obligaciones" impuestas y todo lo demás, en libertad :)
Un besazo guapa!!!
Hola Towanda! No sabes cuánto me alegra haber vuelto después de tanto tiempo y encontrarme con esta historia maravillosamente bien escrita. Tristísima, eso sí, pero engancha y no puedes dejar de leerla hasta el final. Así que enhorabuena.
ResponderEliminarY a partir de ahora prometo ser una visitante más disciplinada :-)
Un besote.
Uffffffff madre mia que historia te sacaste de la chistera...
ResponderEliminarLa vida corre rápido y nosotros nos empeñamos en no disfrutarla como podríamos...
Vivimos tan deprisa siempre pensando en mil cosas triviales que no nos damos cuenta que pasa el tiempo y nos perdemos lo mejor de la vida...
De repente un dia se nos para el reloj y ya es tarde, llegamos tarde a disfrutarla.
Me encantó tu entrada.
Disculpame por no poder entrar en vuestras casas, ya sabes que ando de acá allá con las suplencias... lejos de mi hábitat, de mi familia... en fin... un desastre.
No tengo mucho tiempo para comentar, pero os leo a ratitos...
Y agradecida que entreis en mi casa, que cuando puedo dejo alguna de mis chorraditas.
Besitos mediterráneos, desde las tierras frias de Girona.
Las prisas nunca nos llevan a un buen lugar, me gustó esta entrada.
ResponderEliminarUn beso.
HD
Pero los días normales existen?
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Demasiadas prisas, no se dio tiempo para su amor. Muy bueno.
ResponderEliminarEstá muy interesante que lo hayas escrito todo desde el punto de vista del fantasma.
Saludos
Siempre he pensado que el último en enterarse cuando uno se muera será uno mismo. Con este cuento, tú me lo confirmas. Muy bueno.
ResponderEliminarElysa:
ResponderEliminarAsí es. Un reloj que indica que el tiempo paró (para él).
Gracias y unos besos.
Sony:
ResponderEliminarA ver si tomamos nota y corremos un poco menos.
Estoy prácticamente desconectada de la bloggosfera por el motivo de siempre (las revisiones médicas de la pequeña Towanda). En breve, espero ponerme al día.
Besos, tesoro.
Miss Gretti:
ResponderEliminarLo fundamental es vivir el día a día lo mejor que podamos y disfrutar de esas pequeñas cosas que nos hacen felices.
Carpe Diem.
Como le decía a Sony, estoy llegando tarde a casa y te pido disculpas por contestar tan tarde.
Muchísimos besos, artistaza y a ver para cuándo lo que estás preparando.
Besazos, reina.
Carmen:
ResponderEliminarEs así como dices.
Gracias y biquiños de esos también para ti.
Mari:
ResponderEliminarGhost, me encantó y sí que podría ser como díces.
Besos, guapa.
Abismo:
ResponderEliminarUyssss, a ver si pensamos un poquito en esto y que no nos pille el toro antes de tiempo.
Besos, bienvenida y te visitaré para conocerte más.
Gracias.
Ximens:
ResponderEliminarComo siempre, acertado en tu comentario... argumentando con razones de peso. A ver si se me van metiendo estos detalles en la cabeza, jajajaja.
Gracias, bonito.
Un besazo.
Men:
ResponderEliminarTú lo has dicho y a ver si tomamos nota.
Gracias, guapa.
Besos.
Watashi Wa:
ResponderEliminarNo te discuto en nada. Tienes razón y estoy contigo.
Carpe Diem, tesoro.
Besos.
Dama del Castillo:
ResponderEliminarHooooooooola. Ahora que tú prometes ser más disciplinada voy yo y me tomo vacaciones. A ver si nos coordinamos mejor.
Gracias y nos leemos.
Besos.
Gala:
ResponderEliminarNo te preocupes que me pasa lo mismo a mí. Me parece que los días son más cortos y no tengo tiempo para llegar a visitar a nadie.
No me gusta tardar tanto pero, hay veces, en que no se puede.
Besos, guapa.
Humberto Dib:
ResponderEliminarLas prisas son muy malas.
Gracias por venir.
Un beso.
La sonrisa de Hiperión:
ResponderEliminarHace días que no tengo un día normal, pero existir, existen.
Un besazo.
Ana Laura:
ResponderEliminarSi te gustó, me alegra muchísimo.
Un beso, reina y muchas gracias.
Garla Kat:
ResponderEliminarYo no me imagino mucho el momento de la muerte, aunque lo que sí me gustaría es no tener dolor... Me da miedo el dolor físico.
Gracias por venir y mil besos en las orejas.
Hola Towanda, un gusto volver a visitarte.
ResponderEliminarUn cuento estupendo, encarado de una forma original dejas un mensaje para todos...y es verdad que vivimos detrás del reloj, ojalá podamos darnos cuenta de las cosas verdaderamente importantes en esta vida antes de que sea demasiado tarde.
Te felicito amiga. Un beso enorme.
"y se acerca al cuerpo embolsado…"
ResponderEliminarUna historia impactante en el cierre.
Gracias por compartirla.
Saludos.
Es cierta amiga, a veces nos olvidamos de vivir, solo sobrevivimos o vivimos el mismo día un millón de veces, sin ver los matices nuevos, nos enredamos en la prisa y nos olvidamos que estamos vivos.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo solo me pasaba por aquí para darte un abrazo bien fuertote, me imagino que estarás ocupada con mucho curro, así que no te voy a incitar ni empujar ni tan siquiera sugerir a que publiques otro post pronto, pero que sepas que se te echa de menos.
ResponderEliminarLo dicho: un abrazo bien fuertote Tow :)
Bueno al menos esta vez me he liobrado del paseo en la barca de Caronte.
ResponderEliminarCuando leas mi blog sabrás por que lo digo, saludos manolo
Uf, vaya final. Por desgracia hace muchos años pude presenciar un desenlace similar de un padre a su hijo. ¿Cómo se podrá soportar?.
ResponderEliminarGuille:
ResponderEliminar¡¡Dichosos los ojos que te ven!!
Me alegra mucho que estés aquí, aunque no he sido muy buena anfitriona y llevo días sin aparecer.
Muchas gracias por tu ánimo y tus palabras.
Un besazo.
salvadorpliego:
ResponderEliminarBienvenido.
Te agradezco el comentario y, aunque como le dije a Guille, no estoy siendo una buena anfitriona, espero remediarlo en breve.
Besos.
Ximo:
ResponderEliminarMe vienen bien esos abrazos que me das porque a nadie le amarga un dulce.
Tienes razón en eso de que estoy liada y con poco tiempo... aunque lo remediaré en cuanto pueda.
Gracias, bonito.
Otros besos y abrazos para ti.
Endless Love:
ResponderEliminarEs muy cierto y hay que tomar un poco las riendas de nuestra vida y caminar más relajados.
Gracias.
Besos enormes.
Manolo:
ResponderEliminarTe visitaré a ver si entiendo...
Gracias amigo.
Un beso.
Sergio DS:
ResponderEliminarMuy duro lo que dices... No sé si eso se podría llegar a soportar nunca.
Un beso y muchas gracias.
Bienaventurados los ojos que te ven. ¿Atropellóte un coche? ¿Perdístete? Espero que solo haya sido el exceso de trabajo lo que te ha evitado atender a tus invitados. Bienvenida de nuevo a esta tu casa. :-)
ResponderEliminarMenuda historia... ¿porqué tenemos que estirar tanto el hilo hasta que se rompe? habría que darse cuenta antes de la forma que vivimos, parémonos a respirar primero para oxigenar nuestras neuronas y que despierten, a ver si así reaccionamos y valoramos lo importante.
ResponderEliminarUn besazo.
Hubiese jurado que te dejé un comentario hace unos días... Pero no lo veo, quizás todavía no lo hayas publicado.
ResponderEliminarHoy venía expresamente a desearte un ¡MUY FELIZ CUMPLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! Un beso enorme y todo lo mejor para el nuevo año...
Hola Towanda , donde temetes que no te veo , por ahi , mecachis espero que no estes malita , ni Towandita ,tan poco , te invito al circo ,pasa por el cementerio vale espero que disfrutes , besos de Lm.
ResponderEliminarYa que tú ni se sabe por donde andarás y dejas tu blog así... el solito y sin protección, pues me pase a ver si todo estaba bien y en su sitio. No encontré desorden y además estaba limpito, pero eso se lo debes a las maripositas que son las que lo curran ¡¡no paran!! Que si polen fuera, que si entra el polvo... un sin vivir, pobres. La próxima vez les traeré chuches y a ti un reclamo para que vuelvas...snif
ResponderEliminarBesitos.